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La música surf

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Mad hi-Hatter

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Café sonoro

La historia —es decir la Historia; no sólo la de la música— a veces es percibida por quienes la estudian como una sucesión de sonidos y silencios. De tiempos en los que reinan luz y tinieblas. En México nos deslumbra el pasado prehispánico y la dolorosa Conquista, pero los trescientos años de virreinato que le siguieron a menudo “pasan de noche” en los libros de texto —quizá por la escasez de héroes y de mártires. Lo mismo sucede en la historia europea: el milenio que siguió a la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 —y que antecede al esplendor del Renacimiento—, la Edad Media, también se conoce como “los años oscuros”. Y uno pensaría que de verdad no pasó nada.

Algo similar sucede con la historia —ahora sí con minúscula— del rock: la segunda mitad de los años cincuenta supuso la aparición de la primera pléyade de estrellas: Bill Haley, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Little Richard y el rey Elvis Presley. Y la segunda mitad de los sesenta fue la era de otras luminarias, con influencia ideológica y social: The Beatles, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Janis Joplin, Jimi Hendrix, The Doors, Pink Floyd o The Who. Y en el ínterin, nuevamente, es como si no hubiera pasado nada. Pero vaya que pasó.

Cuando Chuck Berry fue a dar a la cárcel, Jerry Lee Lewis se casó con su prima, Little Richard se convirtió en ministro pentecostal y Elvis hacía su servicio militar, el rock en América se quedó sin voces. Paradójicamente, esto permitió que guitarristas como Link Wray [1]  y Duane Eddy [2]  escalaran las listas de popularidad e inspiraran a exitosas agrupaciones sin voz como Santo & Johnny —“Sleepwalk”—, The Ventures —“Walk Don’t Run”, “Hawaii 5-0”, “Telstar”, “Tequila”— y The Shadows —“Apache”, “See You in My Drums”. El estilo se conoce como Instrumental Rock y el común denominador de todos ellos era el virtuosismo en la guitarra, así como una insaciable curiosidad para experimentar con reverberaciones, pedales y otros artilugios tecnológicos para imprimir a las cuerdas la personalidad suficiente como para sustituir a la voz humana. Y de entre todos ellos surgiría un guitarrista que, él solo, inventó lo que hoy conocemos como música surf: Dick Dale.

Al final de los años cincuenta, el llamado “King of the Surf Guitar” se aficionó al surfeo o surfing: ese deporte en el que, montado en una tabla de madera flotante, uno intenta deslizarse en las olas más propicias. Y, de alguna manera, esto lo inspiró para buscar modos de que su guitarra imitara los sonidos que surgían mientras enfrentaba las fuerzas del océano. Muy pronto dio con un sonido y un sello particulares que gustaron mucho entre sus amigos surfistas. En esa época, Dale se presentaba con su banda, the Del-Tones, en el Rendezvous Ballroom de Newport Beach, California. Ahí nació la música surf.

Dale se hacía más popular, hasta que en septiembre de 1961 sacó al mercado su sencillo “Let’s Go Tripping”, oficialmente la primera pieza de surf instrumental. [3]  En diciembre del mismo año, un apacible grupo de jóvenes del suburbio de Hawthorne —cercano a Los Ángeles, California— sacó un sencillo llamado “Surfing” bajo el nombre de The Beach Boys. Dick Dale no cantaba y The Beach Boys sí, pero en ambos casos se trataba de un rock & roll como los de antaño, a cuatro cuartos y con acordes de rhythm ‘n’ blues, pero tocado como un twist sofisticado, con una actitud distinta. Como de fiesta en la playa o en una alberca, llena de gente sana, bonita, dinámica y con muchos deseos de divertirse.

Al año siguiente, Dale estrenó su primer álbum: Surfers Choice (1962), que se vendió como pan caliente en el sur de California y, más tarde, en toda la Unión Americana. El mismo año, The Beach Boys sacaron al mercado Surfin’ Safari. En la cúspide de su fama, Dale aparecía en la portada de la revista Life y en el show televisivo de Ted Sullivan, y los Beach Boys conectaban un hit tras otro en las listas de popularidad. Pero todo surfista sabe que hasta la mejor ola se mantiene alta por muy poco tiempo. Y para el surf, la caída fue estrepitosa cuando una flota de roqueros británicos decidió venir a invadir América en 1964…

Hasta el próximo Café sonoro

[1] Su éxito “Rumble” se oye mientras Mia Wallace camina hacia el baño en Pulp Fiction (1994).

[2] Su hit “Rebel Rouser” se incluye en la banda sonora de Forrest Gump (1994), aunque Eddy se hizo famoso por su interpretación del tema del show de TV Peter Gunn.

[3] Dick Dale también es autor de “Misirlou”, el tema de entrada de Pulp Fiction (1994).

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