Una fuente inagotable de energía desaprovechada: eso es el Sol, sobre todo en nuestras latitudes, donde casi todos los días del año gozamos las caricias inclementes del astro rey. Por eso, si deseas aprovecharla y darte la satisfacción de cocinar algo sin gastar electricidad o gas, sabiendo que ésta es una de las maneras de combatir el cambio climático, lo ideal es construir un horno solar.
El principio es de lo más sencillo: cuando estás bajo el rayo del Sol, puedes sentir el calor que de éste emana directamente en tu piel e, incluso, si permaneces ahí mucho tiempo puedes llegar a la insolación y el golpe de calor. Pero, ¿qué pasaría si concentraras los rayos solares en un solo punto, como sucede cuando usabas una lupa para quemar insectos? La respuesta es simple: sus efectos se potenciarían y multiplicarían.
Entonces, el principio es conseguir un material reflejante que concentre y enfoque los rayos solares en un solo punto, además de construir un espacio cerrado que conserve y encierre el calor que así se genera. Aquí te explicaremos tres técnicas para hacerlo, empleando materiales cotidianos de bajo costo.
Una caja de pizza
Un modo muy fácil de construir el horno solar es usando una simple caja de pizza hecha con cartón corrugado. Para empezar, debes hacer un hueco rectangular en la tapa de la caja de pizza, recortando sólo tres lados y dejando sin cortar el lado más próximo al extremo unido a la base de la caja, formando una compuerta (ver imagen).
Después, deberás forrar la pared interior de la caja que funciona como compuerta con papel aluminio, alisándolo para que quede lo más plano posible y refleje la mayor cantidad de luz. Una vez hecho esto, hay que abrir la compuerta de modo tal que el ángulo permita que la luz solar se refleje al interior de la caja.
Después, hay que forrar el interior de la caja con papel aluminio y el hueco que hiciste en la tapa deberá cubrirse por dentro con un plástico transparente, a fin de lograr un efecto invernadero en su interior. Por último, en la base de la caja coloca un papel o cartulina negros, de modo que retenga la luz y el calor que, de manera directa o reflejado por la compuerta, está siendo dirigido a este punto.
Una vez terminado el horno solar, coloca lo que desees cocinar, hervir o calentar adentro de la caja, lo más centrado posible, dirígela hacia el Sol y ajusta el ángulo de la compuerta para que la luz se refleje directamente sobre el objeto, revisando cada cierto tiempo si es necesario ajustarlo.
Una cortina de parabrisas
Un horno solar desarrollado por Kathy Dahl-Bredine, quién trabaja con comunidades marginadas del sur de México, utiliza materiales baratos y fáciles de hallar. Por ejemplo, esas cortinas que se colocan en los parabrisas para reflejar la luz solar y evitar que el interior del vehículo se caliente demasiado.
Para ello, hay que conseguir una cortina rectangular metálica de las que se doblan en paralelo —las circulares pueden presentar complicaciones— y manipularla de modo que tome una forma parecida a un cono, fijando los extremos con velcro autoadherible (ver imagen).
Este cono se coloca sobre una cubeta; después, en su interior puedes colocar una rejilla de estufa y, arriba de ésta, la olla con lo que deseas a hervir o cocinar. Para una mayor efectividad y aprovechamiento de energía, puedes colocar la olla dentro de una bolsa de plástico. También puedes instalar un palo o fierro entre los dos extremos del cono, para darle mayor estabilidad, o construir un esqueleto de alambre que siga el contorno del cono, con un efecto similar.
El panel divertido
Fun-Panel, un juego de palabras que significa tanto “panel divertido” como “panel embudo” (funnel), es una combinación de las dos anteriores, pues se recorta una caja de cartón con un diseño específico y se forra con papel aluminio, un proceso que solo toma un par de horas. El diseño se debe a Teong Tan, quien se ha especializado en este tipo de enseres.
El diseño original utiliza una caja cúbica de cincuenta centímetros por lado, la cual se recorta para obtener dos tramos rectangulares de setenta y cinco por cincuenta centímetros, compuestos de una cara de cincuenta por cincuenta, más una pestaña de veinticinco por cincuenta centímetros.
Después, se trazan líneas en ángulo de quince grados en el tramo cuadrado, tomando una de las esquinas como punto de referencia (ver fig. 1). En uno de los dos rectángulos también se recorta una línea recta entre el tramo cuadrado y la pestaña. Como en el modelo anterior, el papel aluminio se adhiere al cartón para concentrar los rayos solares un solo punto (ver fig. 2).
La figura resultante tiene un aspecto similar al de un embudo o a un codo de cañería y la captación de luz solar es muy eficiente. Para incrementar la efectividad, puedes emplear una bolsa plástica resellable diseñada para rostizar y, dentro de ella, colocar la olla en la que cocinarás: así lograrás un efecto invernadero que incrementa el cocimiento. Por último, si tienes a la mano una olla de vidrio pyrex, ésta multiplica el rendimiento de energía.
Un horno solar de este tipo, utilizado con frecuencia, puede ayudarte a disminuir tu consumo de energía eléctrica y de gas, y reducir el volumen de emisiones contaminantes por combustión. ¿Te animas a intentarlo?