Imagina que un buen día, por voluntad propia, dejas tu trabajo, tus pasatiempos, tus lujos y todos tus gadgets; ¿te atreverías? Imagina, además, que te mudas durante dos años, dos meses y dos días a una cabaña en el Ajusco —o quizás en el bosque de Tlalpan, o el lugar menos urbanizado de tu preferencia—, lejos de las avenidas, de las terminales de autobús, del tráfico, de la neurosis citadina, de la contaminación, del ruido… Pero también de Netflix, del wifi, del minisupermercado más cercano en el que puedes comprar un hot dog y un café a precio de combo, y también de tu teléfono celular y de las rolas en Spotify.
Pues bien, esto precisamente fue lo que hizo Henry David Thoreau, aunque a mediados del siglo XIX, así que no se perdió de los memes de moda, ni sufrió por no poder actualizar su estado en Facebook. Thoreau revolucionó el pensamiento de su época y dejó una huella que sigue vigente y que ha sido retomada por muchas personas hasta hoy, desde activistas sociales hasta intelectuales, pasando por psicólogos y diseñadores de videojuegos. Esta es su historia y su legado. Te invito a conocerla. Te aconsejo proseguir la lectura en un parque, un bosque o, en su defecto, en el jardín de tu casa, pues vamos a ponernos “waldenianos”.
Henry David Thoreau.
La vida en los bosques
Henry David Thoreau vino al mundo el 12 de julio de 1817. Fue hijo de una familia de comerciantes y estudió en la Universidad de Harvard. Desde muy joven tomó cursos en diferentes áreas del conocimiento, como matemáticas, retórica y filosofía. A lo largo de su vida forjó una profunda amistad con otro gran escritor perteneciente, al igual que él, al movimiento trascendentalista norteamericano: Ralph Waldo Emerson. Precisamente la adhesión al movimiento trascendentalista —considerado en ocasiones como una continuación estadounidense del romanticismo alemán, aunque con profundas raíces en los movimientos religiosos del noreste norteamericano— fue lo que marcó e influyó de manera decisiva la obra y vida de Thoreau.
Ralph Waldo Emerson.
En resumidas cuentas, el trascendentalismo es una forma de teísmo —es decir, la creencia en que un ser superior creó el universo— que se fundamenta en la búsqueda interior para así poder acceder a un nivel superior, donde todas las almas están interconectadas y dios es el centro. Te recomiendo visitar el sitio de The American Trascendentalism Web para conocer más sobre el tema: https://archive.vcu.edu/english/engweb/transcendentalism/
Para no hacer el cuento largo —ni ahondar demasiado en la historia de la literatura gringa— pasemos directamente a 1845, un año decisivo en la vida de Thoreau. Fue el 4 de julio cuando, por sugerencia de uno de sus amigos cercanos, decidió dejar su vida cotidiana e irse a vivir a los bosques de Walden, en las afueras de Concord, Massachusetts. Ahí, el escritor y filósofo vivió en contacto con la naturaleza, convirtiéndose, de paso, en uno de los primeros ecologistas de la historia. Durante esos dos años se dedicó a vivir nada más con lo esencial, demostrando que los lujos son innecesarios. Fue jardinero, pescador y guardabosques; así comprobó que para vivir no hacen falta las riquezas, sino únicamente el amor a uno mismo y a la naturaleza. Afirmaba que “El más rico es aquél cuyos placeres son los más baratos”, y subrayaba la importancia del autoconocimiento al sostener que “Lo que un hombre piensa de sí mismo […] es lo que determina, o más bien indica, su destino”.
Henry no era ni un misántropo ni un amargado, sino todo lo contrario. En realidad, su estancia en los bosques fue una vía para intentar demostrar la veracidad de las ideas trascendentalistas sobre la naturaleza humana, las cuales bien pueden resumirse en una de sus frases más famosas: “Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida… Para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido”.
Fue así como escribió su libro más famoso, titulado Walden, la vida en los bosques, en el que describe su filosofía, sus aventuras y su estancia en medio de los árboles. La obra no se publicaría sino hasta 1954, y a partir de ese momento Thoreau se transformó en un ícono cultural y en un modelo a seguir en lo que respecta a rebeldía, autoconocimiento e individualismo. Desde luego, el éxito de su obra en los años subsecuentes le valió, también, volverse una de las figuras centrales de la literatura decimonónica estadounidense.
