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Dennis Byrd y la yarda 18

Dennis Byrd y la yarda 18
Luis Fernando Escalona

Luis Fernando Escalona

Personas que inspiran

En la vida siempre hay un punto de no retorno, un momento en el que la realidad se impone y dictamina que “a partir de aquí, nunca nada será igual”. Así le sucedió a Dennis Byrd, exjugador de los Jets de Nueva York. Jamás imaginó que la yarda 18, en un partido contra los Jefes de Kansas City, sería el punto que marcaría en su vida un antes y un después, sin posibilidad de volver a lo que había conocido.

Dennis nació el 6 de octubre de 1966, en Oklahoma, y comenzó su carrera en la NFL en 1989. Destacaba no sólo por su forma de jugar en la defensiva, sino por ser una persona cálida, además de un buen amigo y compañero. Fue en el partido del 29 de noviembre de 1992 cuando su vida dio un giro fatal e inesperado. Durante una jugada, corrió para taclear al mariscal de campo Dave Krieg, quien se quitó para evitar el contacto. Dennis venía a gran velocidad y, sin poder frenarse, impactó la cabeza con el pecho de su compañero Scott Mersereau. Después de la colisión, Dennis quedó tendido en la yarda 18 sin poder levantarse.

Dennis Byrd tendido en la yarda 18 el 29 de noviembre de 1992

Cortesía de espn.com.mx

Cuando los asistentes médicos se acercaron, lo primero que Dennis preguntó fue si Scott estaba bien y, tras ello, aseguró que no podía sentir su cuerpo. Nadie esperaba esa respuesta. ¿Cómo reaccionar? ¿Qué decir? No quedó otra alternativa más que pronunciar palabras de aliento y fortaleza, esconder las lágrimas para infundirle valor.

Después de ser inmovilizado, Dennis fue sacado del campo en medio de una magna ovación. Sin duda, debieron de ser largos minutos, con una sensación de soledad creciendo en su interior. No había nadie más para librar la batalla: sólo él y la incertidumbre.

Ya en el hospital, el diagnóstico empeoró la situación. Dennis sabía que quizá no volvería a jugar, pero la determinación médica fue escalofriante: le dijeron que no volvería a caminar. Sin embargo, él no estaba dispuesto a conformarse con eso. Tuvo que atravesar un oscuro túnel y enfocarse en la disciplina, la paciencia y la fe para salir adelante.

La recuperación, cualquier que sea, se logra avanzando un paso a la vez. Y ese fue el sendero que Dennis tuvo que cruzar, literalmente. Primero un dedo, luego un pie, más adelante el otro. Una parte del cuerpo a la vez, atravesando las dudas y el dolor. Fue así como Dennis Byrd logró andar nuevamente. El 5 de septiembre de 1993, entró caminando al estadio, mientras la gente le aplaudía de pie. Ese día recibió un trofeo por ser el jugador más inspirador del momento; un premio que, a la larga, llevaría su nombre.

Dennis Byrd en la ceremonia del retiro de su número 90

Cortesía de mundodeportivo.com

Todos tenemos una yarda 18 en nuestra vida, un punto sin regreso que nos ha transformado, que nos ha dolido, que llevamos marcado en nuestra alma. Sin embargo, son nuestros actos los que nos definen. Dennis Byrd se convirtió en un ejemplo no por lo que hizo en el campo de juego, sino por lo que logró fuera de él, en el lugar donde se libran las más duras batallas del ser humano. Y se levantó. Y caminó otra vez. Y hoy vuela libre al otro lado del Sol para recordarnos que se puede cruzar esa yarda y salir victoriosos de ella.

Dennis Byrd falleció el 15 de octubre del 2016. Su número 90 fue retirado de los Jets y el premio sigue llevando su nombre.

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