Aunque la felicidad no es absoluta ni dura todo el tiempo, es posible medirla, ya sea para las personas o, incluso, los países. Existe un informe mundial de la felicidad que clasifica a los países con base en una encuesta del estado de felicidad global, y cada año se elabora un reporte con motivo del Día Internacional de la Felicidad, que se celebra el 20 de marzo. Así, vemos que la felicidad constituye una forma de saber hasta dónde ha llegado el progreso social de cada lugar, y los siguientes son algunos de los aspectos que se toman en cuenta para medirla: la alegría diaria, el estrés, la preocupación del día a día, la esperanza de una vida sana, la manera de considerar la honestidad y la generosidad en general, las preocupaciones acerca del gobierno, la corrupción, los sueldos o las satisfacciones en el trabajo. Esto lo podemos resumir en tres puntos clave: los factores económicos, como el sueldo y el empleo; los factores sociales, como la educación y la familia, y, finalmente, la salud mental y física.
Poniéndolo de otro modo, para que un país sea feliz hay que considerar temas como el producto interno bruto per cápita, la expectativa de tener una vida saludable, la libertad, la generosidad, la seguridad social y la honestidad en los gobiernos y las empresas. Así que, ahora que tenemos una idea más clara de qué es una nación feliz y de las cualidades que ésta debe poseer para lograr dicho estado ideal, veamos cuáles son los países más felices del mundo.
El número 1: Noruega
En la lista publicada por la ONU el 20 de marzo de 2017, Día Internacional de la Felicidad, Noruega fue nombrada la nación más feliz del mundo, quitándole el título a Dinamarca, que lo ostentó durante años. Según los datos del informe, Noruega ha llegado a la primera posición —a pesar de la baja en los precios del petróleo— por apostar a la inversión en el futuro, en lugar de agotar sus recursos en la actualidad.
Noruega, cuya capital es Oslo, tiene la mayor renta per cápita entre sus habitantes y una sobresaliente prosperidad económica, que supone un factor de felicidad muy claro. La confianza en las instituciones gubernamentales y el desarrollo del estado de bienestar mediante una economía sostenible basada en los recursos propios, obtenidos de forma ecológica sin dañar el ambiente, ha influido considerablemente en la evolución de toda la sociedad noruega, que valora su estilo de vida y tiene respeto hacia el entorno, heredado por generaciones. También hay que recordar que la felicidad está relacionada con el estado de bienestar, por eso Noruega se considera un país rico, donde hay muchos recursos y un alto nivel de ingresos. Los índices de pobreza son muy bajos, al igual que el desempleo.
Lo importante en Noruega es la sensación de colectividad que disfrutan sus habitantes, quienes piensan en el bien común y en el respeto hacia los demás. Así que si quieres conocer el país más feliz del mundo, ve preparando tu abrigo, tu actitud de estar en comunidad y de entrar en contacto con una interesante cultura.
Dinamarca: donde viven los ciudadanos más felices
El término “calidad de vida” se puede entender de varias maneras, pero al pensar en éste uno de inmediato tiene en mente a Dinamarca. En dicho país, tal concepto es una realidad, más allá de una frase publicitaria.
Dinamarca es uno de los países más felices del mundo, pues esta característica de plenitud está basada en su ingreso per cápita, lo que la convierte en una nación positiva en cuanto a su futuro, dado el bienestar económico que tienen sus habitantes; por ello la ONU reconoce que hay equidad entre los daneses. Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y asesor de las Naciones Unidas, refuerza la idea de que Dinamarca está entre los países más felices e igualitarios, pues la sensación de bienestar cubre equitativamente a toda la nación. Entre las características que definen este bienestar están: cobertura de salud universal, jornadas laborales de treinta y seis horas semanales, y cinco semanas de vacaciones al año, sin olvidar que los estudios universitarios son gratuitos y hay becas para estudiantes que quieran cursar posgrados. Todo ello financiado por los impuestos recabados entre los ciudadanos —que, por cierto, son de los más altos en la Unión Europea.
Asimismo, el dinero que los habitantes de Dinamarca pagan por impuestos regresa a los hogares de varias maneras; por ejemplo, en los casos de permisos de maternidad, las madres pueden gozar hasta de un año de sueldo íntegro y la aportación del Estado de mil euros mensuales hasta que el niño cumpla dieciocho años. Así se asegura su cuidado y educación.
Dinamarca, que ocupa el segundo lugar este año, tiene una economía basada en el respeto al medio ambiente y elevadas tasas de esperanza de vida, confianza en los gobernantes y una alta calidad en la educación. Como dato adicional, la bicicleta es uno de los principales medios de transporte, lo que hace que aumente la calidad de vida de los habitantes al trasladarse por las ciudades. Además, Dinamarca cuenta con un Instituto de Investigación sobre la Felicidad; por todas estas razones, a cualquiera se le antojaría visitar este feliz país escandinavo.
Suiza: la hora de la felicidad
Los suizos, además de relojes y chocolates, tienen felicidad. Este país ha sido considerado uno de los más felices del mundo por varias razones; entre ellas destaca que cuentan con una democracia en la que cualquier aspecto, tanto local como nacional, es votado varias veces al año, lo que da a los ciudadanos la sensación de que sus voces y opiniones son importantes para el desarrollo de la nación. Este es uno de los principales motivos de la ONU para considerar a Suiza como uno de los lugares más felices del mundo.
Pero no debemos olvidar su cultura, donde la honestidad, la justicia y la confianza son pilares fundamentales. Algunas otras características relacionadas con el tema que nos ocupa son su rica diversidad cultural y gran desarrollo económico, que se cuenta entre los más importantes del mundo —basta con pensar en la cantidad de bancos que existen en dicho país—, además de que, por su ubicación geográfica, combina hermosos paisajes alpinos con ciudades bellísimas, como Ginebra.
Entre otras curiosidades, puedo contarles que en Suiza se han inventado diversos artículos que se han vuelto casi indispensables para muchas personas en todo el mundo: el velero, el celofán, la navaja suiza —obvio—, la fuente tipográfica Helvética y, claro, el chocolate con leche y la aplicación de la alta tecnología en los relojes.