¿Qué es la gentrificación y cómo está afectando a nuestro país?

¿Qué es la gentrificación y cómo está afectando a nuestro país?
Fabio Cupul Magaña

Fabio Cupul Magaña

Inspiración

Durante las últimas tres décadas, diversos estudiosos del devenir de las ciudades de México, del resto de Hispanoamérica y de prácticamente todo el mundo han observado un fenómeno social y político —acompañado, además, por una masiva inversión inmobiliaria— en el que las clases populares son desplazadas de las áreas centrales urbanas para que éstas sean ocupadas por clases pudientes; a este fenómeno se le ha llamado gentrificación.

Esta palabra es un neologismo que proviene del inglés gentrification, que en su contexto de origen aludía a la renovación de las viviendas del centro de la ciudad a los estándares de la clase media. Aunque la palabra empezó a usarse en el ámbito académico desde la década de 1960 para referirse al fenómeno urbano que tuvo lugar en la ciudad de Londres durante la época de la desindrustialización, sus raíces se hunden hasta el siglo XIV, cuando la palabra gentry se refería a la condición de nobleza, ya fuera por rango o por nacimiento; hoy designa a la “gente de buena posición social y económica, específicamente en el Reino Unido”.

Calle de Londres, Inglaterra

Tim Bluter, profesor emérito del King’s College London, menciona que el estudio de la gentrificación debe enfocarse en entender los cambios en la relación entre las personas y el lugar donde viven; además, señala que no se debe perder de vista que este proceso ocurre tanto en ciudades —que pueden tener distintos niveles de desarrollo— como en regiones rurales, y que es resultado de las políticas públicas explicitas e implícitas desarrolladas por el Estado.

La gentrificación no está libre de detractores y de quienes ven oportunidades en ella. Un grupo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile y del IPN, liderados por la Dra. Alejandra Rasse, afirma que la llegada de vecinos de ingresos medios o altos a zonas de menor renta es criticada por promover el capitalismo urbano, por intensificar las desigualdades de acceso al suelo y, al final, por propiciar la expulsión o desplazamiento de los antiguos residentes; pero los mismos investigadores destacan, también, que favorece la creación de condiciones para la coexistencia de personas de distintos estratos socioeconómicos.

Sobre el proceso de gentrificación en ciudades mexicanas, el Dr. Adrián Hernández Cordero —investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana— cita que este fenómeno en el país no ocurre de manera homogénea y responde a diferentes condiciones o situaciones particulares. Por ejemplo, ciudades como Mérida y San Miguel de Allende han visto la llegada de vecinos extranjeros que tienen la capacidad económica para convertirse en potentes agentes inmobiliarios, pues adquieren viviendas para habitarlas o rentarlas; en esas mismas ciudades, los habitantes originales venden sus propiedades del centro y migran a los suburbios, mientras que las clases populares son virtualmente expulsadas de sus antiguos barrios por la imposibilidad de pagar las rentas o por perder referentes locales que reforzaban su sentido de pertenencia. Por otra parte, en ciudades como Guadalajara los barrios etiquetados como conflictivos intentaron ser intervenidos a través de obras urbanas, pero el estigma y la organización vecinal lo han impedido.

Casa convertida en restaurante en la Colonia Roma, Ciudad de México

En el caso particular de la Ciudad de México, la Dra. Rasse y sus colaboradores han observado una dificultad —que tiende a ser absoluta— de construir nueva vivienda social, pues la elevación de los precios del suelo debida a las expectativas que la gentrificación genera entre los dueños de los terrenos es especialmente alta, lo cual no es exclusivo de las áreas centrales, pues también sucede en la periferia; así, los precios suben más en las áreas populares sometidas a la gentrificación que, incluso, en las áreas tradicionales de altos ingresos.

Calle en Sayulita, Nayarit (México)

También está el caso de localidades pequeñas, pero importantes desde el punto de vista turístico, como el pueblo costero de Sayulita, ubicado en el litoral sur de Nayarit y con una población local de poco más de 3 mil 500 habitantes. Aquí, investigadores han encontrado que los residentes originarios que impulsaron el surgimiento del poblado se han visto acechados para dejar el sitio. Esto ha provocado que los espacios destinados a la vivienda se reduzcan para soportar el fenómeno de la “turistificación”, en el que la llegada masiva de turistas ocasiona que los servicios, las instalaciones y los comercios se orienten y conciban pensando más en el turista que en el nativo del lugar.

Finalmente, la gentrificación es un proceso activo y controvertido que requiere ser evaluado de manera particular en cada centro urbano. Sólo así se dispondrá de datos e información que facilite, a la ciudadanía y a los tomadores de decisiones, la implementación de acciones para mitigar sus impactos negativos y eliminar las brechas que impiden a la gente disfrutar equitativamente de los recursos y servicios disponibles.

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