Enclavado en una colonia de finales del siglo XIX, dentro del antiguo Hotel Reforma, se encuentra MUFO: el Museo del Futuro. El contraste entre los añejos rumbos de la Tabacalera y la innovadora propuesta artística en el interior de este museo es el primer elemento que llama la atención. Al llegar al lugar, el personal del recinto organizará grupos y les brindarán indicaciones sobre el orden para recorrer los cuatro espacios temáticos, dispuestos en cuatro salas conectadas por un patio central.
Al entrar a la primera sala los recibirá una de las dos obras protagonistas: The Day We Left Field —El día que dejamos el campo— del colectivo ruso Tundra, una instalación audiovisual inmersiva inspirada en el entorno natural y en el paisaje de las ciudades modernas. En ella, nos adentramos en una experiencia digital que genera sensaciones duales: postrados a nivel del piso, en una sala que parece mucho más profunda de lo que realmente es, los asistentes podemos transportarnos a mundos distintos entre el Cielo y la Tierra, entre la urbe y lo rural, entre lo sintético y lo natural, y entre todas las dicotomías en las que uno quiera sumergirse. El protagonismo de las luces es tan extraordinario que quizá querrán volver a ingresar una vez que hayan recorrido toda la muestra.
Foto cortesía de la autora.
Foto cortesía de https://mufo.io/
Enseguida podrán entrar a la Galería MUFO, que alberga exhibiciones temporales de arte digital. Durante mi visita, pude encontrar piezas del The NFT Yearbook, que presenta parte de una colección de NFTs —o non-fungible tokens—, las cuales son piezas de arte informático que se adquieren por certificado de autenticidad. Las pantallas en los extremos de la galería conducen al tercer espacio por visitar.
Réflex, una pieza de arte interactivo multimedia creada por el artista mexicano Gil Castro, consiste en una serie de monitores que, cual espejos, reflejan nuestro cuerpo en fases distintas. La pieza está inspirada en la división de la entidad humana propuesta por el filósofo austriaco Rudolf Steiner y, en ella, los visitantes podemos apreciar en tiempo real nuestros autorretratos con efectos psicodélicos, en pantallas que invitan a tomarse una selfie, lo cual es justamente lo que esta instalación pretende: una reflexión personal sobre la propia percepción.
Lunar, una obra de Martín Levêque, se puede apreciar en la sala siguiente. A través de una instalación ligera hecha de metal que evoca las caminatas entre las luces de la noche de la Ciudad de México, los innumerables reflejos metálicos hacen referencia a los puestos callejeros de comida hechos del mismo material. Sencilla y contundente, la pieza da paso a un pasillo de luces de neón que nos da la bienvenida a la segunda experiencia protagonista en el recorrido: Ouchhh.
Ouchhh Studio es un estudio global de new media, pionero en obras visuales basadas en datos, las cuales reflejan una variedad de contextos y experiencias que combinan arte, ciencia y tecnología. El colectivo, originario de Turquía, está formado por ingenieros, académicos, programadores, diseñadores, artistas y animadores que comparten una visión: el conocimiento como generador de experiencias colectivas únicas.
Foto cortesía de https://mufo.io/
Este espacio consiste en una sala cubierta de espejos donde el espectador observa una serie de algoritmos que danzan en formas geométricas alrededor de la sala. Entre el techo, las paredes y el piso se configuran imágenes llenas de color y de luz que pueden estimular los sentidos al extremo. Si eres una persona sensible a estos estímulos quizá prefieras evitar esta sala y concluir la visita con Percepcions, de Antoni Arola, un artista catalán que ha creado un extenso cuerpo de trabajo basado en obras hechas con luz y espacios efímeros como medio.
En el MUFO, la obra de Arola recibe al espectador con un lienzo blanco que se llena de color mediante dos espejos giratorios y las luces que éstos reflejan. Al recorrer el espacio, el visitante puede interactuar consigo mismo y con los demás asistentes de la sala, donde la música también ocupa un lugar relevante: desde el danzón “Nereidas” hasta “Breathe”, de Pink Floyd.
Foto cortesía de https://mufo.io/
Aunque la mezcla de todos los elementos puede resultar extraña, lo cierto es que este espacio y su selección musical cumplen el cometido de brindar una sensación de cierre a la visita. Una vez completado el recorrido, existe la posibilidad de reingresar a las salas cuantas veces se desee hasta que el horario lo permita, aunque el retorno a cualquiera de ellas obliga a hacer el recorrido completo nuevamente, lo cual resulta un tanto provocador.
MUFO: Museo del Futuro se encuentra dentro del Antiguo Hotel Reforma, ubicado en París 32, colonia Tabacalera, en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México. El horario de entrada es de lunes a domingo de 11:00 am a 8:00 pm, y el costo de ingreso va desde los 150 pesos, los lunes de museo, hasta los 350 pesos durante el fin de semana. El museo cuenta con un área gastronómica, ideal para concluir la visita, y servicio de guardarropa. En este enlace encontrarán más información sobre el lugar, los artistas y los eventos, y podrán comprar sus entradas con anticipación. Cabe mencionar que el MUFO cumple con la normativa vigente por covid-19, así que los grupos son limitados y el paso a las instalaciones se encuentra controlado.