Maratones de series: ¿cómo afectan tu salud?

Maratones de series: ¿cómo afectan tu salud?
Francisco Masse

Francisco Masse

Miscelánea

“Francisco, ¿quieres ver el siguiente capítulo”, es el mensaje que veo en mi pantalla cada vez que, varias horas después de la medianoche, me engancho con una serie y veo un capítulo tras otro hasta terminar la temporada, ver la serie completa… o caer dormido. Pero, estos maratones de series —una actividad que en inglés se llama binge-watching—, ¿son buenos para la salud?

Creo que, a estas alturas, cualquiera con dos centímetros de frente puede intuir que pocas cosas buenas —más allá de matar el ocio— pueden surgir de estar horas prácticamente conectado a la TV. Pero como en estos días de encierro, reducción de actividades y restricciones a la movilidad el binge-watching es una práctica común, vale la pena entrar en detalles.

Primero, ¿por qué nos enganchamos de ese modo con las series? La respuesta es múltiple, pero la principal causa está en nuestro cerebro: cuando realizamos una actividad que nos resulta agradable, segregamos un neurotransmisor llamado dopamina, el cual se vincula con la alegría, la excitación y el placer. Esto mismo sucede cuando una teleserie nos distrae de nuestra vida cotidiana.

Pero, como todo, esto no es totalmente inocuo: bajo ciertas circunstancias, dicho hábito puede resultar en una conducta adictiva que se distingue porque: a) interfiere con el desarrollo habitual de nuestras actividades, como dormir; b) se genera una tolerancia que exige una “dosis” cada vez mayor, o sea más horas de TV, y c) resulta difícil de controlar o de dejar de hacer.

Así, el primer aspecto que sufre las consecuencias de ver una temporada completa en una sentada, es el ciclo de sueño: ver series mantiene a tu cerebro en un constante estado de excitación y eso te impide conciliar el sueño con facilidad cuando por fin decides apagar el televisor, amén de que las series están diseñadas para que siempre quieras ver “sólo un episodio más”. Y no hablemos del efecto en tu visión de mirar el brillo de una pantalla durante horas.

Por otro lado, diversos estudios —algunos de ellos, financiados por Netflix— han encontrado una relación directa entre los maratones de series y la aparición de síntomas de ansiedad, depresión y estrés. No queda claro, sin embargo, si la gente que sufre estos trastornos acude a las teleseries como un paliativo o si, en cambio, el hábito es un factor decisivo para que se presente este fenómeno.

Pero no sólo el cerebro resiente los efectos de, por ejemplo, ver toda la primera temporada de Stranger Things en una sesión: también se presentan problemas en el cuello y la espalda por el simple hecho de permanecer acostado ycon la cabeza en posición vertical por un periodo prolongado. Y, desde luego, este sedentarismo repercute en una mala circulación y oxigenación, y a la larga en problemas digestivos e incluso en un aumento de peso.

No debemos olvidar, por último, el efecto de aislamiento que generan estas largas noches solitarias, iluminadas sólo por nuestra incondicional pantalla grande, en especial en estos días de distanciamiento social: de hecho, se ha detectado que mucha gente ha sustituido mentalmente la interacción humana con identificaciones y “amistades virtuales” con personajes de sus series favoritas.

¿Qué hacer? Algunos médicos recomiendan prácticas muy sencillas, como limitar el número de episodios por sesión —dos a tres, como máximo—, evitar ver la TV al menos una hora antes de la hora de dormir, y convertir la actividad en algo social al involucrar a otras personas, al menos en el ámbito virtual. Aunque quizá también valga la pena realizar un autoanálisis más profundo.

Una pequeña introspección quizá nos permita detectar qué es lo que estamos supliendo al involucrarnos emocionalmente con una historia o personajes de ficción, al grado de crear una pequeña “seudoadicción”. Al final, no se trata de renunciar a la televisión, sino de tener un balance entre una vida real rica y significativa, y el disfrute de estos pequeños placeres propios del siglo XXI…

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