Inventos mexicanos que conquistaron al mundo

Inventos mexicanos que conquistaron al mundo
Fernando N. Acevedo

Fernando N. Acevedo

Inventos

Recuerdo bien una tarde en que, siendo yo aún pequeño, mis padres me llevaron a la Feria del Hogar que se celebraba en el Palacio de los Deportes de la CDMX —una construcción, para mí, ya de por sí impresionante. En ella, los fabricantes de artículos para el hogar presentaban sus novedades y en esa ocasión la atracción principal era la televisión a colores —aunque en ese tiempo eran pocos los programas y comerciales que se transmitían a color.

Creo que todos hemos oído hablar de su inventor, el ingeniero tapatío Guillermo González Camarena, quien a los 22 años desarrolló un sistema de transmisión de imágenes en color para la televisión denominado Sistema Tricromático Secuencial de Campos o STSC, el cual patentó en 1942, primero en México y después en los Estados Unidos. Pocos saben, sin embargo, que su proyecto lo financió con las regalías que ganó con una canción que había compuesto, titulada “Río Colorado”; lo que sí sabemos quienes fuimos niños en cierta época es que las siglas del canal 5, fundado por el ingeniero, llevan las siglas de sus apellidos: XHGC.

Guillermo González Camarena

A lo largo de su historia y desde la época prehispánica, México ha aportado al mundo varios inventos como este que, por decir lo menos, han cambiado la forma en que vivimos y entendemos el mundo. Conozcamos algunos de ellos:

Píldora anticonceptiva

Luis Ernesto Miramontes, un químico contratado para sintetizar una progesterona que provocara el aborto espontáneo, en su lugar obtuvo la noretisterona, un compuesto activo que impide la ovulación; aunque a él se le considera el “padre de la píldora”, recibió la patente del compuesto junto con los miembros de su equipo, Carl Djerassi y George Rosenkranz. Un dato curioso es que la sustancia se obtiene de una planta llamada barbasco —una especie del género Dioscorea—, la cual al parecer ya utilizaban como un anticonceptivo natural los pueblos prehispánicos de Mesoamérica.

Píldora anticonceptiva

Palomitas de maíz

Pues sí, aunque esto podría resultar asombroso, no podría ser de otra forma considerando el origen del maíz. Conocidas como momochtli o momochitl por los antiguos mexicas, las palomitas fueron descritas en la Historia general de las cosas de la Nueva España de Fray Bernardino de Sahagún como “granos de maíz tostado hasta que se abren con apariencia de flor”.

Palomitas de maíz

Chicle

En una clase de historia, el mejor profesor que he tenido nos explicó que un estadounidense llamado Thomas Adams, secretario de Antonio López de Santa Anna, tuvo una idea millonaria cuando el entonces presidente pasó al lado de un árbol, tomó con sus dedos parte de la savia que escurría del tronco y comenzó a masticarla. Podemos imaginar de dónde salieron —y quién se hizo rico con— los famosos Chiclets, a los que se les añadía azúcar; pero lo cierto es que los pueblos prehispánicos ya usaban el tzictli o tzicli tanto como para pegar cosas como para refrescar el aliento.

Chicle

Molcajete y metate

Ambos son utensilios de cocina fabricados con roca volcánica porosa que se emplean desde tiempos anteriores a la Conquista y que sirven como morteros para preparar salsas, por ejemplo— y molinos de mano —trituran granos hasta convertirlos en harina—, respectivamente. Pocos recuerdan, sin embargo, el nombre de sus fieles compañeros, sin los cuales no serían útiles: al mazo de piedra que acompaña al molcajete se le llama tejolote, mientras que a la “mano del metate” en náhuatl se llama metlapilli.

Molcajete y metate

Vulcanización

Si bien el proceso que se usa en las llantas contemporáneas se inventó en el siglo XIX, los olmecas —cuyo nombre significa “gente del país del hule”— fueron quienes lo desarrollaron por primera vez, usando un método diferente al actual: extraían látex del árbol del hule (Castilla elástica) que crece en la frontera entre Guatemala y México, y lo mezclaban con el jugo de la planta Ipomoea alba para fabricar, entre otras cosas, las esferas de hule usadas en el famoso juego de pelota que se practicaba en casi toda Mesoamérica —y que en algunos sitios aún se juega con el nombre de Ulama.

Vulcanización: jugador de Ulama

El espacio es poco para dar cabida a todos los inventos y descubrimientos mexicanos, pero mencionaremos a vuelo de pájaro algunos otros más: la televisión en 3D, del ingeniero mexicano Manuel R. Gutiérrez Novelo; la pintura antigrafiti, desarrollada por el Centro de Tecnología Avanzada y Física de la UNAM; la tinta indeleble para votar, adjudicada a Filiberto Vázquez Dávila, ingeniero de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN; los totopos conocidos como Nachos en honor su creador, Ignacio “Nacho” Anaya, y el deporte del pádel, inventado en Acapulco por Enrique Corcuera.

Una nota final: mientras cerraba este artículo, supe de la nanomedicina catalítica, la cual deriva de los estudios de la fisicoquímica Tessy López Goerne —egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana— y que ha dado resultados prometedores en el tratamiento del cáncer cerebral. La técnica consiste en diseñar materiales nanoestructurados —catalizadores— de pequeñas dimensiones para que penetren en las membranas de las células cancerígenas y, una vez en su interior, rompan los enlaces de ADN a fin de evitar que continúen con su reproducción desproporcionada.

Tessy López Goerne
Cierre artículo

Recibe noticias de este blog