¿Qué estaba haciendo Miguel Ángel antes de esculpir el David? ¿O Shakespeare, antes de escribir Hamlet? En otras palabras, ¿qué hacen los grandes genios antes de realizar sus obras más geniales? En su mayoría, se preparan para hacerlo…
En 2003, la cinta El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki se coronó como la Mejor Película Animada en la entrega de los Óscares, siendo la primera producción extranjera en obtener tal galardón; pero, antes de alcanzar el éxito, Miyazaki había producido muchas otras películas en sus estudios de animación, los ahora afamados y adorados Estudios Ghibli. Y, de hecho, el gran éxito del estudio en el cine tuvo sus inicios en la televisión.
Desde niño, Miyazaki fue un aficionado del arte a quien le gustaba leer los mangas de Osamu Tezuka, conocido por ser el creador de Astroboy. Sin embargo, aunque canalizaba su afición practicando el dibujo, por diversas circunstancias terminó estudiando economía. Fue hasta la década de 1960 cuando tuvo la oportunidad de trabajar para el estudio Toei Animation, al dibujar las transiciones entre secuencias que permiten la animación de los fotogramas. Sería ahí donde conocería a Isao Takahata —con quien años después fundaría Ghibli—, quien al ver el talento de Miyazaki no dudó en darle su primer trabajo como paisajista y, más tarde, le permitió aportar ideas al guión. Aunque ninguno de los dos permaneció mucho tiempo en Toei, continuaron trabajando juntos y alentando mutuamente su creatividad, al tiempo que buscaban otros estudios que apreciaran sus ideas.
Ahora, conozcamos las series de televisión en las que trabajó Miyazaki antes de dedicarse por completo al cine; quizá te sorprenderá reconocer algunos memorables animes de tu infancia.
Lupin III (1971-1972)
Lupin III es un exitoso manga creado por Monkey Punch, el cual narra las aventuras del nieto de Arsenio Lupin —un personaje creado por el escritor Maurice Leblanc—y su banda de ladrones. Ante el éxito del manga, el estudio Toei Animation fue el encargado de crear el anime cuya primera temporada constó de veintitrés episodios, de los cuales catorce estuvieron dirigidos por Takahata y Miyazaki. Años más tarde, en 1979, Miyazaki dirigió la película El Castillo de Cagliostro, que de nuevo giraría en torno a las aventuras de Lupin III. Aunque dicha película fue criticada por los fanáticos del material original y Miyazaki no se sintió con mucha libertad, ya que hasta cierto punto debía respetar al personaje de Monkey Punch, la cinta ahora se considera de culto.
Heidi (1974)
En 1971, Miyazaki viajó a Suecia para intentar convencer a Astrid Lindgren de cederle los derechos de su personaje Pipi Calzaslargas para crear una serie de anime sobre ella. Durante el viaje, Miyazaki tomó fotografías e hizo bocetos de los maravillosos paisajes europeos; sin embargo, ni los mejores esfuerzos de Miyazaki lograron convencer a Lindgren y Miyazaki regresó a Japón sin los anhelados derechos. Pero, por fortuna, el viaje no fue del todo infructuoso, pues los bocetos se usaron para otro importante proyecto: en 1974, Takahata dirigiría la famosa serie animada Heidi y reclutó a Miyazaki como creador de los paisajes de la serie; así, éste pudo aprovechar las abundantes referencias reales que reunió en su viaje a Europa.
Marco, de los Apeninos a los Andes (1976)
Basado en el relato de Edmundo de Amicis publicado en 1886, este anime narra de la historia de Marco, un valiente niño que emprende un viaje por la mitad del mundo en busca de su madre; en él, la dupla de Takahata y Miyazaki volvió a colaborar tomando los mismos roles que en Heidi. Imaginativo, dramático y visualmente hermoso, este anime muestra muchas de las fortalezas que después serían aclamadas en las películas de Ghibli.
Conan, el niño del futuro (1978)
Inspirada en la novela La ola increíble de Alexander Key, este anime fue la primera serie dirigida enteramente por Miyazaki. A lo largo de veintiséis episodios conocemos a Conan, un intrépido niño que vive con su abuelo en una isla que se ha convertido en uno de los pocos sitios habitables en un mundo devastado por una guerra entre dos naciones. Un día, Conan conoce a Lana, una chica con poderes telepáticos que es perseguida por las autoridades. Al transcurrir la trama, Lana termina siendo secuestrada y Conan debe de emprender un peligroso viaje para rescatar a su amiga.
En este anime ya es evidente la libertad creativa que Miyazaki puede tomarse con las historias, así como la importancia que tienen para él los temas ecologistas y el pacifismo.
Ana de las tejas verdes (1979)
De nuevo de la mano de su socio, Isao Takahata, Miyazaki trabajó en la adaptación de la novela homónima de Lucy Maud Montgomery publicada en 1908. Tras el éxito de Heidi y Marco, retomaron los mismos roles: Takahata como director y Miyazaki como encargado de los escenarios. La serie constó de cincuenta episodios en los que se despliegan caprichosos paisajes que surgen del buen ojo que tiene Ana para apreciar la belleza de la naturaleza; así, somos llevados a un mundo lleno de resplandecientes almendros y vibrantes otoños.
Sherlock Holmes (1984)
De todas las versiones que existen de Sherlock Holmes, ¿te imaginas una en la que el famoso detective es un sabueso? Así es: esta serie animada nos presenta una versión de Sherlock protagonizada por perros antropomórficos, de la que Miyazaki dirigió algunos de los primeros episodios; en ellos, se delata su fijación por la aviación, su experiencia en secuencias de persecución y la preponderancia que otorga a los personajes femeninos. Por desgracia, la serie tuvo problemas de derechos, de modo que se pausó su producción; cuando finalmente se retomó el proyecto, Miyazaki ya no pudo seguir participando pues estaba trabajando de lleno en su primera película: Nausicäa del Valle del Viento(1984). A pesar de ello, se le acreditó como director de cinco episodios.