Así como existe un trebejo que nos puede hacer ver una película sin necesidad de pantallas ni de recargar su batería, y se le conoce como libro, también hay una forma de divertirse jugando sin encender la computadora, conectarse a internet o descargar apps: el juego de rol (JDR) o Role-Playing Game. Este tutorial te enseñará cómo organizar una partida, tal y como lo hacían los estudiantes universitarios anglosajones en las últimas décadas del siglo XX.
1. Roles
La persona encargada de organizar el juego se llama Director(a) de Juego (DJ) y es quien propone la temática y las reglas a los demás participantes. Entre ellos, se debe estipular qué Personajes participarán en el juego, tanto Personajes Jugadores (PJ) —hay que definir a detalle sus características y habilidades—, que son interpretados por personas, como Personajes No Jugadores, que pueden ser monstruos o situaciones ambientales, y estarán a cargo del (la) DJ.
2. Preparación
Es importante decidir si habrá un sistema de juego muy detallado o no —esto último sólo se recomienda a jugadores más avezados—, pues las reglas de este sistema sirven para que el o la DJ determine la resolución de diversas acciones de los jugadores; por ejemplo, en situaciones de combate, un golpe puede ser letal o poco efectivo ante otro personaje dependiendo de las características y habilidades atribuidas a cada uno. También se puede usar el azar, en forma de dados de diversas denominaciones.
Por último, es necesario definir el escenario de campaña; esto es, si la acción se desarrollará en un mundo fantástico —por ejemplo, de calabozos y dragones, como en los JDR originales— o en un contexto histórico, futurista o basado en alguna obra literaria —El señor de los anillos, El nombre de la rosa, etcétera—, y contar con aditamentos como mapas, tableros, material de consulta —existen libros que algunas editoriales ponen a la venta con este propósito—, decoración, disfraces y la pantalla del director, que sirve para que éste pueda ver todo su material sin riesgo de que los jugadores lo espíen.
3. Realización
Los dos últimos elementos son los más importantes: la imaginación y el espíritu colaborativo. La primera es necesaria ya que no se debe recurrir a ninguna clase de artilugio electrónico, pues se trata de un juego totalmente textual en el que el o la DJ plantea la situación inicial y cada jugador va tomando decisiones a medida que se le presenten diversas situaciones, al tiempo que lleva un registro escrito de todo; el otro requisito, que distingue a los JDR de otros juegos de mesa, es que aquí no se compite por ver quién llega primero a una meta o consigue más puntos, sino que se juega con el objetivo de hacer la partida lo más duradera y disfrutable posible.
Un ejemplo práctico
- Para empezar a entender cómo se juega esto, supongamos que el o la DJ eres tú; la temática será “Una aventura secreta”, los Personajes serán amigos tuyos —de cuatro a seis es un buen número— y los Personajes no Jugadores y sus contextos serán controlados por ti.
- El DJ asignará a cada uno de los personajes el rol de Agente Subversivo de la Realidad, y su misión consistirá en realizar tareas que podrían considerarse irrelevantes pero que, si se hacen con total atención, podrían cambiar nuestro punto de vista acerca de lo cotidiano. Un ejemplo de ello sería esta lista, que está inspirada en la película Amélie (2001) y en las actividades que la protagonista realizaba:
- Recitar parte de un poema a un desconocido.
- Saborear el postre favorito (como la crème brûlée).
- Jugar a algo que nos gustaba hacer en la infancia.
- Describir a detalle la calle a una persona invidente.
- Entablar una conversación con una persona desconocida.
- Iniciar una colección inusual (por ejemplo, de pisadas en cemento).
- Hacer una lista de cosas favoritas que definen a cada uno.
- Hacer un favor a alguien de manera anónima (como lo hizo Amélie con Bretodeau, Hipolite, Joseph, Georgette y con su padre).
- Provocar una atracción entre dos conocidos.
- Para llevar a cabo el juego, cada participante recibirá una tarea de la lista y deberá realizarla tal y como se le indica. Si no le es posible hacerla de manera completamente fiel a lo planteado —por ejemplo, si no puede conseguir una crème brûleé—, deberá adaptarla, haciendo uso de su creatividad, pero tratando de conservar el espíritu original de la actividad — al final el DJ decide si la sustitución es válida o no. Cuando el grupo se reúna, diariamente o cada semana, los participantes darán fe del éxito de sus misiones y se asignarán nuevas tareas. Es importante que si bien cada tarea debe tener un grado de dificultad, no se trata de poner en riesgo la vida o la integridad de nadie. Por cada tarea cumplida, el DJ otorgará puntos y méritos por el aprendizaje de la experiencia —humildad, valor, creatividad, etcétera. Al terminar la lista inicial, puede echarse a la suerte quién de los jugadores tomará el lugar del DJ y propondrá un nueva lista de actividades, basándose en una película distinta o en una obra literaria.