¿Quieres ser más inteligente? ¡Come chocolate!

¿Quieres ser más inteligente? ¡Come chocolate!
Igor Übelgott

Igor Übelgott

Inspiración

Hace ya muchas décadas, cuando el ritmo del cha-cha-chá hacía furor en la radio y los salones de baile, una pegajosa tonada de la Orquesta Aragón incluía un estribillo que decía: “…toma chocolate, paga lo que debes”. Desde luego, me refiero a la canción de “El bodeguero” del cubano Richard Egües, pero la frase viene a cuento por un estudio dirigido por Catarina Rendeiro, de la Universidad de Birmingham, que descubrió que tomar o comer chocolate puede hacernos más inteligentes —y pagar lo que debemos… luego vemos.

Así es: además de su delicioso sabor, de proveernos de energía y, dicen, de generar en nosotros ricas dosis de endorfinas, el chocolate y su ingrediente principal, la cocoa, contienen unas sustancias llamadas flavanoles, los cuales —según el estudio— nos protegen contra las enfermedades cardiovasculares y favorecen la oxigenación del cerebro. Esto, a la larga beneficia las funciones cognitivas, previene el deterioro cerebral derivado de la edad y aumenta el desempeño cerebral.

Durante el estudio, un grupo de adultos jóvenes ingirieron una bebida de cocoa alta en flavanoles y eso generó una oxigenación más abundante y más rápida en condiciones de hipercapnia —es decir, con niveles elevados de dióxido de carbono—, así como un desempeño cerebral mucho mejor, aun cuando la demanda de las funciones cognitivas era alta. Esto es muy importante, sobre todo si pensamos en que, por efecto de la edad y de la falta de actividad física, la vascularidad cerebral se deteriora, lo que acelera el envejecimiento cognitivo y puede conducir a la demencia senil.

Chocolate en trozos

Al respecto de los resultados de su estudio, la doctora Rendeiro afirmó que su objetivo era “ofrecer al público una guía más precisa sobre cómo sacar mejor provecho de las elecciones que hacemos con respecto a la dieta”, pues aunque el experimento se realizó con cocoa, existe otra gran variedad de alimentos que contienen flavanoles, tales como los frutos rojos —fresas, zarzamoras y frambuesas, por ejemplo—, la soya, las semillas, y también bebidas como el vino, la cerveza —con moderación, claro está— el té verde y el té negro.

Así las cosas, tal como lo decía el cha-cha-chá del principio, tomar chocolate es una receta para un mejor desempeño cerebral y físico, por ejemplo antes de un examen, una entrevista de trabajo o una prueba atlética. Sólo hay que evitar usar lo anterior como pretexto para excederse en su consumo —pues no hay que perder de vista que la mayoría de las barras, golosinas y bebidas que se venden comercialmente también son altas en azúcar añadida y grasas— y combinar su ingestión con actividad física al aire libre para oxigenar mejor el cerebro.

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