
Hoy día, y en todo el mundo, la conciencia ecológica ha cobrado una importancia sin precedentes. Sin embargo, éste es un asunto que sólo suele preocupar a un grupo reducido de personas o a agrupaciones dedicados a él. Aunque no debería ser así: cualquier tema relacionado con la búsqueda de un equilibrio ecológico, con el bienestar del planeta y el desarrollo sustentable, al menos de los lugares donde vivimos, debería ser de vital importancia para todos. No por moda o tendencia, sino para estar informados, crear conciencia y saber qué podemos hacer cada uno de nosotros, día a día, para llevar un estilo de vida menos dañino para nosotros, para quienes nos rodean y para el mundo. Más allá de separar la basura, vestir ropa hecha con material reciclado o usar bicicleta en lugar de automóviles de combustión interna, en varias partes del mundo se están generando prácticas creativas que convierten al ecologismo en algo más allá de lo común. Veamos algunos ejemplos:
Zapatos veganos (Argentina)

La filosofía vegana, entre sus postulados, rechaza la crueldad contra todos los seres vivos y apoya el consumo consciente de productos de origen animal. Esto implica la creación de productos que sean igual de eficaces que los originalmente hechos de animales, pero sin acabar con las vidas de éstos; en otras palabras, productos de primera necesidad que no resulten dañinos para el medio ambiente y que tengan buena calidad. Y algo que todos necesitamos cada día de nuestras vidas, como los zapatos, podría producirse con características “eco-amigables” desde su diseño, fabricación y distribución.
En Argentina, el uso de pieles bovinas y porcinas era una constante en la fabricación de calzado, aunque hoy existe otra alternativa: algunos zapateros se han enfocado en la aplicación de la filosofía vegana al utilizar una cuidadosa selección de materiales ecológicos, duraderos y cómodos para su uso: piel, gamuza y charol sintéticos; goma, neopreno, algodón de lycra, yute, corcho, lana, fibra de coco y telas de algodón estampadas, entre otros. En la actualidad existen en Argentina firmas y colecciones eco-friendly, sustentables y, en su mayoría, fabricadas de forma artesanal para lograr productos con excelente diseño, durabilidad y calidad, que dan fe de que no sólo de piel se puede crear un buen par de zapatos. Éste y otros esfuerzos han dado pie al término vegan chic, que parece ser el inicio de una idea nueva en el mundo de la publicidad y el márketing, que también se relaciona con las nuevas conciencias y formas de producción. Dicha moda emergente es una muestra de una nueva forma de vida y pensamiento, basada en el respeto a los animales y a nosotros mismos.
Viviendas modulares prefabricadas (Australia)

Al escuchar un término como “casas prefabricadas”, uno podría pensar en una vivienda incómoda, desechable y de mala calidad; sin embargo, en Australia no lo ven de la misma forma. Allá, la tendencia de construir casas ecológicas prefabricadas se está tomando bastante en serio, y la marca ArchiBlox cuenta con interesantes alternativas al sistema tradicional de construcción, pues ofrece viviendas con diseños modernos, sustentables y a precios accesibles para casi cualquier persona.
Este tipo de viviendas se desarrollan a través de un sistema modular que permite producir rápidamente sofisticadas casas con un diseño innovador, las cuales han alcanzado el punto de “carbono positivo” —un grado de certificación Platino emitido por eTool, una consultoría especializada que certifica la valoración sostenible de un edificio a partir de su ciclo de vida— gracias a una estrategia doble: por un lado, reducen considerablemente la energía necesaria para su construcción; por otro, mantienen una producción de energía positiva durante su periodo de vida. De esta forma, una casa de carbono positivo será capaz de evitar la emisión de más de mil toneladas de dióxido de carbono, equivalente a plantar más de seis mil árboles. La principal ventaja de tener —y vivir en— una casa modular es la reducción del consumo de energía eléctrica, pues debido al diseño de la casa el consumo en calefacción y refrigeración disminuye. Esto se logra mediante un sistema de climatización geotérmica, el uso de ventanas de termopanel que cierran herméticamente y otros elementos como la cubierta de jardín, paredes con vegetación y reciclado del agua. Además, tales viviendas cuentan con un sistema de distribución de calor que durante el frío del verano —recordemos que en el cono sur las estaciones se presentan al revés que las nuestras— captura el calor solar y lo distribuye hacia el resto de la casa, mientras que en el invierno bloquea la radiación solar.
Gardens by the Bay (Singapur)

En Singapur existe un buen ejemplo de lo que se puede hacer en favor de la ecología a un nivel macro. El nombre: Gardens by the Bay —Jardines de la Bahía—, un desarrollo ecológico y urbano que consta de más de cincuenta y cuatro hectáreas de espacio para albergar a fauna y tecnología enfocadas al estudio y el cuidado de la Tierra, pues reproduce en sus instalaciones la totalidad de los ecosistemas existentes en el mundo para que quien los visite pueda experimentarlos en un solo lugar.
Al crear una ciudad dentro de un jardín, Gardens by the Bay hace realidad la visión de la Junta Nacional de Parques de Singapur: el parque captura la esencia de la ciudad y se convierte en la primera “ciudad jardín” con el ambiente ideal para vivir y trabajar. El parque resulta imponente con tan sólo echar un vistazo: está conformado por grandes viveros rodeados de cristales, jardines climatizados con estilo tropical, mediterráneo y otros entornos climáticos, y por uno de los atractivos más importantes del lugar: los Supertrees, que forman un bosque de gigantes. Estos superárboles son estructuras de gran tamaño que soportan los jardines verticales de hasta treinta metros de altura, los cuales producen energía y recolectan agua para el uso del parque, sin mencionar que visitarlos es una experiencia estética y ecológica única en el mundo. Los Supertrees continúan creciendo con sus enredaderas y helechos y, por las noches, cobran vida gracias a sistemas especiales de iluminación. Además, los invernaderos producen bioclimas para simular ecosistemas de áreas húmedas, áridas o desérticas; en otras partes del complejo hay jardines acuáticos en terrazas, escuelas y centros de exposiciones; y, por si fuera poco, todo el inmueble está diseñado con la premisa de un bajo impacto ambiental y funcionamiento autosustentable.
Gardens by the Bay se encuentra cerca de ser un cuento fantástico en el que las personas pueden vivir en árboles futuristas rodeados de jardines espectaculares y, a lo lejos, ver los edificios que les dan señales de que la ciudad sigue existiendo; asimismo, cristaliza una fusión de naturaleza y tecnología que los autores más visionarios de la ciencia ficción describieron hace décadas. Este sitio tiene todo para empezar a escribir una nueva historia para la humanidad.
