Durante mis vacaciones en la CDMX, hice el imprescindible recorrido por el Centro Histórico. Ahí, una parada obligada para mí consiste en chacharear en las tiendas del Barrio Chino, pues en ellas siempre encuentro decenas de artículos y gadgets novedosos, prácticos y económicos, diseñados para facilitarnos la vida de formas tan creativas que resulta imposible no maravillarse por la gran inventiva que, desde la Antigüedad, ha tenido el pueblo chino. Por eso, revisemos algunos de los mil y un inventos y descubrimientos que llegaron desde China, varios de los cuales son de los más usados, funcionales o prestigiados de la historia humana.
La cerveza. ¡Así es! Aunque muchos le atribuyen la invención a los egipcios, que ya fermentaban trigo en el siglo XXXV a.C., la preparación de cerveza a partir de arroz, espino y miel se inició en China hace nueve mil años. Se dice que dicha bebida tenía un porcentaje alcohólico del 4% al 5% y fue extremadamente popular en el siglo XII a.C., durante los gobiernos de Di Yi y Di Xin, de la Dinastía Shang.
La seda. Ésta se remonta al periodo Neolítico, aproximadamente en el 4500 a.C., cuando empezaron a aprovecharse los capullos del gusano de la seda para fabricar hilos, aunque su uso se generalizó alrededor del siglo XII a.C. Además de en tela para vestidos, se usó en la escritura, en instrumentos musicales y en la pesca, por lo que se convirtió en una parte importante de la economía china, pues durante siglos sólo ellos conocían el secreto de su fabricación. En la Edad Media, las Cruzadas llevaron la seda a Europa y de ahí se conoció en el resto del mundo.
La tinta. Hacia el año 2500 a.C. los chinos ya usaban una tinta vegetal a base de hollín y pigmentos vegetales; sin embargo, durante la Dinastía Tang —entre los siglos VII y IX d.C.— dicha fórmula se perfeccionó al añadirle cola, lo que resultó en una tinta más espesa e indeleble, ideal para el arte. Disponían de dos colores: negro, que se obtenía del sulfuro de hierro, y rojo, logrado con sulfuro de mercurio.
La porcelana. Este invento data de la época de la Dinastía Shang, que gobernó del 1600 al 1046 a.C. aproximadamente; sin embargo, fue en la Dinastía Tang que su fabricación se perfeccionó y empezaron a exportarse piezas al Medio Oriente. Ya con la Dinastía Ming —del 1368 al 1644 d.C.—, los tibores y otros trastos de porcelana se exportaban a Europa, África y Asia a través de la Ruta de la Seda.
La imprenta. Aunque este invento se le atribuye a Johannes Gutenberg en el siglo XV, lo que el alemán inventó en realidad fue el sistema de tipos móviles, ya que desde el siglo III a.C. los chinos contaban con sistemas de impresión a partir de sellos. Para el siglo IX d.C., con la Dinastía Tang, ya se imprimían libros usando bloques de madera; aunque era un método lento y laborioso, permitió que el libro se comercializara en toda China. Se dice que el Sutra del Diamante fue el primer libro impreso, en el año 868; éste fue descubierto en la cueva de Dunhuang, en la Ruta de la Seda.
La sembradora. Aunque alrededor del año 1500 a.C. los babilonios de la antigua Mesopotamia sembraban con taladros de un solo tubo, esta invención nunca llegó a Europa o a Asia, donde los agricultores usaban sus manos para plantar semillas, lo cual era poco eficiente. Fue en el siglo II a.C. que se creó en China una sembradora con tubos múltiples de metal, la cual aceleró los procesos agrícolas y les permitió producir alimentos en cantidades suficientes para su gran población.
La excavación profunda. En el siglo II a.C., los chinos desarrollaron tecnología de perforación para extraer salmuera debajo de la superficie terrestre en la provincia de Sichuan, a unos 1200 kilómetros del mar; usando técnicas más avanzadas, en el siglo XI lograron perforar pozos de más de 900 metros de profundidad. La misma tecnología se aplicó en la década de 1860 en California para perforar el primer pozo petrolero.
El té. Durante la Dinastía Han, que gobernó del año 206 a.C. al 220 d.C. y por muchos es considerada como una “era dorada” en la historia de China, la infusión de las hojas de té —un árbol pequeño de la especie Camellia sinensis— se usaba inicialmente como medicina; después, en la Dinastía Tang —del 618 al 907 d.C.—, empezó a consumirse como una bebida para ocasiones sociales.
El papel. Antes de él, la humanidad escribía en materiales como madera, huesos o piedras, y para el año 2200 a.C. los egipcios ya usaban tiras de papiro para escribir. Alrededor del año 105 d.C., durante el reinado del emperador He de Han, se creó una mezcla muy eficiente de corteza de árboles, residuos de tela y cáñamo mojado. Su invención se atribuye al consejero del emperador, Cai Lun, aunque se sabe que fue usado doscientos años antes por el ejército chino y él sólo lo perfeccionó.
La carretilla. Se cree que durante la Dinastía Han ya se hacía uso de la carretilla, pues hay evidencias arqueológicas de su uso en pinturas murales y en relieves de tumbas. Sin embargo, oficialmente el invento se le atribuye al primer ministro Zhuge Liang (181-234 d.C.), quien la creó para transportar armas y soldados muertos; después, fue usada por constructores, comerciantes y agricultores.
El sismógrafo. Siendo el territorio chino una zona de alta actividad sísmica, no es de sorprender que el primer aparato para medir los movimientos terrestres —y, de paso, los vientos estacionales— se haya inventado en el año 132 d.C. El feliz inventor fue Zhang Heng, quien creó un artilugio hecho de cobre que contaba con un péndulo central y ocho dragones en los costados, cada uno dispuesto en uno de los puntos cardinales y en sus intermedios. Cuando temblaba, el movimiento telúrico hacia que la boca del dragón se abriera y dejara caer una bola de cobre, la cual indicaba la dirección del terremoto.
La brújula. Los chinos consideraban al sur como su dirección cardinal, por lo que su brújula originalmente apuntaba hacia allá. Este aparato, que se creó en la prolífica Dinastía Han, funcionaba gracias a las propiedades de la magnetita, una sustancia mineral que se “alinea” con el campo magnético terrestre; los antiguos chinos descubrieron que, en suspensión, ésta podía girar libremente y señalar los polos magnéticos de la Tierra. Esto revolucionó la navegación.
La pólvora. Por último, tenemos al primer explosivo químico, compuesto de azufre, carbón vegetal y nitrato de potasio. Se inventó durante la Dinastía Tang, en el siglo IX; sin embargo, fue hasta el siglo XI, con la Dinastía Song, que se empleó en armas de fuego, las cuales se inventaron para evitar invasiones.