Consejos para hacer frente a la incertidumbre actual

Consejos para hacer frente a la incertidumbre actual
Francisco Masse

Francisco Masse

Mente y espíritu

Pocos habrían imaginado que el inicio de la década del 2020 iba a ser tan claro y tajante: una pandemia mundial con millones de muertes, que provocó cambios tan vertiginosos como irreversibles en casi todos los ámbitos del quehacer humano. Ante la evidente fragilidad de lo que creíamos inmutable, la incertidumbre parece ser la norma de esta “nueva realidad”; pero, más allá de ver las cosas con optimismo, ¿qué otros consejos dan los expertos para hacer frente a la incertidumbre actual?

Al respecto, algo tiene que decir la psicología positiva. Esta corriente médica, más que tratar patologías —es decir, sanar traumas y curar trastornos— se enfoca en brindar herramientas para que los individuos construyan y perciban mayor bienestar y felicidad en sus vidas. Aunque psicoanalistas la han criticado por su “facilismo” —pues omite los largos y costosos años de análisis—, quienes han pasado por lustros de procesos terapéuticos sin sentirse realmente mejor han hallado alivio en su enfoque práctico, centrado no en hallar la causa del dolor sino en rehabilitar la parte adolorida para que el sufrimiento disminuya poco a poco.

Una institución que pone en práctica esta “neurociencia para el bienestar” es el Greater Good Science Center de la Universidad de Berkeley, California. Y es de su revista en línea[1] que tomamos los siguientes consejos para encarar la incertidumbre de la vida actual:

No te resistas y acepta

Si alguna vez te has subido a una montaña rusa recordarás que, si ofreces resistencia, sufres el doble que si te dejas llevar. A menudo la vida es así, pues cuando rechazas y sientes aversión por tu realidad, esta reacción amplifica tus emociones negativas. Pero existe una opción: aceptar la realidad, tal como está en este momento; esto no significa resignarse o adoptar una actitud pasiva, sino saber dónde estás y cómo te sientes al respecto, algo muy importante que muchas veces —por un sentido de la obligación— pasamos por alto.

La idea es, desde ese punto, redirigir tus acciones hacia aquello que te hace sentir mejor. Por ejemplo, si estás pasando por una crisis marital que pone en riesgo el futuro de la relación, en lugar de criticar a tu cónyuge, angustiarte por la pensión o hacer como que no pasa nada —que no son sino formas de evadir la situación—, puedes aceptar que en este momento tu matrimonio está en crisis: esa certeza y las emociones que te genere serán el punto de partida para que tomes acciones hacia aquello que sea mejor para todos.

Cuida de ti mismo

Es en serio: comer bien, dormir lo suficiente, no abusar de sustancias, tener relaciones sanas y significativas, ejercitarte y contactar con la naturaleza son lugares comunes en cualquier artículo sobre salud, pero que casi nadie se toma en serio. Piensa que la única herramienta que tienes para hacer frente al mundo eres tú mismo, así que cuidar de ti y mantenerte en el mejor estado posible es una inversión que te ahorrará muchas cuentas médicas en el futuro. Y eso incluye no atormentarte innecesariamente, no trabajar en exceso ni autoexplotarte, y darte breaks sanos que te ayuden a recargar energías.

Carretera hacia la niebla

No creas todo lo que piensas

Una de las funciones de nuestro cerebro y de la mente es mantenernos con vida, de modo que con frecuencia exploran “el peor escenario” y el “qué podría suceder” con el fin de que nos preparemos y salgamos bien librados de ese evento, probable pero no inminente. El problema es que no distinguimos entre estas falsas alarmas y las amenazas reales, y acabamos angustiándonos por problemas que aún no suceden o que, incluso, nunca tendrán lugar.

Así, cuestiona lo que te está diciendo tu “loca de la azotea” y constrástalo con los hechos de tu realidad concreta e inmediata; verás que muchas veces nos preocupamos por la tormenta cuando el cielo es azul y el sol brilla en el firmamento.

Deja de buscar a tu salvador(a)

Muchas veces, todas nuestras esperanzas están cifradas en milagros: sacarnos la lotería, dar con el trabajo ideal, casarse con un millonario —o con una cougar, viuda y adinerada—, descubrir la cura contra el cáncer o cualquier otro evento improbable que prometa salvarnos del apuro económico o del vacío de nuestras vidas. Pero, siendo objetivos, todas esas fantasías son formas de evadir la responsabilidad por tu propia trascendencia personal. Entonces, en lugar de quejarte, victimizarte y esperar que vengan en tu ayuda, piensa qué puedes empezar a hacer para cambiar tu situación. De seguro te irá mucho mejor concentrándote en los resultados deseados que en los detalles de tu propia desesperación. 

Mujer pensando

Piensa en qué puedes hacer por los demás

Uno de los grandes problemas del mundo actual es el egocentrismo. Mucha gente de verdad es incapaz de pensar en algo que no sea lo que desean tener, lograr o conseguir, y de quién o quiénes podrán obtenerlo. Pero piensa: ¿qué sería de un médico sin pacientes que curar, de un plomero sin fugas de gas que reparar, o de un albañil si nadie necesitara una casa para vivir? Entonces, atiende tus propias necesidades, pero no te enfoques sólo en ti; en cambio, piensa en las necesidades de los demás y cómo tú puedes ayudarles con ellas. La mejor manera de tener éxito y hallar sentido en tu vida es ayudando a los demás.

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