Puede ser por una expresión dura y fría, por una conversación monótona, por ser de esos o esas que todo el tiempo se quejan o por no reír con frecuencia. Pero, como sea, a una persona estereotípicamente aburrida hay que huirle como a la peste. O, al menos, eso fue lo que un grupo de personas concluyó en un estudio científico que se publicó en el la revista Personality and Social Psychology Bulletin sobre quiénes son las personas más aburridas del mundo.
El objetivo de dicha investigación fue averiguar cuál es la definición de una persona aburrida y cómo se le percibe socialmente; así, en el estudio, a quinientos encuestados se les presentaron una serie de profesiones, pasatiempos y tipos de personalidad para que los calificaran: los resultados fueron escalofriantes y hasta un tanto prejuiciosos, pues aquellos que los voluntarios percibieron como “aburridos” eran consideradas personas frías, poco competentes y las cuales no querían tener cerca.
Wijnand Van Tilburg, investigador de psicología de la Universidad de Essex y autor principal del trabajo, explicó que los resultados sirvieron para explorar de qué modo los estereotipos pueden ser determinantes en las vidas de las personas y afectar cómo son percibidas, ya que “este estudio sugiere que ser estereotipado como aburrido puede tener consecuencias interpersonales negativas”.
No tener sentido del humor, carecer de opiniones propias y quejarse mucho son los rasgos que definen a las personas aburridas, de acuerdo con los encuestados. Además, trabajar con datos, impuestos o seguros, en bancos o en la contabilidad son parte de la lista de los oficios que ejercen los más aburridos. Por último, según los entrevistados, los pasatiempos propios de la gente aburrida son: practicar alguna religión, ver la TV, dormir y distraerse con actividades que tienen que ver con números.
Uno de los aspectos que más sorprendió al equipo de Van Tilburg es que la mayoría de los entrevistados no mostró interés en dedicar tiempo para hablar con aquellos que consideraban “aburridos” y, por el contrario, tenía una tendencia a evitarlos. Cuando se les preguntó cuánto dinero querrían por pasar tiempo con un “aburrido”, los participantes propusieron sumas muy altas en comparación con las que pedirían por convivir con otras personas que consideraban menos aburridas.
Por último, otro aspecto sorprendente fue la idea recurrente de que consideraban que las personas aburridas eran incompetentes, asunto que para Van Tilburg no se encuentra ni remotamente relacionado. “Yo pensaría que los contadores, aunque fueran considerados personas aburridas, serían vistos como eficaces y las personas ideales para hacer un gran trabajo en su declaración de impuestos”, dijo. De cualquier modo, este estudio realizado en la Gran Bretaña muestra solamente una de las tantas caras de esta moneda.
Y tú, ¿a quién o a quiénes considerarías aburridos? ¿Qué oficios o hobbies te parecen de flojera? Y, lo que es más: ¿crees que tú mismo puedes resultar aburrido para los otros, independientemente de tu profesión o de tus pasatiempos?…