En este Año Nuevo, no tengas propósitos: haz planes

En este Año Nuevo, no tengas propósitos: haz planes
Francisco Masse

Francisco Masse

Inspiración

Llegó 2023 y, con él, llegan también los consabidos propósitos de Año Nuevo, que son intenciones en las que la gente se promete a sí misma alcanzar logros tales como dejar de fumar, bajar de peso, tener “cuerpo de OnlyFans”, ser mejores personas, encontrar pareja o llevarse mejor con sus familias. Pero como, tristemente, la mayor parte de estas resoluciones nunca fructifican, aquí te proponemos una idea distinta: que este año no tengas propósitos y, en lugar de eso, hagas planes para cumplir con tus objetivos.

¿Cuál es la diferencia? Que a menudo un “propósito” no es sino un cúmulo de buenas intenciones que carecen de dirección, objetivos claros y métodos efectivos; en cambio, con la planeación nos enfocamos en tareas y en periodos específicos, medimos y evaluamos periódicamente nuestros avances y así aumentamos la probabilidad de cumplir con nuestros objetivos. Por eso, acá te comparto algunas ideas para tus planes de Año Nuevo 2023.

Usa los criterios SMART

Esta palabra, que podría traducirse como “inteligente, astuto, listo”, es también el acrónimo de las palabras en inglés Specific, Measurable, Assignable, Realistic y Time-related; es decir: específico, medible, asignable, realista y en un tiempo limitado. Estos criterios fueron definidos en 1981 por George T. Duran en la revista Management Review, en un artículo que buscaba la manera más inteligente de escribir las metas y los objetivos de una empresa.

La idea es que, en lugar de un propósito vago e indefinido como “bajar de peso” o “ser mejor persona”, apliques los cinco criterios al momento de formular tu plan. Por ejemplo: “Me propongo reducir mi Índice de Masa Corporal a nivel normal (específico) yendo a nadar, a correr y al gimnasio tres veces a la semana (asignable), de modo que, sin lastimarme o matarme de cansancio (realista), pueda bajar al menos 5 kilogramos de grasa corporal (medible) en un periodo de tres meses (en un tiempo limitado). Suena distinto, ¿no?

...en lugar de un propósito vago e indefinido (...) apliques los cinco criterios al momento de formular tu plan

Divide y vencerás

Una vez que hayas formulado un objetivo SMART, para empezar tu planeación primero debes identificar las tareas y las minitareas que componen a éstas; en otras palabras, se trata de dividir un propósito general y ambicioso como “pintar la casa” en tareas, y de subdividir éstas en tareas más específicas. En el ejemplo anterior, una primera división sería: sala y comedor, habitaciones, cocina, baño y fachada; para la sala, primero habría que: elegir pintura, comprar pintura y herramientas, cubrir muebles, bajar cuadros, enmascarillar y cubrir pisos, limpiar paredes, resanar grietas, dar una mano, dejar secar, dar una segunda mano, perfilar, limpiar, colgar cuadros y reacomodar muebles.

Un método que puedes usar se llama SCRUM, el cual se implementó por primera vez a mediados de la década de 1980 en el ámbito del desarrollo de software, y después ha sido llevado a otras áreas e industrias. La premisa es sencilla: una vez identificadas las tareas y minitareas, éstas se distribuyen en al menos tres columnas: to do o por hacer, cuando aún no empiezas la actividad; toda vez que has arrancado, pasas la tarea a la columna in process o en proceso, y una vez terminada la llevas hasta la tercera columna o completed.

Dependiendo de tu objetivo, puedes añadir tantas columnas como necesites y usar tarjetas o stickers de colores para distinguir tus distintos proyectos. Con el método SCRUM en cualquier momento del proceso tienes, a golpe de vista, un tablero visual con tus pendientes y tus avances, lo que te permitirá ir celebrando tus logros parciales —cada vez que llevas una tarjeta hasta completed, por ejemplo—, con lo cual te mantendrás motivado y evitarás la sensación de agobio, pues al dividir la tarea… ésta resulta más fácil de vencer.

Con el método SCRUM en cualquier momento del proceso tienes (...) un tablero visual con tus pendientes y tus avances

Lleva una agenda o calendario

¿Recuerdas la T de SMART, que tiene que ver con el tiempo? Pues ahora es momento de bajar todas tus planeaciones a una agenda y a un calendario. En la primera asignas horas y tiempos específicos a tus actividades a lo largo del día, y en el segundo distribuyes tus tareas y procesos a lo largo de la semana, el mes y hasta el año. Aquí vale la pena distinguir entre proyectos, que tienen un objetivo específico, y procesos, actividades cíclicas que son más como hábitos que se van adoptando con la práctica diaria o frecuente.

Retomando el método SMART, se trata de tomar las tareas de la primera columna y asignarles fecha de inicio y de conclusión realistas, tomando en cuenta que algunas de ellas llevan un orden específico, como en el ejemplo de la pintura de la casa. Estas tareas y minitareas de tus proyectos convivirán con los hábitos que deseas adquirir, por ejemplo corriendo todos los martes, jueves y sábado de 6:00 a 7:00 de la mañana. La técnica del timeboxing, que ya expusimos en Bicaalú, podrá auxiliarte a administrar tu tiempo de forma más creativa y sin “auto explotarte”. Recuerda que se trata de ser mejor y de estar mejor, no de provocarte a ti mismo fatiga excesiva, frustraciones y hasta burnout.

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