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El origen del (ahora omnipresente) código QR

El origen del (ahora omnipresente) código QR
Francisco Masse

Francisco Masse

Inventos

No es que fuera algo nuevo. De hecho, surgió en la década de 1990 y fue utilizado durante la primera década del nuevo milenio, pero como no tuvo mucho arraigo cayó en desuso. Entonces, en 2020, sucedió lo impensable: un virus mutó, infectó a cientos de miles de seres humanos y causó una pandemia; pronto supimos que este patógeno podía contagiarse por contacto, de modo que hubo que emplear una tecnología que permitiera compartir información sin pasar objetos de mano en mano. Y eso marcó el regreso del código QR.

El código QR —siglas en inglés de Quick Response— es un tipo de código de barras matricial bidimensional, inventado en 1994 por la empresa japonesa Denso Wave, originalmente para etiquetar autopartes. Su desarrollo se vincula con el de los códigos de barras convencionales, los cuales en 1990 empezaron a aligerar la carga de los cajeros en los supermercados, que antiguamente tenían que teclear a mano el precio de cada artículo en un proceso lento que causaba interminables filas durante las horas pico; con el nuevo sistema, sólo había que pasar la etiqueta del producto por el ojo del escáner para cobrarlo.

Pero mientras eso sucedía en las ventas destinadas al consumidor final, en la industria el escaneo de códigos de barras que sólo podían contener 20 caracteres de datos resultaba insuficiente, por lo que a menudo se necesitaban varios códigos en una caja para transmitir lo que había dentro; hacía falta otro tipo de gráfico que pudiera contener información mucho más compleja. Cuando un ingeniero japonés llamado Hara Masahiro —que se ganaba la vida fabricando lectores de códigos de barras— supo del problema, se dispuso a resolverlo.[1]

El código QR en carteles callejeros

Así, Masashiro desarrolló un código de barras bidimensional de forma cuadrada que resolvía el problema de la capacidad de datos limitada; pero cuando se imprimieron textos junto a estos nuevos códigos, los escáneres no pudieron detectarlos. Hara pensaba en la salida a ese atolladero cuando, al mirar por la ventana del metro de camino al trabajo, notó que los rascacielos se destacaban claramente del resto del paisaje; eso le dio una idea: tenía que buscar la forma de distinguir los códigos de barras cuadrados del texto aledaño. La solución fue incrustar tres pequeños cuadrados en las esquinas del nuevo código de barras, los cuales permitían a los lectores reconocerlo instantáneamente.

En 1994, Masashiro finalmente estuvo listo para lanzar su creación. Como trabajaba para la filial de un fabricante de partes automotrices, demostró su uso en una reunión comercial del sector. El invento fue un éxito y varias empresas automotrices japonesas adoptaron rápidamente el código QR, un invento revolucionario que, sin embargo, podría haber servido solamente para catalogar productos si no hubiera sido por otro invento: los teléfonos celulares con cámara.

A medida que la gente adoptó el smartphone como un accesorio inseparable, todo el mundo tenía siempre un escáner de códigos QR al alcance de su mano. Pero, a pesar de ello, el camino hacia la adopción generalizada no fue fácil, ya que en la década de 2010 era necesario descargar una variedad de aplicaciones para escanear códigos distintos, lo que resultaba muy frustrante para el usuario.

Una regla no escrita de la innovación es que la adopción de una nueva tecnología depende no sólo de su utilidad, sino de que el entorno, el mercado y los usuarios estén listos para adoptarla. Así, los códigos QR se adelantaron a su tiempo y los teléfonos inteligentes tardaron un tiempo en ponerse al día; pero, como sucede a menudo, fue una crisis la que aceleró el cambio y orilló a millones de usuarios a hacer uso de esta tecnología.

El código QR en celulares

Durante la década de 2010 el uso de los códigos QR creció a un ritmo lento, pero constante. El auge exponencial tuvo lugar con la pandemia por Covid-19 de 2020. De pronto, el mundo buscó formas rápidas y sencillas de compartir información sin contacto físico y los códigos QR fueron la solución perfecta: son gratuitos, fáciles de crear y casi todo el mundo lleva un lector en el bolsillo, de modo que podías cenar en un restaurante sin tocar un menú que otras personas habían tocado o pagar y cobrar artículos sin tocar billetes ni presionar botones en un lector de tarjetas, lo que redujo sustancialmente la propagación del virus.

Aunque la OMS declaró el fin de la emergencia sanitaria en mayo de 2023, hoy muchos nos hemos acostumbrado a un mundo sin contacto y los códigos QR llegaron para quedarse: algunos restaurantes han optado por mantener los menús QR para evitar los costos de impresión y poder actualizar elementos en el momento necesario, y tanto en el comercio electrónico como en la publicidad exterior el escaneo de un QR se ha convertido en una práctica común para hacer cobros y pagos o compartir contactos, direcciones URL y redes sociales.

¿Cuál es el siguiente paso? Denso Wave, la empresa creadora del QR, ha diversificado su producto y está desarrollando tecnologías como el SQRC®, un código que transporta dos tipos de datos, públicos y privados, o el Face Authentication SQRC, que codifica en un QR la información que leen los softwares de reconocimiento facial; también hay variantes como el FrameQR®, que puede contener una imagen geométrica —o el logotipo de una marca— o la QR Platform, un servidor en la nube que genera, lee y cataloga códigos QR.

¿Moraleja? Si tu producto no tiene éxito a la primera, ten paciencia. Nunca sabes de dónde puede provenir el empujón que necesita…

Cierre artículo

[1] “The QR code is everywhere, but where did it come from?”, GovTech Singapore (Agencia Tecnológica del Gobierno de Singapur) en: https://www.tech.gov.sg/media/technews/2020-09-24-the-qr-code-is-everywhere-but-where-did-it-come-from

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