Algún día estaremos otra vez paseando por las calles, andando en bicicleta y disfrutando de días de campo. Algún día la situación actual será sólo un recuerdo lejano y las imágenes que describo dejarán de ser una añoranza. ¿Por qué estoy seguro? Pues porque todo plazo se cumple y todo futuro llega a un punto en el que se vuelve presente. Un ejemplo es la vida digital de hoy, que incluye las videollamadas y el envío de documentos e imágenes en cuestión de segundos; hasta hace relativamente poco, tales avances tecnológicos no eran más que sueños plasmados en la ciencia ficción o en caricaturas como Los Supersónicos. Hoy son tan comunes que a nadie le asombran.
La situación por la que estamos pasando es más llevadera gracias a esa tecnología, pues nos ayuda a no estar incomunicados. Sin embargo, no necesariamente nos ayuda a lidiar con todo lo que implica quedarnos mucho tiempo en un solo lugar —y eso, para muchos, es casi como ser empujados hasta el límite. Es por eso que aquí te proponemos algunas ideas para fortalecer la paciencia durante estos días.
¡Haz ejercicio!
Si tienes el privilegio de poder quedarte en casa la mayor parte del tiempo, seguramente te identificarás con este escenario. Primero tendrás un buen descanso, pero con el paso del tiempo verás llegar el lado oscuro de eso: dolores musculares y de cabeza, cambios temperamentales, entre otras cosas.
Para evitar esto es necesario realizar algún tipo de actividad física. Número uno, porque libera endorfinas, mejora tu salud y obviamente te hará sentirte menos impaciente. Y número dos, porque un bajo nivel de ansiedad es un factor importante para no comer en cantidades sobrehumanas —véase el siguiente punto. En mi caso, empecé haciendo flexiones —lagartijas—, pero si también eres un sedentario como yo, tal vez debas buscar videos de ejercicios no muy desafiantes e ir subiendo poco a poco el grado de dificultad.
¿Un rompecabezas?
Al quedarte en casa, tarde o temprano deberás enfrentar la ansiedad de no salir. Si eres como yo, quizá lo manejes convirtiéndote en un cenámbulo; sí, un cenámbulo, un ser que sale a altas horas de la noche en busca de algún bocadillo dulce o grasoso y, en casos más graves, prepara quesadillas y guacamole —siempre y cuando tenga los ingredientes— a las dos de la mañana.
En lugar de asaltar tu refri en las noches, ¿por qué no armar un rompecabezas por las tardes? —¡ay, lo que daría por tener uno! Los rompecabezas son ideales para pasar nuestro tiempo libre y, además, tienen varios puntos pedagógicos a su favor: alientan la capacidad de observación, el análisis, las capacidades lógicas y psicomotrices, y son recomendados para la integración grupal. ¿Ansioso e impaciente? Un rompecabezas puede ser la actividad perfecta para ti solo o para toda tu familia —nada mejor que fortalecer lazos ahora que existe esa posibilidad.
¿Y si me cuentas un cuento?
Otra forma de fortalecer la paciencia es la lectura. Admito que últimamente me ha costado trabajo terminar un libro completo, pero he desarrollado cierta facilidad para enfocarme en textos más pequeños que tratan temas de mi interés. Si tienes hijos pequeños, o no tan pequeños, puedes ir más lejos y revivir ese viejo hábito de leerles cuentos —“revivir” si es que lo tenías antes, y si no, pues puedes comenzar a tenerlo.
Al leerle a los niños, fortalecerás tu paciencia y les brindarás un grato momento. Además, me parece que leerle a un niño es algo así como un acto de esperanza; los niños se entretienen, sí, pero lo más importante es que entran en contacto con los libros, algo que será benéfico para ellos por el resto de sus vidas. Los últimos años he sido promotor de lectura y he visto los beneficios de llevar los libros a los niños —y viceversa.
¡Ah!, se me olvidaba decirte que hay maneras de hacer el cuento mucho más divertido para todos. Por ejemplo, puedes dibujar a los personajes con tus hijos, o hacer un teatro de papel, o usar sus juguetes para recrear una parte de la trama, o bien, puedes hacer que ellos te cuenten a ti un fragmento de la historia. Si tus niños son muy pequeños, probablemente querrán que les narres una y otra vez el mismo cuento y eso sí que te hará ejercitar la paciencia, pero también será muy grato, lo prometo.
¡Prepara el turista y demás juegos de mesa!
Ahora es un buen momento para desempolvar esos viejos tableros, tirar los dados y pasar un rato emocionante. No sé tú, pero yo tuve momentos geniales y divertidísimos jugando turista mundial con mis primos, porque es un juego inacabable y, pues, porque somos necios en la familia. Pero además del turista, hay una oferta vastísima de opciones. Espero que entre las personas con las que vivas haya un friki de los juegos de mesa: su momento ha llegado. Te garantizo que conocerás un mundo nuevo y que tendrás momentos de felicidad. Nada mejor para sentirte bien y afrontar un nuevo día con paciencia que pasar un rato divertido con la gente que amas.
Haz algo que en verdad te guste
Si está dentro de tus posibilidades, toma un curso en línea, pero no porque quieras mejorar tus habilidades laborales o engrosar tu currículum. Por favor, no hagas eso. Toma un curso de algo que te guste, algo que siempre hayas deseado aprender. Hay infinidad de youtubers ofreciendo buenos cursos de guitarra, de dibujo, de maquillaje, ¡date un gusto! ¿A poco no tendrás más paciencia haciendo algo que te guste? Yo estoy seguro de que sí.
Inhala… exhala…
La paciencia puede definirse como “la capacidad de saber esperar cuando deseamos mucho algo” o como “la capacidad de soportar una situación sin alterarnos”. Sin duda, lo que el mundo vive requiere toda nuestra paciencia. Así que… respira. Busca ejercicios de respiración, meditación o yoga. Si te enfrentas a un momento límite, de ésos donde crees que ya no puedes más, sal a tu azotea o asómate por la ventana; o busca un lugar seguro e inhala y exhala: aspiraciones largas y exhalaciones lentas. A veces olvidamos lo básico: respirar a conciencia tranquiliza tu mente y te hace sentir más enfocado. Desde luego, si tus problemas de ansiedad se vuelven muy severos, no dudes en buscar ayuda.
Sé muy bien que hay gente que no puede dejar de salir de sus casas y que hay también quienes seguimos trabajando desde de nuestras habitaciones. Para quienes siguen saliendo, no queda más que manifestar nuestra solidaridad observando las recomendaciones oficiales. Para quienes estamos guardándonos, éstas son sólo sugerencias para evitar ¡volvernos locos! Bueno, quizá no es para tanto. Simplemente son sugerencias para mantener la paciencia, para hacer el aislamiento más llevadero, pasar momentos felices y fomentar nuestros lazos grupales.
Te mando un abrazo hecho de letras y espero que, a pesar de todo, tengas días felices.