
No todo está perdido en el mundo de la lectura. Existen aplicaciones que invitan a leer narrativa a las nuevas generaciones, las cuales implican la fusión perfecta de las conversaciones de WhatsApp y la narrativa dialogada. Se trata de las llamadas chat fiction apps, que después de descargarlas en el teléfono inteligente ofrecen al usuario la posibilidad de leer una historia en formato de chat, donde la acción y el conflicto narrativo se desarrolla por medio de diálogos, preguntas, respuestas, emoticones, invitados agregados a la plática, usuarios eliminados, dejados “en visto”, bloqueos y todo aquello a lo que nos enfrentamos diariamente cuando empleamos el tan amado y odiado “güats”.
Hooked es, sin duda, la líder de estas aplicaciones, pues cuenta con más de 20 millones de usuarios. Su metodología es bastante simple: después de descargarla gratuitamente, el usuario puede seleccionar entre varios géneros, como horror, suspenso, romance, etcétera. Una vez elegido éste, tendrá la posibilidad de disfrutar cuentos que en promedio tienen alrededor de mil palabras. Hasta aquí todo parece muy bien, pero una vez que te encuentras enganchado con la historia, la aplicación te indicará que, si deseas conocer el desenlace, tienes dos opciones: esperar entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos, o pagar por el servicio… en este punto, ya no estamos tan bien. Como se puede ver, en los tiempos de las apps todo es explotación, hasta la estructura básica de desarrollo-nudo-desenlace.
Tap y Yarn son otras conocidas aplicaciones de chat fiction, con diferentes modalidades que Hooked, aunque no tan populares como esta última, que hace honor a su nombre al enganchar al usuario. El motivo de su éxito no es difícil de descifrar: en primer lugar, por medio del scroll, obliga al lector a la interacción; además, para muchos jóvenes representa un formato narrativo que les resulta cercano, ya que las conversaciones digitales forman parte de su cotidianidad; sin mencionar ese placer que sentimos muchos seres humanos al meternos en lo que no nos importa; me refiero a la pasión voyerista, a ese gusto morboso de ver qué está haciendo el vecino. ¿Cuántos de nosotros no hemos leído capturas de pantalla de una conversación ajena, ya sea con miedo, risa, disgusto, indignación o fascinación? ¿Cuántos no hemos sido testigos de una pelea entre dos o más personas en un grupo familiar, de amigos o de compañeros de trabajo en WhatsApp y, motivados por el morbo, compartido el meme que dice “Yo solo vine a leer los comentarios”?
Pues la ficción de chat explota eso, aunque sólo se trate de una historia inventada, y cada vez adquiere más popularidad. Un ejemplo de ello es el argentino Mauro Croché, quien ha sabido aprovechar de manera afortunada la mezcla de ficción y la app para conversar en el teléfono celular que todos conocemos.
Nada nuevo bajo el Sol… del Siglo de Oro español
Lo cierto es que, para desgracia de las nuevas generaciones, estas narraciones dialogadas no tienen absolutamente nada de novedoso ni de original. Un genio de la literatura mucho más grande que cualquier programador de Hooked, Yarn y Tap, dio vida a esta forma de contar historias en el siglo XVII, durante el periodo conocido como Siglo de Oro español. El escritor a quien me refiero es Lope de Vega, y la obra en cuestión La Dorotea, una novela dialogada que su autor —a quien no en vano apodaban “El Fénix de los ingenios”— calificó como “acción en prosa”.
La Dorotea trata sobre las relaciones de una mujer con dos hombres, y leerla es tan fácil como enviarle un “whats” a un amigo, pues se trata de un texto de dominio popular que es posible encontrar, incluso, en la página de la Real Academia Española.
No cabe duda que siempre habrá historias que contar, en cualquier formato, para cualquier generación y en cualquier momento, ya sea en un libro impreso o en un chat…
