Al igual que ocurre con la fotografía, el cine y la pintura, un dibujo puede transmitir un mensaje profundo y memorable sin usar una sola palabra. La repercusión de una imagen puede ser igual de poderosa que la del lenguaje escrito, sin importar la edad del lector. Sin embargo, existe el prejuicio de que los adultos no leen libros ilustrados, que se consideran un género inferior, adecuado para los niños.
Pero es un hecho que, a lo largo de la historia, diversos escritores se han valido de la ilustración para enriquecer su narrativa: las imágenes transforman el modo en que percibimos la historia del libro y ayudan al lector a adentrarse en ella. A continuación, te comparto algunos datos sobre tres talentosos ilustradores, cuyos trabajos reflejan su singular estilo para relacionar letras con imágenes.
Gustave Doré (1832-1883)
Este ilustrador francés nació en la ciudad de Estrasburgo el 6 de enero de 1832. Su primer trabajo fue publicado en París cuando era sólo un adolescente. A los 21 años de edad, fue requerido para ilustrar los textos de Lord Byron y, gracias a su especial talento, se le solicitaron proyectos nuevos, entre ellos ilustrar una nueva versión de la Biblia y el famoso poema de Edgar Allan Poe, “El cuervo”.
A los 31 años de edad, ilustró una serie de crónicas sobre algunas ciudades de la península ibérica. Para 1865, Doré ya gozaba de cierta fama por su trabajo al ilustrar la Biblia, así que un par de años después exhibió por vez primera sus obras en Londres, lo cual le permitió fundar la Doré Gallery en New Bond Street.
Con un contrato firmado por cinco años con la editorial Grant & Co, Doré se convirtió en un artista reconocido —y bien pagado— en Londres. En 1872 publicó un libro con 180 grabados titulado London: A Pilgrimage, que aunque fue un éxito comercial provocó controversia, pues evidenciaba la pobreza en Londres.
Sus siguientes proyectos fueron El paraíso perdido de John Milton, Los idilios del rey de Alfred Tennyson, Poemas de Thomas Hood y La Divina Comedia de Dante Alighieri. Gustave continuó ilustrando libros hasta su fallecimiento, el 23 de enero de 1883. Hasta hoy, su extraordinario trabajo continúa conmoviéndonos, y es sin duda uno de los ilustradores más recordados de la historia.
John Tenniel (1820-1914)
John Tenniel nació en Londres el 28 de febrero de 1820. Fue un reconocido dibujante, creador de más de dos mil viñetas y caricaturas —aunque el nombre no te suene familiar, es muy probable que conozcas algo de su trabajo—, aunque es recordado por sus ilustraciones para Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, ambas obras de Lewis Carroll. Además, también destaca su trabajo con las famosas Fábulas de Esopo.
Tenniel fue un artista autodidacta con una memoria prodigiosa. Sus agudas observaciones sobre la política victoriana fueron representadas en innumerables viñetas y cientos de caricaturas humorísticas. Con el tiempo, se convirtió en uno de los ilustradores políticos más destacados de su país.
Pero no todos los escritores con los que colaboró coincidían con su visión: el mismo Lewis Carroll, por ejemplo, no estaba totalmente convencido del resultado final para Alicia en el País de las Maravillas; sin embargo, la primera edición del libro fue un éxito avasallador y el arte de Tenniel encajó perfectamente con el universo de sus personajes; incluso Carroll reconoció ese hecho y por ello lo invitó a colaborar con él para crear las ilustraciones de sus siguientes obras.
Tenniel era ciego de un ojo, pero eso no le obstruyó ni la visión ni el camino para convertirse en un gran artista. Con su memoria fotográfica, nunca requirió modelos ni fotografías para dibujar; aun así, acostumbraba citarse con los políticos que retrataría para observarlos de cerca y grabarse sus personalidades.
John Tenniel, quien murió el 25 de febrero de 1914 en Londres, es recordado como uno de los ilustradores más talentosos de la historia, gracias a su notable habilidad para dibujar o caricaturizar a la perfección a cualquier persona tras sólo unos segundos de observación.
Mœbius (1938-2012)
Jean Henri Gaston Giraud, mejor conocido por su seudónimo Mœbius—y en menor medida como Gir, seudónimo usado para su serie Blueberry— fue un excepcional ilustrador francés que alcanzó fama mundial. A menudo se le describe como el dibujante de comic francés más influyente después de Hergé, ilustrador conocido por ser el autor del famoso personaje Tintín.
Nació en 1938 en Nogent-sur-Marne, un suburbio de París, en el núcleo de una familia sencilla. En la década de los años cincuenta, el joven Jean Giraud se dedicó a estudiar artes aplicadas. Después pasó largas temporadas en México, donde residía su madre. Fue en ese periodo cuando descubrió su fascinación por el desierto y los paisajes del oeste americano, elementos que tendrían un papel fundamental en su obra —así como la marihuana, el sexo y el jazz.
En esta fase de su vida es cuando realiza sus primeras incursiones en el mundo de la ilustración bajo el seudónimo Gir —apócope de Giraud— para la revista Ficción (1955). No hay que dejar de mencionar la que sería su primera historieta de aventura occidental: Frank and Jeremie. Otro trabajo muy famoso es la serie de cómic Blueberry, creada en colaboración con Jean-Michel Charlier.
Bajo el seudónimo de Mœbius, desarrolló un estilo de ilustración innovador, imaginativo y surrealista que oscila entre la ciencia ficción y la fantasía, y por momentos es incluso abstracto. Sostuvo también una fértil colaboración con celebridades de su época, como Stan Lee y Alejandro Jodorowsky; de igual modo, incursionó en el mundo del cine al colaborar en el diseño de producción de películas de culto como Alien (1979), Tron (1982) y The Abyss (1989).
Siendo ya el famoso creador de personajes clásicos del cómic y la ciencia-ficción, Mœbius murió en marzo de 2012 en París. Hasta hoy es recordado como uno de los más grandes e influyentes ilustradores de la historia.
¿Qué otros ilustradores de libros han dejado huella en ti?