
El mes de octubre está cerca y eso se siente en el aire: las bebidas de calabaza dulce comienzan a abundar en las cafeterías, las tiendas comienzan a decorar sus aparadores con adornos halloweenescos y, ¿qué mejor manera de disfrutar la llegada del otoño que con una escalofriante historia de fantasmas? Pues bien, no busques más: aquí te traigo cinco recomendaciones de novelas, narraciones y cuentos clásicos de espíritus ideales para esta temporada.
“El fantasma de Canterville”, de Oscar Wilde
Comenzamos con este cuento, que es un clásico de clásicos. En él, Wilde lleva al lector a un estimulante viaje a través de la fusión de lo espectral y lo cómico. Con el telón de fondo de Canterville Chase, una ancestral mansión inglesa cargada de historia y tradición, la narración comienza con la mudanza a esta morada de los Otis, una familia estadounidense cuya sensibilidad moderna y férreo escepticismo chocan con el centenario habitante de la casa: el fantasma de Sir Simon Canterville. Las interacciones entre el espíritu y la indomable familia son una exquisita mezcla entre lo sobrenatural y lo satírico.
Lejos de ser un libro de terror que no te dejará dormir, “El fantasma de Canterville” ahonda en temas profundos como la redención, la empatía y la evolución de los valores sociales. Si buscas un clásico de la literatura que te haga reflexionar, con una mansión embrujada de fondo, este cuento es una lectura obligada que nos recuerda que, incluso en el mundo espectral, la compasión tiene un poder transformador.

“La leyenda del jinete sin cabeza”, de Washington Irving
Esta historia entrelaza el atractivo de lo sobrenatural, el encanto de la vida rural y el poder de una imaginación desenfrenada con la que Irving introduce a los lectores a un reino donde la realidad y el mito se entrelazan. Ambientada en el pueblo estadounidense de Sleepy Hollow —poblado por holandeses—, la historia se desarrolla entre espectrales paisajes iluminados por la Luna, personajes misteriosos, creencias y supersticiones que dan vida a las leyendas que impregnan la región.
En el centro de la narración está Ichabod Crane, un larguirucho y supersticioso maestro de escuela cuya fascinación por lo sobrenatural prepara el escenario para una serie de acontecimientos espeluznantes. A medida que se encapricha con la belleza de Katrina Van Tassel y se enfrenta a su rival, el musculoso Brom Bones, el encuentro de Ichabod con el Jinete sin Cabeza —el espectro de un soldado hessiano decapitado por una bala de cañón— se convierte en un momento de terror que perdurará en la mente del lector por mucho tiempo.
El ritmo trepidante y el hábil uso del suspenso mantienen al lector en vilo, mientras se adentra en el corazón del bosque encantado y descubre la verdad que se oculta tras la leyenda. ¿El miedo será una manifestación de lo sobrenatural o un reflejo de nuestras inseguridades más íntimas?

La mujer de blanco, de Wilkie Collins
Con una trama laberíntica, personajes vívidos y una atmósfera perturbadora, esta novela de intriga, misterio y terror psicológico te dejará embelesado. Situada en la brumosa campiña inglesa, la trama presenta a personajes cuyas vidas están entrelazadas por secretos, identidades equivocadas y una inquietante dama de blanco; a medida que se desarrolla la historia, la enigmática Anne Catherick proyectará su ominosa sombra sobre las vidas de aquellos con los que se encuentra.
Algo maravilloso de la novela es el uso de múltiples narradores, cada uno con su propia voz y perspectiva. Esta técnica brinda una exploración multifacética de los misterios de la historia, invitando a los lectores a armar el rompecabezas junto con los personajes.

La casa de los siete tejados, de Nathaniel Hawthorne
Un mundo impregnado de historia, misterio y ecos del pasado. Regresamos a las mansiones embrujadas, en esta ocasión a la casa de la familia Pyncheon, que carga una oscura maldición. La magistral narrativa de Hawthorne entrelaza temas como la culpa, la redención y el peso de la historia, a la vez que evoca una atmósfera que oscila entre la tristeza y la esperanza.
La meticulosa atención del autor a los detalles brilla en sus vívidas descripciones de la propia casa, que existe realmente en Salem, Massachusetts, y se convierte en un personaje por derecho propio. Sus rincones sombríos y pasadizos ocultos reflejan las profundidades psicológicas de los personajes, y su presencia sirve como recordatorio constante de los pecados del pasado que acechan el presente.

Cumbres borrascosas, de Emily Brontë
¡Sé lo que estarás pensando! Aunque no cuenta con fantasmas tradicionales, el ambiente denso, su intensidad emocional y los persistentes espectros del pasado crean en esta novela un innegable sentido de lo sobrenatural que atrapa a los lectores. Los páramos desolados, con su neblina perpetua y sus vientos salvajes, reflejan las emociones turbulentas de los personajes. La obsesión de Heathcliff por Catherine, que raya en la posesión, posee una cualidad casi sobrenatural. Habla con ella como si aún estuviera presente, desdibujando los límites entre los vivos y los muertos. La propia Catherine actúa como una fuerza espectral que sigue influyendo en la narración, incluso más allá de su existencia mortal. El concepto de tensiones no resueltas y maldiciones, a menudo asociado a los cuentos de fantasmas, se entreteje en la trama de Cumbres borrascosas, así que, si te gusta el romance y lo fantasmagórico, este libro es para ti.

Espero que estas recomendaciones vayan calentando los motores para tus siguientes lecturas de horror, y que puedas convivir armoniosamente con los cinco fantasmas que invitarás a tu hogar.
