María Sabina, la curandera de los hongos mágicos

María Sabina, la curandera de los hongos mágicos
Patricio Bernal

Patricio Bernal

Nuestra especie tiene la tendencia de otorgar aspecto humano casi a cualquier asunto abstracto. Por ejemplo, el movimiento por los derechos humanos de los afroamericanos en los Estados Unidos cobró solidez gracias al rostro y la voz de Martin Luther King Jr. Y si alguien encarnó la búsqueda de la “expansión de la conciencia” que tuvo lugar en la década de 1960 mediante el uso de plantas enteógenas [1]  y de moléculas sintetizadas en laboratorio, fue María Sabina.

María Sabina Magdalena García, una mujer bajita de origen mazateco de la sierra de Oaxaca, nació el 22 de julio de 1894 en Huautla de Jiménez, Oaxaca, y fue una curandera que utilizaba los hongos del género Psilocybe en ceremonias de curación llamadas veladas, las cuales se practicaban desde mucho antes en comunidades indígenas de todo México.

María Sabina

Lo que hizo a María Sabina diferente de muchos otros sabios autóctonos que permanecen en el anonimato, es que fue la primera curandera cuyo trabajo fue documentado por un científico, el estadounidense R. Gordon Wasson —o “El Gordo Guasón”, como le apodaba la gente de Huautla—, quien en los años 50 escribió dos libros y un artículo en la revista LIFE sobre su experiencia como la primera persona no mazateca que formó parte en una velada guiada por ella.

R. Gordon Wasson

R. Gordon Wasson.

Estas publicaciones coincidieron con movimientos contraculturales que buscaban “abrir los horizontes de la conciencia” —primero los beatniks y después sus sucesores, los hippiesincursionando en corrientes de pensamiento oriental como el budismo zen y experimentando con sustancias psicoactivas como la dietilamida de ácido lisérgico o LSD, y la planta del cannabis o mariguana.

Muy pronto, las publicaciones de Wasson llamaron la atención de una cantidad creciente de jóvenes hippies y de celebridades como el beatle John Lennon, Keith Richards de The Rolling Stones o incluso Bob Dylan, quienes buscaron también participar en estas veladas. Sin embargo, la reacción de la comunidad mazateca no fue del todo favorable a esta situación.

Si bien los visitantes podrían beneficiarlos, pues consumirían alimentos, servicios, alojamiento e incluso comprarían ropa o artesanías —como sucede en sitios con alto flujo turístico—, los locales notaron que su legado cultural, las veladas de curación, estaban siendo copiadas por los turistas estadounidenses y nacionales, y que los hongos estaban siendo usados con usos recreativos fuera del contexto tradicional mazateco. Esto provocó el disgusto de muchos de ellos.

Hongos silvestres

Por su parte, las autoridades estatales y nacionales tampoco vieron con buenos ojos el número creciente de visitantes interesados en los hongos alucinógenos —pero no en su uso curativo original—, de modo que se empezó a vigilar el pueblo de Huautla e incluso interrogaron a María Sabina y a sus ayudantes para determinar si se estaba incurriendo en el tráfico de estupefacientes.

Esto derivó en que, a fines de la década de 1960 y por cerca de diez años, María Sabina fuera desterrada de Huautla de Jiménez. Cuando fue de nuevo aceptada, vivió ahí hasta su muerte el 22 de noviembre de 1985, a la edad de 91 años. De acuerdo con sus declaraciones, su intención y la de Gordon Wasson era la de contribuir con un conocimiento ancestral al bienestar de propios y extraños.

Por desgracia, se topó con la incomprensión de su pueblo, que quería preservar sus tradiciones en secreto, y con la de las personas que vieron en los hongos un entretenimiento o un modo de procurarse “experiencias religiosas”. Al decir que antes de Wasson nadie había ingerido los hongos para “buscar a Dios” —sino que siempre se habían usado para curar—, María Sabina expresaba cómo su saber se había distorsionado por las intenciones y expectativas de quienes viajaban a Huautla a solicitar la ingesta de los “niños mágicos”.

Actualmente, cuando la planta del cannabis está siendo legalizada incluso para su uso lúdico en cada vez más países, incluyendo a México, María Sabina sigue siendo un ejemplo de los distintos enfoques con que se aborda el uso de las plantas enteógenas: hay quienes se centran en sintetizarla y comercializarla con usos recreativos, y quienes están interesados en los aspectos curativos y terapéuticos que se conocen, así como en los que están siendo investigados.

Sobre los hongos Psylocibe, cada día existen más estudios que dan indicio de su influencia positiva en la salud mental de quienes los consumen en un contexto terapéutico, para tratar afecciones como la depresión o la ansiedad.

A pesar de ello, hay quienes pugnan por preservar su uso en el contexto de una cosmovisión basada en la experiencia humana como parte de una entidad superior —llamada por algunos Gaia o Pacha Mama—, que es la que otorga esta medicina para ayudarnos en nuestra integración con la naturaleza. Para quienes tienen esta perspectiva, María Sabina es un símbolo de ese uso racional, integrador y conforme con las leyes naturales.

Cierre artículo

[1] Sustancia vegetal o un preparado de sustancias vegetales con propiedades psicotrópicas, que cuando se ingiere provoca un estado modificado de conciencia. [N. del E.]

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