Top 5: divulgadores de la ciencia

Top 5: divulgadores de la ciencia
Alan Flores Soto

Alan Flores Soto

Personas que inspiran

La ciencia actual se basa en experimentos y estudios, cuyos resultados son después presentados en artículos y publicados en revistas especializadas. Y aunque por lo general estos textos están escritos en inglés, para la mayoría de nosotros es como si estuvieran en otro idioma: uno totalmente incomprensible.

La labor de los divulgadores científicos es, entonces, “traducir” estos artículos de la jerga científica al lenguaje común. Y se podría decir que los mejores divulgadores científicos no se limitan a esto, sino que logran hacerlo en un contexto narrativo; es decir, contando una historia. He aquí a algunos de ellos:

Carl Sagan (1934-1996)

Obra clave: Cosmos (1980)

El astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico estadounidense Carl Edward Sagan ha sido, quizás, el mayor divulgador científico de la historia. Aunque es mayormente conocido por la serie de televisión Cosmos: un viaje personal, Sagan fue también un prolífico escritor que abordó una gran variedad de temas, incluyendo algunos de los que vimos en la serie —pero mejor desarrollados, debido a las limitaciones del formato televisivo. Entre ellos destaca Los dragones del Edén: especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana, que ganó un Premio Pulitzer en 1978.

A través de la divulgación, Sagan buscó incrementar la comprensión científica del público en general, orientándose a favor del escepticismo científico y en contra de las pseudociencias. Hasta hoy, nadie ha igualado su estilo, pues no sólo explicaba la ciencia, sino que cautivaba a quienes lo escuchaban. Su influencia ha sido tal que diversas organizaciones, mexicanas y extranjeras, promovieron que el 28 de septiembre se celebre el Día Internacional de la Cultura Científica, en conmemoración de la primera emisión de su serie Cosmos.

Por desgracia, en su tiempo la popularidad de Sagan no fue bien vista por toda la comunidad científica, lo que le causó problemas profesionales e incluso que algunos colegas lo ridiculizaran. A este fenómeno, relativamente común entre los divulgadores de la ciencia, se le conoce como el “efecto Sagan”.

Carl Sagan

Stephen Hawking (1942-2018)

Obra clave: Breve historia del tiempo (1988)

A través de sus libros de divulgación científica, que fueron éxitos de ventas, Stephen Hawking demostró que la ciencia no es un asunto exclusivo para genios. A propósito de ello, él mismo dijo: “He vendido más libros sobre física que Madonna sobre sexo”.

Su libro Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros fue un hito en la historia de la divulgación científica: en él explicaba temas de cosmología de un modo que cualquier persona pudiera entender. Esto lo convirtió en un best-seller con más de diez millones de copias compradas, que permaneció en la lista de los libros más vendidos de The New York Times durante 237 semanas.

Por lo anterior, el título se hizo un lugar en el Libro de los Récords Guinness de 1998 como el libro que permaneció más tiempo en la primera posicion de la lista de ventas, un hecho sin precedentes para un libro científico. Y aunque Hawking nunca escribió ciencia ficción, sí fue impulsado por la literatura, lo que le permitió expresar sus ideas fuera del lenguaje científico. Su genio y su gran personalidad lo convirtieron en la última súperestrella de la ciencia.

Stephen Hawking

Isaac Asimov (1920-1992)

Obra clave: The Intelligent’s Man Guide to Science (1960)[1

A pesar de que es mejor conocido por libros de ciencia ficción como Yo, robot (1950) y la serie de la Fundación, Asimov fue aun más prolífico como divulgador de ciencia e historia, y produjo un enorme cúmulo de libros en los que cubrió prácticamente todos los campos del conocimiento humano. De hecho, en una ocasión el escritor Kurt Vonnegut le preguntó: “¿Cómo se siente sabiéndolo todo?”, a lo que Isaac contestó simplemente: “Inquieto”.

