
¿Alguna vez te ha preocupado el fin de tu vida? ¿Te has cuestionado constantemente si existe la vida después de la muerte? El miedo a la muerte es un tema que desde tiempos remotos el ser humano ha tratado de explicar y de mitigar en diversas formas. Algunos encuentran respuestas en la religión; otros, en la espiritualidad, y otros tantos prefieren ignorar dicha angustia.
En lo personal, siempre le había temido a la muerte: me angustiaba el hecho de recibir su prematura visita o, peor aún, que tocara a la puerta de mis seres queridos. Sin embargo, un evento en mi vida provocó que tuviera lo que muchos llaman “una experiencia cercana a la muerte”. Me percibí fuera de mi cuerpo físico y pude verme recostada en la cama del hospital, mientras los médicos argumentaban que no era posible que siguiera con vida.
Dicho suceso me marcó y cambió mi manera de comprender la realidad. Con el paso de los años, fui conociendo a diversos autores que compartían los mismos aprendizajes que yo intuí gracias a mi experiencia.Ellos me ayudaron a ver con mayor claridad el regalo oculto de dicho evento. Hoy en día puedo decir que no le tengo miedo a la muerte porque he comprendido que no hay nada que temer.
En el presente artículo, de la mano de estos autores que me tocaron el corazón y con base en lo que pude entender aquel día en el hospital, te comparto algunos consejos para superar el miedo a la muerte:
Encuentra tu lugar en el universo
Cuando encuentras o decides cuál es tu propósito en la vida, te resulta más fácil comprender que cada acto que realizas está sustentado en un fin mayor; por lo tanto, el miedo a la muerte pasa a un plano secundario.

Laura Lynne Jackson, una profesora de literatura que desde muy pequeña descubrió que tenía habilidades psíquicas, nos explica lo siguiente en su libro La luz entre nosotros: “creo que cuando nos cuestionamos y exploramos cuál es nuestro lugar en el universo, podemos superar los miedos y las dudas que evitan que descubramos nuestro camino más elevado.” [1]
Al desprenderte de tus miedos e inseguridades, te será más claro cuál es el camino correcto para realizar aquello que es tu verdad más profunda.
Mantente en el presente
Constantemente y casi de forma natural, los seres humanos tendemos a preocuparnos por el futuro y a añorar el pasado, lo cual nos conduce, irremediablemente, a la angustia y el estrés, mismos que nos impiden disfrutar de las cosas hermosas de la vida.
El doctor David R. Hawkins, en su libro Dejar ir —que es un manual para facilitar la curación a través de prácticas como el perdón y la liberación de las emociones—, lo explica mejor que yo:“deja de anticipar el momento siguiente, de tratar de controlarlo, de aferrarte al momento que acaba de pasar. Deja de intentar controlar lo que crees que va a ocurrir, lo que piensas que está a punto de pasar. Entonces vives en un espacio infinito sin tiempo ni acontecimientos. Hay una paz infinita más allá de toda descripción. Y estás en casa.” [2]
Cuando logras estar en paz contigo mismo y con los demás, automáticamente te vuelves inmune al dolor: sólo así es como podrás comenzar a vivir. No hay que tenerle miedo a vivir por culpa del miedo a morir.
El amor es el centro de todo
El amor es un sentimiento tan grande y puro que, a lo largo de la historia de la humanidad, distintos autores le han dado un espacio especial en sus obras. Incluso en las religiones, el amor hace su aparición y nos confirma que sigue siendo la fuerza que mueve al universo. “A través del amor, iluminamos el mundo” [3] , nos recuerda David R. Hawkins.
Si te encuentras en la situación de haber perdido a un ser querido, piensa en el amor como una fuerza que te seguirá uniendo con él o ella más allá de la muerte; lo digo yo, pero también Laura Lynne Jackson: “estamos atados por hilos de luz a todos a quienes hemos amado y esos hilos nunca pueden romperse. Piensa en ellos como un sedal de amor: si jalas de un lado, el otro siente el tirón.” [4]
Laura Lynne asegura que existe un “más allá” que está más cerca de lo que podemos llegar a creer, y que ese “otro lado” está sustentado en amor puro e incondicional. Entonces, en lugar de embargarte de miedo y tristeza, dale una oportunidad al amor para que sane tu corazón.
La vida es infinita
Si hay algo que caracteriza a muchas religiones del mundo es la idea de que la muerte no es el final del camino. En la religión católica, en el judaísmo y para los musulmanes, por ejemplo, el Cielo es el Paraíso que nos espera al final de nuestros días y, para los hindúes y los budistas, existe un ciclo de reencarnación basado en los actos que la persona tuvo en la Tierra.

En su libro Muchas vidas, muchos maestros, el psiquiatra Brian Weiss afirma que dicho ciclo de reencarnación no es exclusivo de los hindúes. “Si todos supieran que han vivido antes incontables veces y que volverán a vivir otras tantas, ¡cuánto más reconfortados se sentirían!” [5]
Si confías en que la vida es infinita, el miedo a la muerte desaparece, ya que tendrás la certeza de que volverás a encontrarte con tus seres amados en la otra vida o, tal vez, de que tendrás la oportunidad de aprender de los errores cometidos en ésta. “El tiempo no es como lo vemos, sino lecciones que hay que aprender” [6] , dice el doctor Weiss.
Somos seres espirituales
Para algunos es bueno recordar que estamos aquí para aprender algo y que cada vivencia, sin importar lo buena o mala que sea, está sustentada en un bien mayor. El filósofo y paleontólogo jesuita Pierre Teilhard de Chardin nos recuerda que nuestro cuerpo físico no es lo esencial, sino nuestra alma y nuestro espíritu, mismos que perdurarán infinitamente al trascender: “no somos seres humanos que tienen una experiencia espiritual. Somos seres espirituales que tienen una experiencia humana.” [7]
Gracias a mi propia experiencia, afianzada por las ideas de estos autores, me di cuenta de que el cuerpo físico no es tan importante como la esencia espiritual y comencé a vencer el miedo a la muerte. Comprendí que es importante disfrutar del ahora y no dar nada por sentado, pues sólo con agradecimiento y amor por la vida es que podemos cumplir nuestros sueños y metas.
Asimismo, aprendí que lo que nos enriquece como personas son las experiencias, nuestras hazañas, y el amor que damos y recibimos. Al final eso es lo que realmente importará cuando soltemos nuestro último aliento.

[1] Jackson, Laura Lynne, La luz entre nosotros, México, Penguin Random House, 2016, pág. 265.
[2] Hawkins, David, Dejar ir, España, El Grano de Mostaza, 2016, pág. 296.
[3] Hawkins, David, Dejar ir, España, El Grano de Mostaza, 2016, pág. 171.
[4] Jackson, Laura Lynne, La luz entre nosotros, México, Penguin Random House, 2016, pág. 116.
[5] Weiss, Brian, Muchas vidas, muchos maestros, México, Penguin Random House, 2019, pág. 121.
[6] Weiss, Brian, Muchas vidas, muchos maestros, México, Penguin Random House, 2019, pág. 112.
[7] Weiss, Brian, Muchas vidas, muchos maestros, México, Penguin Random House, 2019, pág. 220.