El poder de la motivación: ¿qué es y cómo cultivarla?

El poder de la motivación: ¿qué es y cómo cultivarla?
Andrea González

Andrea González

Inspiración

Motivación es una palabra que se utiliza con mucha frecuencia en conversaciones sobre el éxito, la productividad y el crecimiento personal. La oímos en charlas de superación, la leemos en libros de autoayuda y la vemos constantemente en publicaciones de las redes sociales. Pero, ¿qué es exactamente la motivación y cómo podemos trabajar activamente para conseguirla?

En esencia, la motivación es la fuerza que nos empuja a actuar de determinada manera y nos impulsa hacia nuestros objetivos, ya sean personales, profesionales o académicos. Según la Enciclopedia Britannica, motivación proviene del latín motivus, que significa ‘causa del movimiento’, lo que pone de manifiesto la naturaleza dinámica de los procesos psicológicos relacionados con ella.

Por otro lado, los psicólogos suelen clasificar la motivación en dos tipos: intrínseca y extrínseca. La motivación intrínseca procede sólo de factores internos, como el disfrute personal, la curiosidad o la satisfacción que derivan de la actividad misma. Cuando uno está intrínsecamente motivado, realiza actividades porque las encuentra gratificantes; por ejemplo, puedes tener la pintura como hobby porque te encanta el proceso y, simplemente, disfrutas creando arte.

En contraste, la motivación extrínseca surge de circunstancias externas, como las recompensas, los elogios o la evitación de castigos. Este tipo de motivación procede de algo que está fuera de nosotros e implica buscar resultados tangibles o evitar consecuencias negativas. Un ejemplo es estudiar para un examen porque deseas obtener una buena nota o porque no quieres reprobar, trabajar horas extra para ganar dinero, o cantar en público para recibir el aplauso de una audiencia.

Algunas estrategias para cultivar la motivación

1. Establece objetivos claros. Define con precisión qué quieres conseguir, ya sea completar un proyecto, aprender una nueva habilidad o ponerte en forma física. Tener metas específicas y alcanzables proporciona lucidez y dirección.

2. Encuentra un propósito. Conecta tus objetivos con tus valores y pasiones. Entender por qué quieres lograr tus metas enciende un sentido de propósito y una motivación intrínseca. Pregúntate: ¿qué impacto tendrá el logro de este objetivo en mi vida y en la vida de los demás?

Encuentra un propósito

3. Divide tu meta. Las grandes tareas y los objetivos muy ambiciosos pueden resultar abrumadores y, en consecuencia, causar procrastinación o desmotivación. Por ello, lo mejor es dividirlos en pasos más pequeños y alcanzables, y celebrar cada pequeña victoria en el camino para así mantener el impulso.

4. Cultiva una mentalidad de crecimiento. Acepta los retos y los contratiempos como oportunidades de crecimiento. Adopta una mentalidad que vea los fracasos como experiencias de aprendizaje y no como obstáculos o puntos de no retorno.

5. Crea un entorno que te apoye. Rodéate de personas que levanten tu ánimo y te animen. Ya sean amigos, familiares o mentores, tener una red de apoyo puede proporcionar motivación y fomentar la responsabilidad.

6. Recompénsate. Reconoce tus progresos, celebra y premia tus logros, por muy pequeños que sean. Recompensarte por alcanzar cada uno de tus objetivos puede reforzar el comportamiento positivo y aumentar la motivación extrínseca.

7. Practica la autocompasión. Sé amable y gentil contigo mismo, especialmente en momentos difíciles o de baja motivación. Reconoce que los contratiempos son una parte natural del camino y trátate a ti mismo con la misma compasión que le ofrecerías a un amigo si estuviera enfrentando dificultades similares.

8. Sé flexible. Comprende que la motivación fluctúa a lo largo del tiempo, así que es normal experimentar periodos de gran motivación y momentos de poca energía o entusiasmo. Adáptate y ajusta tu enfoque según sea necesario.

Sé flexible

En esencia, la motivación no es un rasgo estático, sino una habilidad que puede desarrollarse y cultivarse con el tiempo. Es un viaje lleno de altibajos, éxitos y cambios de ruta, y es importante reconocer que tiene relación con otros aspectos del bienestar, como la salud mental, la autoestima y la satisfacción general con la vida. Cuidar tu bienestar físico y emocional, practicar la atención plena y cultivar hábitos positivos también pueden contribuir a mantener tu motivación.

Para concluir, la motivación no es una palabra de moda o un sentimiento pasajero, sino un aspecto fundamental del comportamiento humano. Cultivando la motivación intrínseca y extrínseca, y poniendo en práctica algunos de estos consejos, podrás iniciar un camino hacia la realización de todo tu potencial para vivir una vida impulsada por el propósito y la pasión.

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