México es como un museo milenario que respira en todos los ecosistemas existentes. Su riqueza natural y cultural se desborda más allá de sus fronteras y seduce, con su irresistible atractivo, al resto del mundo. ¿En qué radica su encanto? Quizá sea una combinación de múltiples factores, pero sin duda uno de las más importantes es nuestro policromático bagaje arqueológico.
Dos de las vías por las que la antigüedad viaja hasta nosotros, y persiste en nuestro presente, son la arquitectura y la arqueología. Y los mexicanos contamos con numerosos vestigios prehispánicos para descubrir y empezar a entender la cultura, los hábitos y la filosofía de los pueblos que habitaron el territorio de nuestro país antes de la conquista española.
Este territorio es muy amplio: así como existen zonas de gran relevancia, como Chichén Itzá, Teotihuacan, el Tajín y Monte Albán, que son visitadas por una exorbitante cantidad de turistas cada año, también hay sitios arqueológicos poco conocidos, pero vivos y rebosantes de riqueza natural, hermosos paisajes y, sobre todo, de monumental importancia histórica.
Viene al caso mencionar que todos los estados de la República Mexicana cuentan con al menos una zona arqueológica. De hecho, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene registradas más de 190 zonas en México como parte de nuestro patrimonio cultural. Entre tantas de ellas, aquí te mencionaré tres no muy famosas, para animarte a explorar el México que probablemente aún no conoces, pero que seguramente amarás:
La Quemada (Zacatecas)
Este es el asentamiento monumental arquitectónicamente más importante del norte de nuestro país. Antiguamente se le llamaba Cerro de Los Edificios, Cerro de Chicomoztoc o Cerro de Las Serpientes. El origen del nombre con que hoy lo conocemos es un misterio, aunque existen dos versiones principales: la primera dice que es el apelativo con el que los conquistadores distinguieron a este lugar al observar ruinas quemadas, y que, algún tiempo después, la hacienda propietaria de este terreno y de los campos aledaños adoptó este mismo nombre; la otra versión sostiene que la hacienda misma fue la que se incendió y que todo el terreno, incluido el sitio arqueológico que se encontraba en su interior, recibió el nombre de La Quemada. Lo que los estudios arqueológicos pueden confirmarnos es que este sitio, efectivamente, fue incendiado y abandonado.
La Quemada se desarrolló entre los siglos V y X d.C., aunque se sabe que estuvo habitada hasta alrededor del año 1200. Es una zona arqueológica de gran relevancia y considerada como una de las más importantes de Mesoamérica, tanto por sus considerables dimensiones como por su estratégica ubicación geográfica. Los análisis desarrollados hasta ahora permiten determinar que el conjunto monumental que se conserva fue construido en diferentes épocas. Hoy sabemos que en las entrañas de la edificación de la zona arqueológica existen construcciones anteriores, cubiertas por los rellenos de diferentes etapas subsecuentes.
En vista de los múltiples sitios y de las extensas calzadas relacionados con La Quemada, esta es una zona arqueológica única en la inmensa galería de los magníficos sitios mesoamericanos.
Guachimontones (Jalisco)
Seguramente no habías oído hablar de esta zona arqueológica, que está ubicada en el estado de Jalisco —en el municipio de Teuchitlán, aproximadamente a una hora al oeste de la ciudad de Guadalajara— y se extiende en una longitud de más de 18 hectáreas, en contraste con muchos de los sitios en la zona central de la República Mexicana.
El asentamiento de Guachimontones fue construido entre los años 300 a.C. y 350 d.C. Está presidido por dos juegos de pelota, un anfiteatro y unas increíbles pirámides circulares dedicadas al dios del viento, Ehécatl, que es una de las manifestaciones de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. A diferencia del estilo estético de otras zonas arqueológicas, el INAH considera que su arquitectura es única por su particular diseño circular concéntrico.
Sus construcciones circulares se encuentran al pie del Volcán de Tequila y casi a orillas de la Laguna de Teuchitlán; diversos estudios sostienen la teoría de que forman un altar central, circunscrito por un patio, que a su vez se encuentra rodeado por una banqueta circular con plataformas rectangulares sobre el perímetro, las cuales dan abrigo a una serie de criptas subterráneas.
En 1996, estas pirámides fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y la protección de este sitio cultural comprende además distintos vestigios arqueológicos como templos, campos de juego de pelota, sitios ceremoniales, viviendas y terrazas, los cuales despliegan el testimonio de la cultura en el municipio de Teuchitlán. Por sus grandes dimensiones, esta zona arqueológica continúa en proceso de exploración.
Cañada de la Virgen (Guanajuato)
A tan sólo 16 kilómetros al suroeste de San Miguel de Allende, se encuentra este sitio arqueológico que comprende aproximadamente 12 hectáreas. El diseño de sus construcciones fue concebido con base en la observación de la cúpula celeste, pues la estructura del sitio simula un reloj que permitía a los pobladores establecer los momentos ideales para la recolección y la caza. Existe un subnivel en el área central, en el cual se hunde un patio que, de acuerdo con los estudios, probablemente fue utilizado como espejo de agua para acompañar el movimiento de los astros en el firmamento.
La Cañada posee siete estructuras, situadas con dirección a la salida del Sol y de la Luna —o sea, de este a oeste—, que conforman una estructura mayor con elementos estrechamente vinculados. Entre ellos se distingue el complejo A, también conocido como la Casa de los Trece Cielos, que cuenta con su patio hundido y una base piramidal de poco más de 15 metros de altura; en la parte superior se alza el Templo Rojo y un mural con franjas horizontales rojas y negras, que hacen referencia al día y la noche. El complejo B, llamado La Casa de la Noche más Larga, está relacionado con el solsticio de invierno, cuenta con varias configuraciones arquitectónicas y también posee plataformas, una base piramidal y un patio hundido.
La Cañada de la Virgen es un magnífico testimonio histórico y cultural de un sitio que era utilizado para realizar una de las actividades de exploración humana por excelencia: la observación del cielo y el reflejo en nuestras vidas de sus ciclos cósmicos.
Dentro del territorio mexicano, ¿cuáles son las zonas arqueológicas que más llaman tu atención?