Seguramente habrás escuchado o leído por ahí que “la risa es la mejor medicina”, refiriéndose a que reír con frecuencia y tener buen sentido del humor tiene un impacto significativo en la recuperación o el mantenimiento de nuestro estado de salud físico y emocional. Actualmente se invierten recursos en la investigación científica para contrarrestar el estrés y uno de los enfoques se centra en desentrañar los beneficios que tiene la risa en la salud general.
Todos sabemos que ver una película de comedia, divertirte con amigos, escuchar un chiste o presenciar algo gracioso activa una serie de mecanismos fisiológicos cuyo resultado es que te rías. Pero también se ha observado que esta simple acción reduce la liberación de cortisol —la hormona responsable del estrés— en la sangre y ayuda a liberar endorfinas, neurotransmisores asociados al placer y a la confianza que también tienen un poder analgésico.
Asimismo, se ha notado que con la risa se segrega serotonina, otro neurotransmisor asociado con la felicidad, la memoria, el sueño y el impulso sexual, y que ayuda a combatir la depresión y la ansiedad. En resumen, al reír sentimos bienestar y optimismo a nivel psicológico, derivado de estas reacciones bioquímicas.
Por lo anterior, es común que a pacientes con diagnósticos de depresión y ansiedad, o que padecen alguna enfermedad crónica, de lenta recuperación e incluso terminal, se les recomiende realizar actividades que mejoren el estado de ánimo general y los hagan reír. La razón va más allá de la sensación de bienestar y de optimismo, pues se ha comprobado que la risa también tiene un impacto en la actividad y la eficacia de nuestro sistema inmune.
Investigadores de la Escuela de Enfermería de la Universidad Estatal de Indiana, Estados Unidos, realizaron un estudio en el que evaluaron el estado anímico y la función del sistema inmune en 33 mujeres con cáncer, a partir de la actividad de las células NK (Natural Killer) del sistema inmune, cuya función es proteger al cuerpo de infecciones provocadas por microorganismos y de la proliferación de tumores, al limitar su propagación y el daño posterior de los tejidos.
Los resultados obtenidos mostraron una reducción en los niveles de estrés y una mejora en la actividad de las células NK en las pacientes que respondieron de forma positiva —es decir, con risa alegre— al observar videos humorísticos, en comparación con la respuesta neutral de las pacientes que observaron videos de turismo. Una mejora en la actividad de las células NK se relaciona con una mayor resistencia a la enfermedad por parte del sistema inmune, por lo que el estudio concluye que la risa puede ser una intervención cognitivo-conductual útil para mejorar la salud física y la respuesta ante posibles enfermedades.
Mejorar el estado de ánimo de los pacientes es tan importante que en 1995 se desarrolló una terapia que mezcló el yoga con ejercicios que indujeran la risa en los practicantes. A esta actividad se le denominó “yoga de la risa” —Hasya Yoga— y fue desarrollada en Bombay, la India, por el Dr. Madan Kataria y su esposa, la instructora de yoga Madhuri Kataria. Desde entonces, el yoga de la risa se ha popularizado como una terapia complementaria a la medicación y la rehabilitación.
Los usos de esta terapia son tan amplios que investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Médica de Fukushima, en Japón, la emplearon como una técnica no invasiva para controlar los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes tipo 2. El estudio tuvo una duración de doce semanas y se midió la hemoglobina A1c (HbA1c), que proporciona un índice de la concentración promedio de glucosa durante tres meses, así como el peso corporal, el diámetro de la cintura, el bienestar psicológico y la duración del sueño.
Al término del estudio, los resultados mostraron que los pacientes del grupo que practicó yoga de la risa experimentó una mejora significativa en los niveles de HbA1c, así como en su estado de ánimo, en la calidad y la cantidad de sueño. Es claro el efecto positivo que tiene el yoga de la risa como terapia auxiliar, pero los investigadores sugieren realizar estudios posteriores con más participantes para ahondar en los mecanismos biológicos implicados en este hallazgo.
Ahora bien, hay que considerar que el sentido del humor es personal, por lo que puede tomar tiempo saber qué es lo que te hace reír y por qué, pero vale la pena analizarlo, pues eso te permitirá reunir una colección de libros, películas, videos y otros materiales que te hagan reír, así como listas de actividades agradables y divertidas que te pongan de buen humor y promuevan la convivencia con otros.
Así, cuando llegue algún momento estresante en tu vida podrás visitar esa colección o realizar una de tus actividades predilectas, a sabiendas de que no sólo mejorará tu estado de ánimo, sino que también tendrá un efecto a nivel fisiológico y del sistema inmune. Recuerda que cuidar de ti mismo a nivel físico, mental y emocional es parte fundamental de todas las terapias.
