Si eres una de esas personas que gustan de lucir un look distinto cada temporada, es probable que cada año acumules muchas prendas que quizá nunca más volverás a utilizar. No sientas culpa por ello: de una u otra forma, todos hemos caído en la tendencia de la “moda exprés”; pero si crees que eso sólo genera caos en tu closet y tus finanzas, te equivocas, pues existe una razón más grave por la que todos deberíamos reconsiderar nuestro consumo desmedido, y es que la producción textil representa un 20% de la contaminación de las aguas y hasta un 10% de las emisiones globales de carbono, cifras que posicionan a la moda como la segunda industria más perjudicial para el medio ambiente, sólo detrás de la petrolera.
Si estas cifras no te preocupan, hay otras razones para frenar el consumo excesivo: por ejemplo, que numerosas empresas de moda violan los derechos humanos y explotan a niños y mujeres haciéndolos trabajar sin prestaciones, en precarias condiciones, con sueldos bajos y jornadas largas, pues la industria siempre va a preferir gastar en publicidad que mejorar la situación de sus empleados. Como podrás darte cuenta, no todo en la industria de la moda es belleza, color y glamour.
Todos debemos vestirnos y usar calzado; sin embargo, realmente no necesitamos renovar nuestro guardarropa cada año, así que la opción más sensata y amable con el medio ambiente siempre será reciclar, reusar y reparar tu ropa. Lo anterior no se contrapone a lucir espectacular en ocasiones especiales: de hecho, puedes hallar un estilo propio con la seguridad de que nunca llegarás a un evento usando las mismas prendas que alguien más. Sólo necesitas darle vuelo a tu creatividad y seguir algunos de los siguientes consejos:
- Primero, saca todas las prendas de tu armario para revisar cuáles son las que realmente usas y cuáles fueron un capricho que jamás volverás a ponerte. En la sección de lo que sí usas y deseas conservar, procura elegir prendas básicas que sean atemporales y combinables, como son: jeans negros o azules, blazers azules, camisas blancas, playeras negras o con rayas, abrigos grises, tenis blancos, etc. Esto te ayudará a no invertir más en ropa, pues con esas piezas podrás crear múltiples combinaciones y, usando accesorios como gafas, sombreros, bolsos o bufandas, podrás añadir un toque único y personal a cada outfit o, de plano, cambiar de look.
- Ahora bien, la sección de las prendas que ya no vas a usar divídela en aquellas que están en buen estado y las que tienen un desperfecto; las primeras, que se pueden usar aún, ¡dónalas! En serio: no hay mejor manera de aprovechar esas prendas que dándolas a quienes las necesiten, y si quieres recuperar algo de tu inversión, también puedes venderlas a través de una plataforma de segunda mano en línea.
- Las prendas deterioradas también pueden aprovecharse: por ejemplo, si tienes una camisa bonita, pero ya desgastada o con una perforación, puedes cortarla y fabricarte una bandana para el cabello, o bien, reciclar tus jeans viejos y hacerte un resistente bolso de mezclilla —más abajo te explico cómo, paso a paso—; por último, las playeras viejas de algodón peinado pueden reusarse como trapos de limpieza y son excelentes para secarte el cabello sin que se produzca frizz.
- Una buena manera de reusar es comprar ropa de segunda mano; hoy en día existen las famosas “pacas” que vienen de los Estados Unidos, las cuales te ofrecen la oportunidad de adquirir prendas originales o vintage por menos de una cuarta parte de lo que te costarían nuevas; eso sí: procura lavarlas muy bien antes de usarlas. Otra opción son los bazares de las famosas “nenis”, que son mujeres —en su mayoría madres solteras, estudiantes o jefas de familia— que no tienen la posibilidad de obtener otros ingresos, por lo que intercambian y venden prendas de segunda mano en línea.
- Por último, si no puedes evitar caer en la tentación de comprar ropa nueva, trata de buscar textiles sustentables o reciclados, pues muchas compañías actualmente ya ofrecen esas opciones. En cuanto al calzado, es triste ver cómo ya casi nadie opta por la reparación y por eso cada vez hay menos “zapateros remendones”; si tienes la oportunidad de apoyar este oficio, no dudes en hacerlo, ya que la destreza de quienes se dedican a dicha labor y los resultados que logran son sorprendentes.
Ahora sí, a continuación te dejo las instrucciones para transformar tus jeans viejos en un bolso de mezclilla. Sólo necesitarás unos pantalones de mezclilla viejos, rotos o que ya no quieras usar; unas tijeras, hilo y aguja —o, de preferencia, máquina de coser—, y si quieres añadir tu toque personal, también puedes usar algunos elementos para decorar, tales como cuentas de colores, parches, aplicaciones, bordados, etc. Vayamos al paso a paso…
1. Corta ambas piernas de los jeans, justo debajo de la entrepierna; para que el corte sea parejo, debes doblar los jeans por la mitad, cortar primero una pierna y usarla para nivelar y que la segunda pierna quede a la misma altura.
2. Corta la costura de la entrepierna, respetando la forma; quedará algo así como una V invertida.
3. Voltea los jeans y dóblalos por la mitad de forma que en un extremo quede el cierre y en otro la parte trasera, donde viene la etiqueta. Cose los nuevos bordes laterales para que queden rectos de la cremallera hacia abajo, y corta las puntas al pequeño triángulo que solía ser la entrepierna para que esos laterales queden rectos. Al final, debes obtener un rectángulo más o menos perfecto.
4. Regresa los jeans “al derecho” y asegúrate de que los bolsillos delanteros y el cierre queden de un lado, y los bolsillos traseros del otro, procurando que los todos los bordes coincidan. Cose el borde inferior de la bolsa, dejando un margen de costura de aproximadamente 15 milímetros.
5. Para fabricar las agarraderas, toma la tela de las piernas recortadas, traza y corta una tira de 10 centímetros de ancho y del largo que prefieras que sea la correa —puedes hacer una sola correa larga al hombro de uno 80 centímetros o dos cortas de unos 40 centímetros a los lados—; sujeta los lados de cada tira y cóselos. Puedes voltear la tela y usarla al revés, o puede ser del mismo lado; como es mezclilla, se deshilachará y eso le dará un toque cool. Une los extremos de las asas justo debajo de lo que antes era la pretina, reforzando lo más que puedas cada una, para que tengas un buen soporte.
6. Por último, usa los parches, los bordados, las cuentas o las aplicaciones para decorar el bolso a tu gusto y ¡listo! Disfruta de tu nuevo accesorio.