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¿El multitasking pone en riesgo tu salud?

¿El multitasking pone en riesgo tu salud?
Guadalupe Gutiérrez

Guadalupe Gutiérrez

Mente y espíritu

Intentar hacer más de una cosa a la vez se ha convertido en una constante de la cultura laboral en una gran cantidad de empresas. Cada vez es más común que los puestos de trabajo incluyan en sus descripciones requerimientos como “capacidad de alternar continuamente entre tareas”, “trabajo bajo presión” o “priorizar tareas urgentes sin descuidar el resto”, en resumen: ser multitareas o multitasking.

Este enfoque en las organizaciones provoca una constante fuente de estrés en los trabajadores. A veces, éstos se enfrentan a tal esquema con emoción y ganas de superar el reto; sin embargo, dicha condición no es sostenible y a largo plazo resulta perjudicial incluso para la persona más positiva, ya que el estrés continuo provoca que se eleven los niveles en sangre de la hormona cortisol, lo que ocasiona problemas de salud.

Trabajo bajo presión

Este enfoque de actividades ha permeado desde lo laboral hasta la vida personal. Seguro has escuchado hablar del multitasking como si se tratara de una virtud o de una capacidad a la que se debe aspirar; por ello pensamos que debemos procurar hacer al menos dos actividades de forma simultánea, como estudiar, escuchar noticias y ordenar una habitación. Sin embargo, la realidad demuestra que el cerebro no puede concentrarse en más de una tarea a la vez, si ambas requieren de concentración para el proceso de información. 

El neurocientífico Daniel Levitin1 sostiene que estresar nuestro cerebro al intentar hacer varias tareas a la vez provoca, además de un aumento de cortisol en sangre, el uso acelerado de glucosa, lo que conduce a la fatiga y la desorientación. Entonces, ¿por qué seguimos empeñados en realizar varias tareas a la vez? Esto se debe a la cultura de mantenernos siempre ocupados en el ámbito laboral y personal, pero también tiene una explicación química: cuando conseguimos resolver o concluir una tare,  el cerebro libera dopamina al torrente sanguíneo, lo que nos hace sentir bien de manera momentánea y provoca que continuemos trabajando bajo el mismo esquema.

Nuestra perspectiva también juega un rol crucial en el multitasking, pues si realizamos varias actividades a la vez y concluimos más de una, aunque nos haya tomado más tiempo del necesario, tenemos la idea de haber trabajado de manera “eficiente” por haberlas terminado casi a la par. Sin embargo, es altamente probable que, si nos hubiéramos enfocado en una sola tarea hasta completarla y luego empezado la otra, el proceso nos hubiera tomado menos tiempo y nuestro cerebro no estaría tan fatigado debido a la atención alternante.

El fenómeno de atención alternante se está convirtiendo en un problema generalizado, pues el enfoque multitareas, las redes sociales y el entretenimiento actual promueven espacios de atención por periodos cortos; como consecuencia, nuestro cerebro no puede concentrarse durante periodos prolongados para completar tareas que requieren el cien por ciento de nuestra atención. La atención alternante se convierte entonces en una necesidad para nuestro cerebro, ya que no es capaz de procesar información de forma ininterrumpida por un periodo prolongado, lo que provoca que nos distraigamos con facilidad y empeora nuestra capacidad de retención.

A un nivel biológico, ser multitareas aumenta los niveles de estrés, lo cual nos vuelve susceptibles de padecer ansiedad, depresión e incluso enfermedades cardiovasculares. Además, como describieron los investigadores liderados por Decio Coviello en un estudio publicado en 2010: “los sujetos que realizan varias tareas a la vez son menos productivos y cometen más errores”,[1] sin mencionar que el conocimiento adquirido al realizar varias actividades de forma simultánea no permanecerá en la memoria por mucho tiempo y resultará muy difícil llevarlo a la práctica o aplicarlo en un contexto distinto.[2]

Pelota antiestrés

En la medida de lo posible, deberíamos evitar el multitasking, pues además de no tener ningún beneficio en nuestra productividad y eficiencia, merma nuestra salud mental y fisiológica, afecta nuestros procesos cognitivos hasta en un 40% y perjudica nuestra memoria y capacidad de atención.[3] Si no nos es posible cambiar el esquema de la multitarea, existen algunas cosas que podemos hacer para reducir el estrés y disminuir su efecto negativo sobre nuestro cuerpo, como usar pelotas o juguetes antiestrés, garabatear en una libreta, caminar un par de minutos para despejar la mente, practicar ejercicios de respiración o meditaciones cortas o hacer estiramientos para mejorar el flujo sanguíneo y oxigenar nuestro cuerpo, lo que nos haría sentir mejor y menos estresados.

Cierre artículo

[1] Coviello, D. et. al., “Don’t spread yourself too thin.” The National Bureau of Economic Research (2010).

[2] A. Murphy, Paul. “You’ll never learn!”, Slate (2013).

[3] Rubinstein, J. S. et al., “Executive Control of Cognitive Processes in Task Switching.” J. Experimental Psychology (2001).

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