Kierkegaard y Van Gogh: encontrar el sentido de la vida a través del contacto con la naturaleza

Kierkegaard y Van Gogh: encontrar el sentido de la vida a través del contacto con la naturaleza
Zaira Torroella Posadas

Zaira Torroella Posadas

Creatividad

…en medio de la naturaleza, ahí donde el hombre, exento del aire a menudo sofocante de la vida, respira más libremente, allí el alma se abre con docilidad a toda noble impresión. Allí el hombre siente en ella algo más alto, algo ante lo cual debe arrodillarse, siente la necesidad de entregarse a ese poder que lo gobierna todo.

Søren Kierkegaard

Cuando nos damos la oportunidad de contemplar la naturaleza, salimos de nuestro ser para recibirla pero, al mismo tiempo, nos sentimos motivados a reencontrarnos espiritualmente con nuestro ser, a entrar en contacto con nosotros mismos para descubrirnos y reflexionar en torno al sentido de nuestra existencia.

El filósofo danés del siglo XIX Søren Kierkegaard dice que para lograr encontrarnos a nosotros mismos no necesitamos avanzar más y más en el mundo —a través de la rutina y el trabajo—, sino hallar una oportunidad para detenernos y conectarnos con nuestro ser. Puede resultar útil alejarse de la tecnología y buscar un instante de paz afuera, en el mundo: planear una escapada al campo, al bosque, a las montañas, a un lago o a la playa para contemplar un bello atardecer sobre el mar. Cualquier ocasión que nos permita darnos un momento de silencio, admirar la naturaleza a nuestro alrededor y luego dirigir la mirada hacia nuestro interior, puede motivarnos a actuar en torno a aquella pasión que resguarda el secreto de nuestro verdadero llamado.

Søren Kierkegaard

La clave consiste en abrirnos a nuestro propio horizonte de posibilidades. Un ejemplo de este descubrimiento existencial lo encontramos en el pintor neerlandés Vincent van Gogh, quien primero avanzó en el mundo experimentando las distintas facetas de su persona para luego encontrar su misión en la vida. A los dieciséis años, Vincent comenzó a trabajar en una casa de arte en La Haya, pero al poco tiempo fue despedido. A los veintitrés, decidió convertirse en maestro de una escuela anglicana en las afueras de Londres; la miseria del pueblo lo conmovió, así que empezó a convivir con los pobres para intentar consolarlos, por lo cual descuidó su trabajo como docente y también fue despedido. Regresó a Ámsterdam y trabajó durante una corta temporada en una librería, pero sentía que avanzaba sin sentido ni un objetivo determinado.

Al no encontrar algo que realmente lo apasionara, decidió darle una oportunidad a la profesión que su padre esperaba de él: la de pastor protestante. Comenzó sus estudios al respecto, pero pronto los abandonó para evangelizar a un paupérrimo pueblo minero. Se mimetizó tanto con esa gente, que terminó convertido en un vagabundo. Ante tales circunstancias, su hermano Théo le recordó el talento por el dibujo y la pintura que siempre había demostrado. Como marchante de arte, Théo estaba familiarizado con las tendencias artísticas y convenció a su hermano de que fuera a probar suerte a París. Théo significó un gran soporte para Vincent: le ayudó a encontrar las respuestas dentro de su ser creador y también le brindó el apoyo económico necesario para potenciarlas al máximo.

"Autorretrato" y "Autorretrato" o "Retrato de Theo van Gogh", de Vincent van Gogh

Izq.: Vincent van Gogh, Autorretrato (1887);
Der.: Vincent van Gogh, Autorretrato o Retrato de Theo van Gogh [2]  (1887)

Cuando Vincent llegó a París, descubrió un sinfín de oportunidades. Convivió con los artistas del momento, aprendió las técnicas de vanguardia y el manejo del color, pero también se enfrentó a un mundo bohemio de excesos, al cual no quiso pertenecer, y es por ello que decidió aislarse en la ciudad de Arlés, ubicada al sur de Francia.

En muchas de las cartas [1]  que Van Gogh le escribió a su hermano durante su estancia en Arlés, es posible encontrar numerosas referencias del goce que sentía cada vez que clavaba su caballete en la tierra para evitar que el viento se lo llevara y se ponía a pintar, al tiempo que reflexionaba acerca de su vida en medio de un bello paisaje. Tanto para Kierkegaard como para Van Gogh, el constante contacto con la naturaleza sirvió para concentrarse en su misión y en las infinitas posibilidades que la vida les ofrecía.

"Campo de trigo con cipreses", de Vincent van Gogh

Vincent van Gogh, Campo de trigo con cipreses (1889)

Vincent van Gogh creyó que encontraría su vocación en actividades distintas a la pintura, pero el mundo le fue revelando su verdadero ser y, al mantenerse abierto a ese llamado, pudo encontrar su verdad existencial en cada pincelada. Del mismo modo, tú puedes detener tu avanzada por un momento y, tomando como pretexto el inicio de un nuevo año, abrirte a las diferentes oportunidades que éste podría traer. Desconéctate de la vorágine de la tecnología y la rutina, propicia un encuentro con la tranquilidad de la naturaleza —aunque sólo sea en el jardín de tu casa o en un parque cercano— y contempla el paisaje mientras reflexionas sobre tu papel en el mundo. Es posible que en alguna de esas escapadas descubras el amor por una actividad que te acerque a tu llamado: piensa en una idea u objetivo que se remonte a lo más profundo de tu ser y seguramente encontrarás pistas acerca de tu misión y de las acciones que deberás realizar para alcanzarla. De ti dependerá que tales descubrimientos permanezcan como simples imágenes mentales o que, a través de tus actos, los utilices para dirigirte a aquello por lo que vale la pena vivir, morir y trascender.

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[1] Vincent van Gogh, Cartas a Théo, editorial Altamira, 2000.

[2] Durante mucho tiempo se pensó que esta pintura era un autorretrato de Vincent; sin embargo, otro punto de vista es que muestra a su hermano Theo. Por lo que sabemos, los hermanos tenían un parecido sorprendente entre sí. Desafortunadamente, no hay evidencia decisiva para determinar quién está realmente retratado, por lo que la pintura ahora tiene un título doble.
Tras una investigación publicada en 2011, se llegó a la conclusión de que Theo era el sujeto del retrato. Sobre la base de nuevos conocimientos, esta conclusión se planteó recientemente para su debate.

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