“Si he logrado ver más lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes”.
Isaac Newton
En nuestro planeta tienen cabida tanto sitios plácidos y amigables como puntos extremos a los que sólo unos cuantos aventureros han sido capaces de llegar. La lucha y la perseverancia otorgaron el don de la inmortalidad a quienes alcanzaron estos lugares remotos y vivieron para contarlo, y no pocos fueron los que vieron cerca o tocaron así el fin de sus vidas. Aunque no todos figuran hoy en las páginas de los libros de historia, no puedo sentir sino un profundo respeto por todos quienes, para bien o para mal, lo intentaron. Aquí cuento sus historias…
El Polo Norte
Frederick Cook, Alexander Kuznetsov y Robert Peary
Muchos exploradores de renombre se disputaron el honor de haber sido el primer hombre en pisar los 90° de latitud Norte. El primero de ellos, Robert Peary, afirmó haber llegado a los 87°06’ de latitud norte en una expedición, entre 1905 y 1906, y por mucho tiempo las sociedades geográficas le dieron la razón, pero el tiempo y los hechos terminaron por desmentirlo. Lo mismo sucedió con Frederick Cook, quien partió de Groenlandia en 1908 y regresó catorce meses después, afirmando haber logrado el objetivo, pero las débiles pruebas aportadas y las inconsistencias en los relatos de sus acompañantes terminaron por desacreditarlo.
Roald Amundsen no llegó nunca a pisarlo, pero sí fue el primero en verlo: lo sobrevoló a bordo del dirigible Norge en 1926. Así, el primer hombre en haber pisado el Polo Norte de forma indiscutible fue el ruso Alexander Kuznetsov, quien dirigió una expedición científica de la entonces Unión Soviética, enviada por el mismísimo Stalin, y alcanzó dicha marca geográfica el 23 de abril de 1948, a bordo de un avión soviético Lisunov Li-2s.
El Polo Sur
Roald Amudsen y Robert Falcon Scott
Nuestro viejo conocido por su sobrevuelo para avistar el Ártico, el noruego Roald Amundsen, es quien se lleva este galardón. Él y Cook lo intentaron juntos en una expedición en 1897, pero su nave quedó varada en el hielo… ¡durante trece meses! En ninguno decayó el ánimo: mientras Cook se lanzó, sin éxito, a la conquista del Polo Norte, Amundsen se dirigió de nuevo al sur, donde luchó por la primicia contra un nuevo rival: el capitán inglés Robert Falcon Scott. Al final, Amundsen y sus compañeros alcanzaron el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911, y Scott se quedó con la magra consolación del segundo lugar, pues llegó a dicho extremo hasta el 17 de enero del año siguiente, cuando descubrió la prueba de la llegada de su rival noruego; pero esa no fue la peor de sus desventuras, ya que Scott y todos los hombres de su expedición hallaron la muerte en el terrible viaje de regreso.
El punto más alto: el Everest
Andrew Irvine, George Mallory, Tenzing Norgay y Edmund Hillary
El alpinista neozelandés Edmund Hillary y el sherpa[1] nepalés Tenzing Norgay, a las 11:30 a.m. del 29 de mayo de 1952, conquistaron los 8 mil 848 metros sobre el nivel del mar del pico más alto del mundo: el Everest. Como en las gestas en ambos polos, la conquista del Everest no estuvo libre de dramas: veintinueve años antes que ellos, uno de los intentos más famosos fue el realizado por los escaladores británicos Andrew Irvine y George Mallory, quienes se perdieron a más de ocho mil metros de altura; fue en 1999 que una expedición encontró los restos momificados de Mallory a seiscientos metros de la cima.
El verdadero misterio es que quizá nunca se sabrá si Irvine y Mallory se extraviaron antes de llegar a la cima o cuando ya descendían de ella, lo que los convertiría en los primeros en haber pisado “el techo del mundo”. La solución del enigma estaría en la cámara fotográfica de Mallory, donde —de haber logrado su objetivo— habría fotos de él y su compañero en la cima, pero ésta no ha sido encontrada.
El más bajo: la fosa de las Marianas
Arriba: Don Walsh y Jaqcues Piccard (izq.); James Cameron y Don Walsh (der.).
Centro: Batiscafo Trieste.
Abajo: Kathryn D. Sullivan y Victor Vescovo.
Aquí no hay polémicas: el 23 de enero de 1960, Don Walsh, teniente de la Marina de los Estados Unidos, y Jacques Piccard, oceanógrafo suizo, llegaron al fondo de la fosa a bordo del batiscafo Trieste. Eso sí, tenemos dos datos curiosos: el primero es que, en 2012, el famoso cineasta James Cameron fue el primer ser humano en hacer una inmersión “en solitario” para alcanzar la enorme profundidad de 10 mil 983 metros; Don Walsh formó parte del equipo de asesores del famoso director de Titanic.
El segundo dato se refiere a la oceanógrafa y astronauta Kathryn D. Sullivan, quien fue la primera estadounidense en efectuar una caminata espacial el 11 de octubre de 1984 —la rusa Svetalana Savitskaya le arrebató el honor de ser la primera mujer en el espacio meses antes, el 25 de julio del mismo año—, y también la primera mujer en llegar al Abismo de Challenger[2] el 7 de junio de 2020, a bordo de un submarino Triton. Esto la convirtió en la primera mujer en haber estado tanto en el espacio exterior como en la parte más profunda de la Tierra, donde sólo otras siete personas han llegado.
[1] Si bien la palabra sherpa es el término con el que muchos creen que se conoce a los porteadores o cargadores que acompañan a las expediciones de escalada en el Himalaya, en realidad es el nombre de una etnia que habita las regiones del Nepal y que, por su aclimatación y conocimiento de las mismas, son excelentes guías.
[2] Es la parte más profunda de la Fosa de las Marianas y de la Tierra.