Sí, sí, por las venas de este humilde sombrerero corre sangre melómana, eso nadie puede negarlo. Pero, de igual forma, el gen cinéfilo —heredado en gran medida por línea materna, el Altísimo tenga a la venerable autora de mis días—, no sólo corre por mis venas, sino que como dijo un atribulado Cary Grant en Intriga internacional, “más bien galopa”. Y eso se refleja en el oído atento a la música compuesta para el cine y la televisión de lo que va del siglo XXI, que es de lo que quiero hablarles en esta ocasión.
Al hablar de soundtracks y film scores —dos cosas distintas: la primera, una selección de melodías y canciones previamente existentes; la segunda, que consiste en composiciones ex profeso para una cinta—, nombres ilustres como los del infaltable John Williams, el prolífico Ennio Morricone, el dramático Miklós Rózsa o el romántico Francis Lai son los primeros en saltar a la mente. Pero todos ellos son hombres del siglo XX, ¿qué hay de la música compuesta en los veintidós años que van de este siglo? Hablemos de ella…
Uno de los primeros compositores que debemos mencionar —aunque, lo admito, no es particularmente “santo de mi devoción”— es el alemán Hans Zimmer, quien además de haber ganado el Oscar por El rey León el siglo pasado, es autor de las memorables melodías y atmósferas sonoras de Gladiador (2000), de la trilogía de Batman: The Dark Knight de Christopher Nolan, de Inception (2010), Interestelar (2014), Dunkirk (2017) y de la recientemente estrenada Dune (2021).
Hablemos ahora del canadiense Howard Shore, cuya obra más reconocible es la música original para dos exitosísimas trilogías, ambas dirigidas por Peter Jackson: las tres partes de El Señor de los Anillos y la triada de El Hobbit. Y, por si fuera poco, Shore también ideó la música para El aviador (2004) y para la hermosa cinta La invención de Hugo Cabret (2011), ambas de Martin Scorsese.
Y hablando de la interpretación fílmica de la obra de Tolkien, algo que vale la pena mencionar es que la que es quizá la melodía más famosa de la primera trilogía no fue compuesta por Shore, sino por el inglés Clint Mansell: me refiero a “Luz Aeterna”, que forma parte del trágico soundtrack de Requiem for a Dream (2000) y que se ha usado en otras cintas además de las dos ya mencionadas.
Además de la música para ese crudo filme, Mansell ha trabajado de la mano del realizador Darren Aronosfky en cintas como The Fountain (2006) —al lado del soberbio cuarteto de cuerdas Kronos Quartet y de la banda Mogwai—, The Wrestler (2008) y Black Swan (2010); y en los días de la TV por streaming, su trabajo se puede escuchar en dos teleseries de DC Comics: Titans (2018-2019) y Peacemaker (2022).
¡Esto se pone interesante! Así que subamos un poco los decibles para gritar “Wakanda forever!”, junto con el sueco Ludwig Göransson, autor de la música de Black Panther (2018), que guarda cierta influencia de la música tradicional africana. Además, y entrando ya en los terrenos de la TV por streaming, Göransson es autor de la música de The Mandalorian (2019-2022) y The Book of Boba Fett; ambas forman parte de la narrativa de Star Wars y están disponibles en Disney+.
Y ya que andamos por los helados países escandinavos, hay dos nombres de gran relevancia que no debemos omitir. Primero, hablemos del islandés Jóhann Jóhannsson —murió por una sobredosis en 2018, a la edad de 48 años—, a quien seguramente recordamos por sus composiciones para La teoría del todo (2014) y Sicario (2015), por las que estuvo nominado al Oscar, y para La llegada —Arrival— (2016) de Denis Villeneuve, que es una de mis favoritas.
Ya para cerrar este breve recuento, hablaré de una mujer, también nativa del helado país de Islandia: me refiero a la ganadora del Oscar, Hildur Guðnadóttir, quien se llevó la estatuilla a casa por su inmejorable score para la exitosa y polémica Joker (2019). Además, Hildur trabajó de la mano de su paisano Jóhannsson en Sicario, y compuso la música original de la miniserie de TV Chernobyl (2019), por la que recibió una buena cantidad de premios.
Ambos compositores trabajaron juntos también —al lado del holandés Rutger Hoedemaekers— en una interesante serie islandesa titulada Trapped (2015- ), donde un pequeño pueblo aislado por la nieve se ve amenazado por la presencia de un asesino serial… o eso creen los policías que investigan los crímenes. Como sea, es un pretexto para adentrarse en una cultura totalmente ajena a un país tropical como el nuestro, acompañados por música de altísima calidad.
Hasta el próximo Café sonoro…