Su enfoque de la escritura la resumió en una frase: “Hace mucho tiempo decidí seguir una regla fundamental en todos mis escritos: para ser claro, abandoné toda idea de escribir poética, simbólica o experimentalmente, o en cualquiera de los otros modos que podrían […] hacerme acreedor a un premio Pulitzer. Escribiría, simplemente, con claridad y así establecería una relación cálida entre mis lectores y yo; y los críticos profesionales… bueno, ellos pueden hacer lo que quieran”. Un buen consejo para todos los divulgadores científicos.

Isaac Asimov

Galileo Galilei (1564-1642)

Obra clave: Diálogos sobre los dos sistemas del mundo (1632)

El “efecto Sagan”, del que ya hablamos, puede afectar la carrera de un científico; pero hubo una época en la que divulgar la ciencia podía costar la vida. Ese fue el caso de Galileo Galilei, el llamado “padre de la ciencia moderna” y también el primer divulgador científico de la historia.

En 1610, Galileo escribió el libro Historia y demostraciones en torno a las manchas solares y sus accidentes y, en una carta afirmó que lo haría en un lengua común para que lo leyera mucha gente. Este fue un hecho sin precedentes, pues en esa época la ciencia se escribía en latín y en un lenguaje comprensible sólo para los entendidos.

A Galileo se le atribuye la invención del telescopio y, como resultado de sus primeras observaciones astronómicas, publicó en 1610 un libro llamado El mensajero de las estrellas, considerado uno de los libros más importantes de la historia de la ciencia, el origen de la astronomía moderna y del colapso de la teoría geocéntrica. Pero no sólo eso: en este libro Galileo puso sus conclusiones al alcance de la comunidad científica para su comprobación o refutación.

Su obra maestra, Diálogos sobre los dos sistemas del mundo, fue escrita en italiano y no en latín. En ella, varios personajes debaten el sistema ptolemaico —la Tierra en el centro del Sistema Solar— y el copernicano —la Tierra orbitando en torno al Sol. Este escrito estuvo a punto de cobrar la vida de Galilei, pues tras su publicación la Inquisición lo llamó a comparecer en Roma, donde fue acusado de herejía, obligado a desdecirse y condenado a arresto domiciliario por el resto de su vida. No cabe duda que divulgar la ciencia no siempre fue fácil…

Galileo Galilei

Neil deGrasse Tyson (1958- )

Obra clave: Astrophysics for People in a Hurry (2017)

DeGrasse Tyson se ha convertido en uno de los divulgadores científicos más importantes de la actualidad. Fue alumno y amigo de Carl Sagan, quien ejerció una gran influencia sobre él, tanto así que él fue el encargado de presentar la continuación de la serie original Cosmos, titulada Cosmos: una odisea de tiempo y espacio (2014), que tiene el mismo enfoque narrativo de su predecesora y presenta los descubrimientos astronómicos que han ocurrido desde 1980.

Aunque para los nostálgicos, Carl Sagan, su carisma y estilo son inigualables, la verdad es que Neil no lo hace nada mal. Como divulgador científico, deGrasse Tyson es autor de un considerable número de libros sobre astrofísica, viajes espaciales y agujeros negros, y por ello aparece con regularidad en entrevistas de radio, televisión y otros medios de comunicación.

Un detalle curioso es que, en internet, una imagen suya se convirtió en uno de los primeros memes que se hicieron populares en México —¿recuerdas aquél de “Ay, sí” con las manos haciendo una seña graciosa?—; por todas estas razones, no es exagerado decir que Neil es actualmente una de las caras de la ciencia, algo así como “el Carl Sagan del siglo XXI”.

Neil deGrasse Tyson

[1] Ediciones posteriores llevan nombres como The New Intelligent Man’s Guide to Science (1965), Asimov’s Guide to Science (1972), y Asimov’s New Guide to Science (1984). [N. del E.]

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