Desobediencia civil
Aparte de escribir sobre la realización plena del individuo en la naturaleza, Thoreau creó un concepto importante para la vida social: la desobediencia civil. En 1846, nuestro pensador fue encarcelado por no pagar sus impuestos per cápita. Para él, rehusarse a pagar los impuestos fue una forma de protesta contra la esclavitud, que se aboliría hasta un par de décadas después, y contra la recién iniciada guerra contra México. Más que una cuestión legal, los motivos de Thoreau tenían fundamentos éticos, y en este sentido apuntaba: “Creo que deberíamos ser, en primer lugar, hombres, y súbditos, después. No es deseable cultivar el respeto por la ley en la misma medida que el respeto por el derecho. La única obligación que tengo que asumir es la de hacer en todo momento lo que creo justo”. Thoreau dictó su conferencia sobre desobediencia civil en 1848; en el texto, definió el concepto como “el no acatamiento de aquellas leyes consideradas contrarias a la justicia”.
Hasta el día de hoy las ideas y los conceptos de Thoreau invitan al debate, a rechazar lo que dice, a seguirlo, a mejorar sus propuestas, y a criticar nuestras prácticas civiles y personales. En este sentido, sus ideas no dejan a nadie indiferente, y son sin duda un llamado a la justicia y a la construcción de una mejor humanidad. Hoy en día, su obra se puede adquirir fácilmente en las librerías o en internet. Y, como podremos ver a continuación, las enseñanzas de Thoreau han permeado diferentes aspectos culturales, de la política al arte y la ciencia, e incluso de los cómics a los videojuegos.
Otros huéspedes de la cabaña
La labor e ideas de Thoreau impactaron en otros pensadores, sobre todo en los del siglo XIX, pero, como era de esperarse, también influyeron en varios movimientos sociales de la centuria siguiente. Martin Luther King y Mahatma Gandhi, por ejemplo, vertebraron su pensamiento alrededor de ideas centrales para Thoreau —como la desobediencia civil, desde luego— y en el ámbito “contracultural” hay quienes etiquetan a Thoreau como un “protohippie” —aunque el individualismo del escritor parecería volver un poco absurda tal aseveración.
Walden, específicamente, influyó fuertemente en la psicología de B. F. Skinner, que escribió un libro titulado Walden dos, en el que presenta una sociedad utópica basada, en parte, en los principios de la obra original. En la música, grupos como R.E.M. y Nightwish han hecho también referencias al libro. El cine no se queda atrás, y uno de los mejores ejemplos quizá sea el film La sociedad de los poetas muertos —clásico de 1989 protagonizado por Robin Williams—, en el que un profesor enseña a sus alumnos la belleza de la literatura y dos de los autores constantemente referenciados son Walt Whitman y, por supuesto, Henry David Thoreau. Por otro lado, los programadores, académicos y diseñadores web han promovido la obra de este autor en el portalhttps://digitalthoreau.org/, sin duda el mejor recurso en toda la red sobre Walden y todo lo que le concierne; en el sitio, los usuarios pueden debatir sobre la obra, revisar manuscritos originales y, si lo desean, ¡imitar los pasos de Henry David!
Presiona start, David
Decir que Walden ha influido en casi todas las áreas de la cultura no es exagerar. Prueba de ello es que existe un videojuego en el que tú puedes ser Henry David Thoreau y seguir cada uno de sus pasos, desde construir la cabaña en el bosque hasta terminar su periodo alejado de la civilización y el mundanal ruido. Walden: a game está disponible para PC, Mac y PS4. No se trata de una historia en la que debas de matar monstruos para seguir avanzando, sino más bien de una aventura de autoconocimiento y de simulación en el sentido más extenso de la palabra. Ideal para todos aquellos que quieran “experimentar” lo que vivió Thoreau, pero no tengan el tiempo ni las ganas de mudarse a una cabaña.
Cortesía de: https://www.xbox.com/es
De Walden a Metrópolis
Las referencias a Thoreau en los cómics son abundantes, pero tal vez el mejor ejemplo se encuentre en el número 701 de Action Comics, escrito por J. Michael Straczynski. En él, Superman decide recorrer los Estados Unidos a pie —en lugar de hacerlo volando—, convirtiéndose así en una superheróica versión del gran escritor. En una escena, el alter ego de Clark Kent es cuestionado por un hombre que le pregunta por qué anda a pie si puede volar a la velocidad del sonido; el héroe contesta: “Una noche, encerraron a Henry David Thoreau en la cárcel por desobediencia civil. Un amigo fue a verlo y le preguntó: ‘Henry, ¿por qué estás aquí dentro?’ A lo que respondió: ‘No, la pregunta no es esa. La pregunta es por qué estás tú allá afuera’.”
¡Qué grande fue Thoreau y cuán importante su libro! Ambos han marcado la vida no sólo de millones de seres humanos de carne y hueso, sino también del personaje más poderoso de las historietas.