¿Qué es un robot? La profesora Carmen Tirado Robles, de la Universidad de Zaragoza, considera que un robot es un sistema capaz de realizar tareas al servicio del ser humano de manera altamente automática, al captar información del entorno, analizarla y responder de modo autónomo en función de ella. La palabra deriva del checo robota, ‘trabajo’: fue Karel Čapek (1890-1938), escritor nacido en la extinta Checoslovaquia, quien la empleó por primera vez en su distópica obra de teatro R. U. R. (Robots Universales Rossum) de 1921, la cual plantea la relación de los seres humanos con la tecnología.
En este tema de los autómatas, no hay que olvidar a Isaac Asimov (1920-1992), a quien se le atribuye haber acuñado el término robótica, así como la promulgación de las afamadas Tres Leyes que expuso en su colección de relatos Yo, robot (1950). De hecho, el término robótica hace referencia, de manera general, a la ciencia y la tecnología aplicada a los robots.
Aunque aún no existen androides modelo Nexus-6, como los robots descritos en la obra de Philip K. Dick (1928-1982), ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) —en la cual se basó la famosa película de ciencia ficción Blade Runner (1982)—, actualmente se cuenta con portentos de la ingeniería y el talento humano que son dignos de mencionar. A continuación, algunos de los ejemplos más destacados.
Spot es un robot que asemeja un perro y fue desarrollado por la empresa estadounidense Boston Dynamics en 2016. Es un robot ágil que navega por diferentes tipos de terreno con una movilidad sin precedentes, lo que le permite automatizar las tareas de inspección de rutina y captura de datos de forma segura, precisa y frecuente. Posee capacidades excepcionales, como mapeo ambiental, detección de obstáculos y levantamiento de paquetes; curiosamente, es capaz de descender escaleras caminando hacia atrás.
Cortesía Boston Dyanamics.
El robot humanoide Digit fue creado en 2019 por Agility Robotics, una empresa estadounidense líder en el mundo. A diferencia de los robots convencionales, posee una singular forma de movimiento, pues ajusta su postura y cambia su centro de gravedad cuando transporta objetos de diferentes tamaños y pesos, como los humanos. Puede inclinarse hacia adelante y estirar los brazos, o agacharse para recoger una caja o una bolsa. Sus sensores leen continuamente los planos de la superficie al percibir su entorno y el suelo; así, realiza trabajos útiles de forma segura en espacios diseñados para personas, como oficinas, almacenes o centros de distribución.
Cortesía Agility Robotics.
Pepper fue desarrollado en 2015 por Aldebaran, parte de United Robotics Group, líder mundial en robótica humanoide. Es el primer robot humanoide del mundo con la habilidad de identificar rostros humanos e interpretar sus principales emociones. Más de dos mil compañías y organizaciones alrededor del planeta han adoptado a Pepper para, de forma innovadora, dar la bienvenida, apoyar, informar y guiar a quienes les visitan. Como Pepper tiene la capacidad de entender múltiples idiomas, su función primaria es la interacción humana al involucrarse con las personas a través de conversaciones y al desplegar información en una pantalla táctil ubicada en su pecho.
Cortesía Aldebaran.
Aunque hay otros robots avanzados, de entre todos se destacan los humanoides Ameca y Sophia. El primer robot, de género neutro de acuerdo con sus creadores de Engineered Arts, es una plataforma conectada a la nube donde la inteligencia artificial (IA) y los sistemas de aprendizaje automático se pueden probar y desarrollar junto con su potente sistema operativo. Sophia, desarrollada en 2015 por Hanson Robotics, al igual que Ameca —que fue dada a conocer en 2021—, combinan IA con un semblante humanoide. Ambos robots sociales tienen la habilidad de interactuar con los humanos, por lo que su potencial de servicio y entretenimiento son amplios.
Vale la pena destacar que, en 2017, Sophia fue nombrada como la primera mujer robot del mundo con ciudadanía —saudita, para ser precisos— mientras que Ameca reflexiona y se entristece porque descubrió que nunca experimentará el amor verdadero o disfrutará de las pequeñas cosas de la vida como lo hacemos nosotros, los humanos.