Escritura terapéutica: diarios de emociones y de estrés

Escritura terapéutica: diarios de emociones y de estrés
Guadalupe Gutiérrez

Guadalupe Gutiérrez

Mente y espíritu

La escritura es una herramienta que nos ayuda a comunicarnos con otras personas, pero también puede ser un medio para entenderte a ti mismo a nivel emocional y psicológico. Así es que surge la escritura terapéutica que, si bien no es del todo nueva, ha tenido un auge reciente en el ámbito de la salud mental. Y es que si todos aprendimos a escribir en etapas tempranas de nuestras vidas y la escritura es una habilidad que usamos para expresarnos de forma casi instintiva, es natural que pueda emplearse con fines curativos.

Lo mejor es que para experimentar los beneficios de la escritura terapéutica no necesitas un talento especial, sólo las ganas de escribir y plasmar lo que sientes. Esta técnica se realiza en un ambiente controlado, en calma, escribiendo sobre un suceso específico de forma libre y sin preocuparse por que alguien más lea el texto, ya que su objetivo es recrear la situación que te provoca malestar para luego analizarla poniendo distancia. Por eso, su efectividad depende de tu honestidad al momento de escribir: nadie más leerá tu texto, si tú no lo quieres, y difícilmente podrás engañarte al examinar la situación por escrito.

Escribir para sí, libre y honestamente

Un buen ejemplo de escritura terapéutica es llevar un diario de emociones. Esta tarea implica escribir sobre situaciones tensas, estresantes o que te generan malestar; una vez que las describas por escrito, el paso siguiente es identificar las emociones involucradas en cada etapa para comprender sus causas y la evolución que éstas tuvieron a lo largo del conflicto. Al llevar a cabo este proceso, podrás tener un mayor entendimiento de las palabras o acciones que provocaron esas reacciones y, también, planear estrategias para alcanzar una mejor regulación de tus propias emociones al trabajar con tu inteligencia emocional.

Pero no todo se orienta al conflicto. Si deseas usar esta herramienta en positivo, puedes optar por un diario de gratitud en el que plasmes los sucesos y eventos que consideras positivos, de nuevo identificando las emociones que te provocan. Estés o no en alguna terapia psicológica, llevar un diario de emociones y uno de gratitud, nutriéndolos de manera diaria, semanal o haciendo balances mensuales, te permitirá conocer tu fluctuación emocional en un periodo determinado.

A pesar de la eficacia de estas técnicas, a veces los diarios de emociones no son suficientes y es preciso llevar a cabo ejercicios exploratorios a través de la escritura, haciéndote preguntas que te lleven a reflexionar sobre emociones para las que no encuentras causas aparentes o, bien, que te permitan escudriñar más en tus recuerdos y emociones pasadas a fin de sanar emocionalmente.

Escritura terapéutica también para calmar la ansiedad

La escritura terapéutica también ha llegado a usarse como herramienta para calmar la ansiedad. Algunos psicólogos recomiendan a sus pacientes que, si sienten que están a punto de sufrir un ataque, comiencen a escribir en presente todas sus acciones, por pequeñas que sean, al igual que sus pensamientos y emociones. Escribir en ese tiempo verbal los regresa al “aquí y ahora”, lo que en la mayoría de los casos resulta en una disminución del nivel de ansiedad.

Otra herramienta que echa mano de la escritura terapéutica son los diarios de estrés. Éstos servirán para identificar el límite de estrés y agitación emocional que puedes tolerar sin que se afecte tu desempeño profesional o tu bienestar físico y emocional. Para llevar un diario de este tipo, debes registrar los eventos estresantes que sufriste, cómo afectaron tu humor, las reacciones físicas que sentiste, la forma en que abordaste la situación y la duración, tanto del evento como del malestar.

Este registro se realiza una vez al día, excepto cuando no pasaste por una situación estresante. Al final de la semana o del periodo designado de antemano, deberás analizar la información registrada para identificar eventos recurrentes o frecuentes que necesitas atender para que no se repitan o para tomar las medidas que sean necesarias para salvaguardar tu salud mental.

Estas son sólo algunas de las herramientas disponibles que tienen como base la escritura terapéutica. Al incorporar al menos una de ellas a tu rutina diaria, será más probable que alcances un estado de bienestar emocional, pues estarás trabajando de forma activa en la identificación de los factores que más afectan tus emociones y niveles de estrés, al mismo tiempo que desarrollarás mecanismos para gestionarlos de mejor manera. ¿Deseas intentarlo?

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