
En tiempos de crisis resulta complicado mantener el buen espíritu y la motivación. Una manera sencilla de lograrlo es cambiando el aspecto de tu entorno cotidiano. Y como no para todos es factible contratar a un experto en decoración de interiores, en Bicaalú te decimos cómo darle nueva vida a tu habitación sin tener que gastar demasiado.
1. Vacía y limpia. El primer paso consiste en juntar, en un solo rincón, todo lo que has acumulado en tu cuarto —de preferencia, fuera del mismo. Eso te dará una idea precisa de las dimensiones de la habitación y así planearás mejor el decorado. También podrás aprovechar para hacer una limpieza a fondo del piso o la alfombra y efectuar reparaciones menores.
2. Organiza. Agrupa tus posesiones por función; por ejemplo: ropa, juegos, artículos decorativos, etcétera. Tal vez haya objetos que puedan servir de ornato, como un marco elegante que ya no tiene fotografía, pero trata de no conservar todo por su valor sentimental. Si se trata de algo que ya no te sirve, es mejor tirarlo a la basura o, si está en buenas condiciones, donarlo a iglesias o albergues —ropa—, bibliotecas públicas —libros—, o a amigos y familiares. También puedes organizar una venta de garaje si reúnes un número considerable de objetos.
3. Planea. Ahora, encuentra un sitio para cada cosa que decidiste conservar. Evita la tendencia a dejar los objetos en el mismo lugar de antes, pues el simple hecho de cambiar el orden de las cosas te dará una grata sensación de novedad. Haz como los decoradores profesionales: dibuja en papel cómo quieres que luzca tu nuevo cuarto. Asegúrate de no crear espacios de difícil acceso, como cajones que no abren o muebles que estorben la puerta. Habrá más de uno que quiera seguir los principios del feng shui para crear un espacio donde la energía fluya y le favorezca. Todo se vale.
4. Elige los colores. Aunque este paso es opcional, puede contribuir mucho a que te percibas en un nuevo espacio. Escoge colores cálidos que combinen entre sí, si quieres sentirte cómodo y protegido; o una combinación de colores fríos, si lo que buscas es una sensación de frescura y renovación. Si tienes un objeto en particular que es sencillamente espectacular, puedes elegir que el resto del cuarto tenga una tonalidad distinta al espacio que le has asignado: de ese modo la atención se dirigirá inevitablemente a ese objeto precioso.
5. Recicla. Busca entre tus cosas aquellas que tengan potencial para decorar tu nuevo cuarto. Pueden ser objetos que signifiquen algo para ti o que simplemente sean estéticamente atractivos. Estamos hablando, por ejemplo, de los carteles de tus bandas favoritas, de las fotografías de familiares y amigos que todo este tiempo han estado guardadas en un cajón o de la colección de figurillas que todos te regalan porque saben que “te encantan los elefantes”. No es necesario que tu cuarto parezca una galería de arte: unos cuantos objetos dispuestos estratégicamente pueden ser suficientes para alegrarte la vista cuando entres a tu nuevo espacio.
6. Crea una “esquina feliz”. Elige una pared visible desde cualquier ángulo, o lo alto de una repisa, y dispón los objetos que representan aquellos momentos felices que siempre te ponen de buen humor. Una manera sencilla de crearla es con un pizarrón de corcho en el que podrás poner con chinchetas todos esos “trofeos” que siempre te recordarán algo bueno que ha pasado en tu vida: los boletos de conciertos alucinantes, fotografías con tus seres queridos, recuerdos de esos viajes inolvidables, la plumilla de tus tiempos de trovador, las cubiertas de los CD que escuchabas incansablemente, cartas o citas que te llegaron al corazón; en fin: un pequeño altar en donde recargar las pilas motivacionales.
7. Añade color y luz. Si no te interesa la sugerencia anterior, también puedes distribuir esos objetos especiales en distintos rincones del cuarto. Así, cada vez que abras un cajón para sacar la ropa del nuevo día, tu mirada se cruzará con ellos y podrás tener un pequeño ataque de alegría al recordar esos eventos importantes. Si, por ejemplo, eres aficionado al motociclismo, una réplica en miniatura al lado del recipiente donde dejas las llaves por la noche hará que, cuando te dispongas a salir al día siguiente, tengas una pequeña aventura mental sobre dos ruedas en los escasos segundos entre tomar el llavero y salir a la calle.
Otra manera de añadir vida a tu cuarto puede ser utilizando figuras de estrellas, lunas y planetas de material fosforescente. Durante el día estarán discretamente diseminadas por todas las paredes o en el techo; pero al apagar las luces para irte a dormir, podrás pasar una noche bajo las estrellas, así te encuentres en lo alto de un edificio de departamentos en el corazón de la ciudad. Si esa decoración no es posible, al menos puedes apagar las luces y dejar que la luz de la luna ilumine tu cuarto. El efecto es casi igual de tranquilizante —y puede ser que hasta más.
8. Decora las paredes. También puedes revitalizar tu cuarto dándole un toque personal a las paredes, ya sea con objetos que te resultan queridos, como carteles o fotografías, o incluso con texturas y dibujos ─siempre que tengas permiso, si es necesario, y si estás en la disposición de volverlo a pintar de un solo color cuando sea tiempo de mudarte. Una manera muy simple de lograr un efecto espectacular es usando un color de base y después creando texturas sobre éste con objetos como esponjas, telas arrugadas o un sello creado en media papa. De ese modo no necesitarás comprar papel tapiz ni pegamento.
