En uno de esos posts —o reels, no recuerdo— que se comparten en las redes sociales, leí que sólo cuatro artistas en el mundo han recibido un “disco de uranio” por haber vendido más de cincuenta millones de discos. Y este humilde sombrerero, que nada más necesita un pretexto para ponerse a investigar, hurgó en la historia de estas certificaciones de ventas para comprobar la supuesta existencia de dicho galardón radioactivo. Y esto es lo que encontré…
Primero, precisemos: en los Estados Unidos existe una institución llamada Asociación de la Música Grabada de Estados Unidos —Recording Industry Association of America (RIAA), en inglés—, la cual en 1958 lanzó el Programa de Premios Oro y Platino para álbumes y sencillos distribuidos y vendidos en la Unión Americana, con el fin de “honrar a los artistas y establecer un estándar comercial del éxito en el mercado de la música”.[1]
Antes, estos premios eran entregados por los sellos fonográficos directamente a los artistas que alcanzaban cierto volumen de ventas. El primero en recibir un Disco de Plata de parte del sello Regal Zonophone fue el artista británico George Formby, en diciembre de 1937, por las cien mil copias comercializadas de su canción “The Window Cleaner”. Unos años más tarde, en 1942, la RCA Victor premió a Glenn Miller y su Orquesta con un Disco de Oro por haber vendido 1.2 millones de acetatos de su alegre tema “Chattanooga Choo Choo”.
Pero volvamos al Disco de Oro y al Disco de Platino de la RIAA, los más reconocidos de la industria —aunque, desde luego, no son los únicos—. El primer gold record, equivalente a un millón de discos vendidos, fue certificado el 14 de marzo de 1958 al estadounidense Perry Como por su sencillo “Catch A Falling Star”, y el 8 de julio del mismo año el soundtrack de la película Oklahoma! fue el primer LP en hacerse del mismo galardón. Y hay más: la canción “Hard Headed Woman”, también de 1958 e interpretada por Elvis Presley, fue el primero de los muchos sencillos del rey del rock que fueron certificados con discos de oro y de platino, siendo el artista que más ha recibido en la historia.
En 1976, con la introducción del Disco de Platino, hubo cambios importantes en los volúmenes requeridos para hacerse de estos “vinilos metálicos”: el Disco de Oro, que originalmente exigía un millón de discos vendidos, bajó su cuota a 500 mil, y el Disco de Platino empezó a entregarse a partir del millón de copias certificadas. En 1984, se instituyó el Disco Multi-Platino, que a partir de dos millones de discos —y en incrementos sucesivos de un millón— era extendido a los artistas comercialmente más exitosos.
Pero con el crecimiento exponencial del mercado fonográfico, pronto el codiciado Multi-Platino empezó a quedarse corto, por lo que en 1999 fue creado el Disco de Diamante, que certifica un total de 10 millones de copias vendidas. Algunos de los artistas incluidos en esta élite son, además de Presley, George Strait, The Beatles, The Rolling Stones, Barbra Streisand y Elton John. Impresionante ya todo esto de por sí, pero, ¿qué hay del disco de uranio que mencioné al principio y que fue el pretexto de toda esta investigación?
Como todos esos datos que se popularizan en internet, la existencia de dicho galardón tiene una parte de verdad, que le otorga su ligero barniz de autenticidad, y una buena parte de mentira, pues en efecto el Disco de Uranio existe, pero sólo ha sido otorgado en una ocasión y no existe documentación ni registros de que se haya entregado a AC/DC, a Queen, a Michael Jackson, a Pink Floyd… o a U2, porque ni en eso se ponen de acuerdo los mitómanos digitales.
Entonces: el único artista que en la historia ha recibido un Disco de Uranio es —sonido de fanfarrias mentales, por favor— nada menos que el cantante Raphael, quien lo recibió de su disquera Hispavox y de la Asociación General de Autores y Editores (SGAE) de España, por haber vendido más de cincuenta millones de copias en toda su carrera discográfica. En habla inglesa, ni siquiera la RIAA registra la existencia de una certificación semejante, de modo que el divo de Linares puede sostener, con jactancia: “Yo sigo siendo aquel”…
[1] Si deseas conocer la historia de estos premios, puedes consultar la línea del tiempo interactiva de la RIAA en este enlace: https://www.riaa.com/goldandplatinum60/#vinyl-era