Recuerdo que, cuando iba en la escuela, los maestros hablaban de los grandes genios del Renacimiento y de lo poco que habrían podido hacer si no hubieran existido los mecenas: esas personas adineradas que usaban parte de su fortuna para patrocinar trabajos de artistas, generalmente pintores o escultores. Hoy en día, existen otras formas de que las personas creadoras obtengan el financiamiento para sus proyectos; una de ellas es la recaudación de fondos, y existe una variante digital que recibe el nombre de crowdfunding.
El crowdfunding —de crowd, ‘multitud’, y funding, ‘financiamiento’— es una forma de financiación colectiva que permite que empresas y personas podamos apoyar proyectos que nos parezcan interesantes a través de donaciones,[1] normalmente en línea y sin necesidad de bancos o instituciones financieras. Gracias a este método, muchas personas han logrado impulsar sus proyectos y, de paso, hacerse famosas con ellos. A continuación, hablaré brevemente de algunas de ellas.
Eric Migicovsky. Mientras estudiaba ingeniería en sistemas en la Universidad de Waterloo —Ontario, Canada— este estadounidense tuvo la idea de crear un reloj que fuera capaz de enviar notificaciones y mensajes a teléfonos inteligentes con sistemas operativos Android e iOS, y desarrolló el Pebble. Utilizando inicialmente la incubadora de negocios Y Combinator, logró “levantar” 350 mil dólares de sus inversionistas; después, lanzó una campaña en la fondeadora Kickstarter, con la que logró recaudar la cifra récord de 10.3 millones de dólares en cinco semanas.
Palmer Luckey. Con la “simple” idea de proporcionar a los gamers una experiencia 3D de realidad virtual (VR), Luckey, entonces de veinte años, creó un visor de alta definición, con poca latencia —o sea, los microsegundos que tarda en cargar los gráficos—, gran amplitud de campo, ligero y cómodo, al que llamó Oculus Rift. Antes de iniciar su campaña de crowdfunding en 2012, logró que programadores famosos en la industria avalaran su producto; al terminar la campaña, tenía más de 2 mil 500 patrocinadores y había recaudado 2.4 millones de dólares para desarrollar su dispositivo; dos años después, Oculus fue comprado por Facebook en dos mil millones de dólares.
Tim Brown. Este ex jugador de futbol tuvo la idea de diseñar unos zapatos cuando jugaba en la selección de Nueva Zelanda. Una vez retirado del balompié, lanzó una campaña en Kickstarter y logró recaudar más de 119 mil dólares en sólo 5 días; entonces, se asoció con el ingeniero en materiales Josep Zwillinger para producir un calzado que fuera cómodo, unisex, sin logotipos de marca por ningún lado y totalmente ecológico. Así nacieron los Allbirds, que lograron que la compañía alcanzara el valor de 14 mil millones de dólares en sus primeros dos años de existencia.
Mike Flanagan. Hoy es un conocido director de cine y de TV de terror, apodado “El maestro del trauma” por cintas como Oculus o Ouija: el origen del mal, y series como The Haunting of Hill House y Midnight Mass; pero pocos saben que financió su ópera prima, Absentia (2011), mediante crowdfunding en la plataforma Kickstarter, donde en su momento logró recaudar más de 23 mil dólares de los 15 mil que tenía planteados como meta inicial.
Dallas Jenkins. Este realizador estadounidense deseaba crear un serial acerca de la vida de Jesús y utilizó el crowdfunding para producir la primera temporada de lo que se convertiría en The Chosen. “Levantó” más de 11 millones de dólares de 16 mil inversionistas que apostaron a la existencia de este show, que constituye el proyecto que más dinero ha recaudado hasta hoy en financiamiento colectivo; el apoyo continuó durante las temporadas restantes —tres en total, más un especial de Navidad— y llegó a ser la serie más exitosa costeada por este medio.
Rob Thomas. Luego de la cancelación de su serie Veronica Mars en 2007, este escritor y productor decidió crear el guion de una película que continuaría con la historia; pero como Warner Bros rechazó financiarla, en marzo de 2013 lanzó una campaña de financiamiento en Kickstarter junto con la protagonista, Kristen Bell. Su objetivo de levantar dos millones de dólares se alcanzó en sólo once horas, y al final de la recaudación tenían más de 5 millones 700 mil dólares, provenientes de 91 mil 585 donadores. Así, la película comenzó a filmarse en junio del mismo año y se estrenó en 2014.
Otros famosos que han acudido al crowdfunding para financiar algún proyecto han sido Sylvester Stallone, quien lo utilizó para costear la película Reach Me; el director David Fincher, famoso por películas como Fight Club o series como Mindhunter, que acudió a Kickstarter para financiar el proyecto animado The Goon; y la actriz Whoopi Goldberg, recordada por películas como El color púrpura o Ghost, que buscó apoyo económico para producir un documental sobre la vida de la comediante Moms Mabley.
Para terminar, te comento que no sólo hay historias de éxito y largas listas de proyectos innovadores en plataformas de crowdfunding: también hay casos de fracasos rotundos y malas planeaciones, así como proyectos altruistas que intentan recaudar fondos para individuos con una enfermedad o que requieren ayuda para cumplir un sueño, familias que necesitan dinero para sobreponerse a una tragedia o comunidades que desean sobresalir en el mundo a través de la conexión de sus jóvenes con el arte.
Sin importar si te encuentras entre quienes necesitan mecenas o entre quienes desearían invertir económicamente en proyectos interesantes e innovadores, te invito a que investigues acerca de los métodos y las plataformas que pueden ayudarte a solicitar u ofrecer aportaciones. Quién sabe: quizá en unos años te veas incluido en una lista como ésta.
[1] A menudo, el donador recibe algún beneficio a cambio de su contribución: dependiendo de la cantidad aportada, puede ser un prototipo, un original o una edición especial del producto que está apoyando, o actualizaciones de por vida, en caso de softwares.