
¿Qué une a la gente? ¿Ejércitos? ¿Oro? ¿Banderas? Las historias.
No hay nada en el mundo más poderoso que una buena historia. Nada puede detenerla. Ningún enemigo puede vencerla.
Tyrion Lannister. Game of Thrones
El internet es tan diverso y tan vasto que es imposible de abarcar con apenas un par de ojos, un par de oídos y nuestros días de veinticuatro horas. Sin embargo, periodistas, mercadólogos, psicólogos, narradores, guionistas, pediatras, cocineros y entusiastas de las cantinas, la música y del cine han tomado el micrófono para compartir, a través del internet, su peculiar forma de ver el mundo. O, mejor dicho, de hablarle al mundo.
Hablan y se graban. Publican lo que dicen en internet y a eso se le conoce como podcast, un sustantivo que ya se entiende bien entre los habitantes de la red y entre aquellos que toman el micrófono para hacerse escuchar.
Con el impulso inicial de Apple y su iPod —de donde toma su primera sílaba—, los podcasts se han convertido en un movimiento que busca compartir conocimiento y experiencias, dándole espacio al más narrativo de los periodismos. Así, “sintonizar” podcasts empieza a tomar más y más tiempo en nuestra rutina de consumo de medios: noticias, historias criminales o de ayuda experta para casi cualquier ámbito de la vida buscan recordarnos que la empatía empieza por saber escuchar.
Pláticas sobre temas como el veganismo, el desarrollo urbano, la literatura, la ciencia ficción, los cómics, la historia o las mascotas son ya un sutil entrenamiento para aprender a escuchar y, casi sin querer, a ser más empáticos.
Esta vocación no es poca cosa: podemos pasar horas hablando sobre las más descabelladas teorías de la conspiración o mitos urbanos, pero en ocasiones somos incapaces de escuchar lo que tiene que decir el vecino y, mucho menos, de tratar de entender por qué piensa como piensa.
Los podcasts nos dan esa oportunidad: en una época en la que es tan fácil “lanzar el tweet y esconder el iPhone”, ponerle voz a las ideas y difundirlas para que sean escuchadas —en el momento que quiera el destinatario— fomenta la reflexión y la apreciación de los argumentos ajenos.
En los podcasts, se trata de escuchar las historias de otros: apreciar sus perspectivas, valorar y matizar las propias, construir un criterio nuevo a partir del reconocimiento de que no estamos tan solos como en ocasiones parece y de que no siempre todo el mundo piensa igual que nosotros.
Muchos de nosotros nos tropezamos, casi por accidente, con los podcasts. Algunos empezaron a grabarse desde hace algunos años sin saber que, hacia 2018, con ellos iniciarían una industria basada en la voz, como lo ha sido desde hace cien años la radio. Sin embargo, el podcast le ha abierto los micrófonos a cualquiera que se quiera hacer escuchar, o que quiera ganar influencia o dinero a partir de su voz.
Según datos del más reciente Estudio sobre los Hábitos en Internet de los Mexicanos, publicado el 15 de mayo de 2019, ochenta y tres millones de personas en nuestro país tenemos conexión a internet, siete de cada diez están conectadas durante todo el día, y los mexicanos invertimos ciento veinte minutos diarios al consumo de audio por internet, quince más que en 2018.
Este crecimiento está directamente relacionado con la oferta, cada día más diversa, de voces y temáticas que se pueden escuchar en plataformas de podcasting como Spotify, Apple Podcast —anteriormente iTunes— o Google Podcast.
La oportunidad de tener contacto con voces de todo el mundo, en particular del ámbito hispanohablante, permite conocer desde los problemas de miles de mexicanos que cada año viajan a los Estados Unidos para trabajar en ferias de condados (Radioambulante) hasta a los emprendedores latinoamericanos que han iniciado suerte en California (El valle de los tercos), pasando por relatos de crimen (Podium), el periodismo social (Puentes), la medicina (Meteoro) y hasta las mañaneras del presidente López Obrador sin silencios ni pausas (Expansión).
Y se puede acceder a ellos en cualquier momento desde cualquier pantalla: el teléfono, la computadora, las bocinas inteligentes y hasta las televisiones inteligentes. Los podcasts están a nuestro alrededor y nos quieren contar las otras visiones del mundo, buscando que nos reencontremos con el viejo —y, a veces, casi extinto— arte de escuchar.
Cómo empezar un podcast
Iniciar a construir tu podcast es tan sencillo como tú quieras. Dar los primeros pasos y probar tus habilidades ante el micrófono se facilitan si tomas en cuenta las siguientes recomendaciones que nos da Carlos Mendoza, líder de la productora mexicana Output Podcast y socio de la plataforma portátil de podcasting Juum.FM:
- Muestra sencillez al hablar
Tu audiencia sólo se quedará con una o dos de las ideas que expongas. - Controla y ordena la información
Ya sea que quieras un podcast breve —de hasta veinticinco minutos— o largo —hasta de dos horas—, antes de grabar piensa y pon en orden sus elementos: piensa en una introducción, los puntos principales a exponer y en una conclusión. - Hablar antes de leer
Leer de una página le quita frescura a tus grabaciones. La espontaneidad es uno de los valores que más valoran los amantes a los podcasts, aunque en ocasiones el resultado no esté tan perfeccionado. - Tómalo con tranquilidad
Respira, respira y respira de nuevo. Inicia cuando tu respiración esté normalizada y tu cuerpo, relajado. Si estás tenso se percibirá, y quien te escuche lo odiará.

[1] Uriel Rodríguez (@urielo) es periodista independiente y productor de podcasts.