En la primera parte de este artículo, supimos que fue gracias a afortunadas equivocaciones que hoy contamos con antibióticos como la penicilina, con explosivos como la dinamita y con fibras textiles sintéticas como el Kevlar®, que se usa en los chalecos antibalas, y el Spandex®, que está presente en casi cualquier prenda que se pueda estirar. En esta segunda entrega, revisaremos otros descubrimientos accidentales en la farmacéutica, la astrofísica y el desarrollo de materiales.
Viagra
Esta “pastilla azul” es un medicamento muy popular actualmente que se usa para tratar la disfunción eréctil masculina. Su sustancia activa es el sildenafil o sildenafilo, que inicialmente se diseñó para regular la hipertensión arterial pulmonar y tratar la angina de pecho; pero cuando los investigadores de Pfizer descubrieron que, inesperadamente, causaba notables erecciones por su acción sobre el flujo sanguíneo del pene, decidieron comercializarlo con el nombre Viagra, un exitoso producto del cual se venden millones de dosis al año.
El post-it
El pegamento de estos útiles y prácticos trozos de papel que se usan para dejar notas o marcar páginas y que tienen la particularidad de adherirse y despegarse con facilidad, fue inventado en 1968 por Spencer Silver, un científico de la empresa 3M que intentaba crear un adhesivo súper fuerte para la industria aeroespacial. Al principio, Silver pensó que su desarrollo había sido un fracaso, pues el pegamento que resultó era sumamente débil; sin embargo, su colega Art Fry vio una oportunidad en dicho compuesto y hábilmente lo empleó para crear las notas adhesivas de papel más famosas del mundo.
La radiación del fondo cósmico
También llamada radiación de fondo de microondas, es un tipo de radiación electromagnética que llena el universo por completo y que, se cree, es una señal de la energía emitida después del Big Bang. Aunque predicha teóricamente en 1948, fue descubierta hasta 1964 por los astrónomos Arno Penzias y Robert Wilson, en Nueva Jersey, tras haber construido un radiómetro que pretendían usar en radioastronomía y comunicación satelital; pero cuando detectaron un tipo de interferencia que no provenía de fuentes terrestres, concluyeron que se trataba del “ruido de fondo” del universo o, también, del “eco” del Big Bang.
El Teflon
El politetrafluoroetileno, mejor conocido como Teflon, es un material polímero antiadherente utilizado en sartenes, utensilios de cocina y cintas aislantes. Fue descubierto accidentalmente en 1938 por el químico Roy Plunkett, de la empresa DuPont, mientras trabajaba en la creación de un nuevo refrigerante clorofluorocarbonado; en el proceso, Plunkett notó que el gas tetrafluoroetileno que usaba se había solidificado en el interior del recipiente y transformado en una material blanco ceroso inusualmente resbaladizo y resistente al calor, el cual llevó al desarrollo del famoso antiadherente que fue patentado en 1945.
El grafeno
Este material similar al grafito —como el de las minas de los lápices— consiste en una capa de átomos de carbono individuales que están dispuestos en un patrón hexagonal, similar al de un panal, y unidos por enlaces químicos inusualmente fuertes. Aunque ya habían existido aproximaciones teóricas y experimentales a este derivado del carbono, fueron los físicos Andre Geim y Kostya Novoselow quienes lo aislaron en 2004 en la Universidad de Manchester: un descubrimiento que les merecería el Premio Nobel de Física en 2010.
Geim y Novoselov son dos científicos poco convencionales, pues durante años habían realizado toda clase de experimentos disparatados, como hacer levitar a una rana en un campo magnético, lo que incluso les hizo ganar un premio; en una de esas sesiones, pegaron una cinta adhesiva a un trozo de grafito y, al examinarla bajo el microscopio, descubrieron que habían logrado aislar una sola capa de átomos de carbono, con lo cual dieron origen al grafeno, que es doscientas veces más duro que el acero y cinco veces más ligero que el aluminio, además de ser superconductor eléctrico: por eso se le llama “el material del futuro” y promete revolucionar el sector energético, el de la construcción, la salud y la electrónica.
Estos son sólo algunos inventos y descubrimientos que no habrían sido posibles sin la presencia del error, del azar, del descuido y de la casualidad, los cuales pueden abrir puertas para nuevas ideas y hallazgos asombrosos. Sin embargo, es importante señalar que no todos ellos se produjeron sólo por casualidad: sus inventores tuvieron que ser lo suficientemente curiosos, persistentes y abiertos de mente como para vislumbrar los alcances y las posibilidades de algo que no era exactamente lo que estaban buscando…