Tener plantas de ornato en casa es un must, pues éstas mejoran el ambiente, embellecen el hogar y nos dan oxígeno. Pero, ¿has considerado también cultivar tus propios alimentos? No me sorprendería que contestaras que sí, pues cada vez adquirimos mayor conciencia en torno a nuestra alimentación, nos preocupa más nuestra salud y evitamos el consumo de alimentos cultivados con químicos, pesticidas y aditivos, o que fueron genéticamente modificados.
La agricultura ecológica y orgánica promete ser una solución a todo esto, pues está libre de residuos tóxicos y su proceso de producción es 100% natural. Aunque cada vez más productos orgánicos están a nuestro alcance, aún no es posible encontrarlos en todas las tiendas; además, muchas veces tienen un costo mucho más elevado que los que se producen masivamente —amén de que con frecuencia los alimentos que nos venden como orgánicos son un fraude.
Por otro lado, debemos considerar el desperdicio que generamos al cocinar y usar sólo la tercera parte del carísimo manojo de albahaca fresca o de cilantro y dejar morir el resto, olvidado en el refrigerador. Por eso lo ideal es crear tu propio huerto y existen muchas formas de fabricar uno en casa, incluso en lugares reducidos como un departamento. ¿Crees que es imposible? ¡Pues no lo es!
Si tienes poco espacio, un huerto vertical es la mejor opción. Hoy te voy a mostrar cómo construir uno hermoso y de forma sencilla con un organizador de tela para zapatos, el cual resulta ideal para personas sin experiencia en jardinería. Además, créeme que te vas a divertir.
Para hacer tu huerto casero necesitarás:
- Un organizador para zapatos de pared. Puedes reciclar uno de tu casa o comprarlo en cualquier tienda de autoservicio, pues son muy económicos. De preferencia elige uno que sea de tela y que luzca resistente.
- Martillo y 15 o 20 clavos largos (2” o 2½”) para fijar tu huerto a la pared.
- Hule cristal o una madera delgada, de la misma medida que la zapatera.
- Tierra de hoja para plantas, en cantidad suficiente.
- Plantitas o semillas de hierbas como albahaca, cilantro, hierbabuena, tomates, chiles o las que más te gusten; también puedes sembrar plantas de ornato, como las suculentas, en unos bolsillos de la zapatera.
- Una pala pequeña de mano o un cucharón para la tierra.
Ahora, las instrucciones:
1. Planea el espacio
Elige una pared, puerta de metal o un barandal al que le dé el sol durante el día y que no tenga problemas de humedad; si es posible, trata de que sea al aire libre: puede ser en un balcón, la zotehuela o cerca de la ventana de la cocina.
2. Refuerza la zapatera
Corta la tabla de madera o el hule cristal a la medida de la zapatera y clávalo en la zona donde hayas elegido montar tu huerto; después, afianza la zapatera con clavos sobre la madera o el hule. Es importante que no te saltes este paso, pues es vital aislar la pared de la humedad que va a generar tu huerto. Asegúrate de que la zapatera esté bien firme y de que la pared pueda sostener todo el peso de la zapatera, ya con la tierra mojada y las plantas.
3. Haz una prueba de drenaje
Vierte un poco de agua en cada uno de los bolsillos de la zapatera y verifica que drene con facilidad; si el agua se acumula porque trasmina muy lento, haz pequeños orificios en la parte inferior de cada bolsillo y haz la prueba con un poco de tierra hasta que veas que el agua se filtra como lo haría en cualquier maceta; trata de no exagerar y evita hacer hoyos muy grandes.
4. Ésta es la parte más sucia y emocionante…
Con la pala de mano o el cucharón, llena cada bolsillo con tierra, pero no por completo: llena cada uno sólo hasta la tercera parte, dejando aproximadamente tres dedos antes del borde. Luego, abre un pequeño espacio en el centro de la tierra con el cucharón y siembra la plantita o las semillas que elegiste.
Una vez que hayas llenado todos los bolsillos, con cuidado vierte un poco de agua en cada uno hasta que la tierra se vea húmeda, pero sin charcos. A cada plantita puedes añadirle una etiqueta con su nombre o rotular con plumón el bolsillo de cada una para que no las confundas.
5. Y ahora, ¡a cuidarlas!
Recuerda que las plantas son seres vivos y que al sembrarlas adquieres un compromiso con ellas; por eso, debes procurar que tengan agua —regándolas tres veces por semana— y luz suficiente. También puedes fortalecerlas haciendo tu propio abono con residuos de café, cáscaras de huevo o composta casera.