“La fe es,
al mismo tiempo,
absolutamente necesaria
y completamente imposible.”
Stanislaw Lem
¿Qué es la futurología? Es simple, cualquiera desea estar preparado para lo que pueda venir mañana y, si se trata de pensar en lo que le pueda deparar a la humanidad completa, los pronósticos se vuelven tan necesarios que son una cuestión de supervivencia. De ahí que existan científicos y pensadores dedicados a calcular las probabilidades de los futuros posibles.
En esta alucinada novela, escrita en 1970 y situada cerca de la mitad del siglo XXI, Ijon Tichy, personaje recurrente de Lem, es convencido por algunos amigos de asistir al octavo congreso internacional de futurología, celebrado en Costarricania, un país tropical del futuro que lo recibe en medio de una tensión política bien disimulada por los organizadores del evento. Todo parece transcurrir con normalidad en el lujoso hotel de cinco estrellas, lleno de comodidades y tecnologías impensables en algunos casos y, en otros, muy similares a las actuales. Un pequeño vistazo al mañana: las modas cambian, la tecnología cambia, las ideologías cambian, pero lo fundamental permanece igual, inamovible, al menos así parece.
El autor polaco Stanistlaw Lem es uno de los autores más celebrados internacionalmente en el mundo de la ciencia ficción. No es para menos, su genial inventiva e inquieta imaginación demuestran sus alcances en esta genial obra.
Nunca podremos asistir a ese congreso que tan interesante se escuchaba, pues una serie de interrupciones desviarán la atención de Tichy y también la nuestra, seremos llevados a realidades inesperadas y experiencias sensoriales cada vez más duras. La alucinada prosa de Lem no deja espacio para respirar, este texto es similar a ser arrastrado por un río que desconocemos y cuya desembocadura no podremos alcanzar a adivinar. Intensa, aberrante, repleta de acción, saturada, violentamente triste y humorísticamente desesperanzadora. Una historia que en definitiva ha envejecido bien, pues las reflexiones que esconde resultan pertinentes, aún más, son indispensables para pensar a fondo la nueva realidad que hemos construido en la esfera de las relaciones humanas gracias al mundo virtual y sus distintas interfaces.
Muchos la han interpretado como la alegoría de un estado totalitario, similar al que tuvo que enfrentar el propio Lem en Polonia —la censura cada tanto visitaba a su puerta, aunque con timidez debido a su gran éxito y fama internacional. Creo que, pese a que se puede interpretar de esta manera, la alegoría abarca mucho más que sólo una forma de organización política. Baste decir que darse cuenta de algo, cobrar consciencia de una esquina rota en el mundo, en ocasiones es sólo una forma más de taparnos los ojos ante la realidad. ¿Y qué es “lo real”? Pues aquello que estamos dispuestos a ver.
Si te gusta la ciencia ficción o las distopías, este libro sin duda es para ti. Inmortalidad, guerra, drogas, robots y confort se mezclan en la licuadora de una mente visionaria que no deja de preguntarse: ¿cómo será el futuro?