Chato
Murió a una hora decente, once de la mañana. Mamá temía que se fuera de madrugada y no se dieran cuenta hasta el amanecer, pero…
La historia secreta de los osos
Llegué al comedor de prisa, me puse a gritar: “¡Los vi, los vi!” Mi madre corrió para ver por qué armaba tanto alboroto, me pidió que me…