El arte y la espiritualidad tienen una estrecha relación. Es difícil determinar si las experiencias espirituales inspiran a crear arte o si son las obras las que, a través de la belleza, nos acercan a lo divino. Sea como sea, alrededor del mundo existen templos religiosos tan hermosos que son, en sí mismos, excelsas obras de arte. En este artículo he recopilado algunos templos y monasterios budistas que, además de invitarnos a seguir el camino a la iluminación del Buda, destacan por la belleza de sus intrincados ornamentos o de su sencilla majestuosidad.
Espero que al contemplarlos de forma virtual en esta página veas reflejada en ellos la humana capacidad de aportar belleza al mundo y, de este modo, vislumbres lo que es entrar en ellos y tener una experiencia religiosa.
Haeinsa (Gyeongsang del Sur, Corea del Sur)
Este templo terminó de construirse en el año 802 y fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Se encuentra dentro del Parque Nacional Gayasan y consta de varios edificios con distintivos tejados que se curvean hacia arriba. Entre los tesoros artísticos que alberga destaca la Tripitika Coreana, el canon budista más completo, pues consta de más de 80 mil tablas de madera grabada y data del año 1237, conservada perfectamente hasta hoy.
Todai-ji (Nara, Japón)
Entre los años 710 y 784, Nara fue la capital de Japón; fue en esa era de esplendor que comenzó la construcción del Templo de Todai-ji, famoso mundialmente por albergar la estatua del Gran Buda que, sentada, mide 15 metros de alto —para que te des una idea de su tamaño, sus orejas tienen una longitud de 2.5 metros—. La Sala del Gran Buda o Daibutsu-den es un imponente edificio de arquitectura tradicional japonesa que parece emular la serenidad del Iluminado. Aunque el mayor atractivo es la monumental estatua, también se llevan a cabo prácticas religiosas como la lectura del Sutra del Loto, que se realiza en el pabellón Hokke-do.
Wat Rang Khun (Chiang Rai, Tailandia)
Desde su construcción en 1997, este templo totalmente blanco ha causado gran controversia, pues alberga imágenes del budismo, del hinduismo y de la cultura pop, tales como el Capitán América y Terminator; por eso muchos han afirmado que no representa los valores budistas ni hinduistas, y es más una exhibición de arte que un templo. Su autor es el artista visual Chalermchai Kositpipat, quien financió la obra y quiso simbolizar la pureza a través del blanco, la iluminación al reflejar la luz con incrustaciones de espejos, la fijación por las posesiones materiales con un representativo edificio dorado y un puente rodeado de manos que parecen emerger suplicantes es una metáfora del paso del mundo físico al mundo espiritual.
Jokhang (Lhasa, Tíbet)
Este templo se considera el centro espiritual de la capital tibetana y tiene más de 1300 años de historia. Alberga una estatua del Buda llamada Jowo Shakyamuni Rinpoche, la cual fue llevada al Tíbet por la princesa china Wenchen como parte de su dote. Su arquitectura es una muestra viva de la arquitectura tradicional tibetana, con tejados tan ornamentados y hermosos como el Buda al que cobijan. Además, Jokhang es un centro sumamente activo de práctica religiosa, pues funciona como monasterio, templo y centro de enseñanza de la doctrina.
Santuario de la Verdad (Pattaya, Tailandia)
En 1981, el millonario tailandés Lek Viriyaphan emprendió la misión de erigir un templo extraordinario que honrara los valores hinduistas y budistas, al tiempo que preservara las técnicas tradicionales de tallado de la madera. Así inició la construcción del Santuario de la Verdad, cuyo benefactor —que murió en 2000— nunca pudo terminarlo, pues continúa en construcción. Uno de los detalles más asombrosos es que el recinto no tiene ni un solo clavo y todas las piezas de madera fueron ensambladas para sostenerse a la perfección. En vida, Viriyaphan tuvo fama de excéntrico y no escatimó en gastos para colmar los muros, techos y salas del templo con estatuas e imágenes de la mitología hinduista y del budismo.
Wat Arun (Bagnkok, Tailandia)
También llamado Templo del Amanecer, Wat Arun es un recinto imposible de ignorar por su grandiosidad: cuando los rayos del sol matutino lo iluminan, es como si resplandeciera por sus detalles dorados. También destaca su torre principal o phang de 82 metros de altura, que está recubierta de conchas marinas, caracoles y trozos de cerámica. Su intrincado diseño contrasta con el paisaje moderno de la capital tailandesa y al atardecer ofrece una vista impresionante desde el río.
Borobudur (Java, Indonesia)
Arqueólogos estiman que esta majestuosa edificación se construyó entre los años 780 y 830 d. C., pero por alguna razón fue abandonada y con el paso de los siglos se cubrió con la ceniza de numerosas erupciones volcánicas. En 1814, cuando Java era administrada por los británicos, la construcción fue redescubierta; su rescate tomaría casi cien años, pues fue hasta 1907 que empezó la restauración, la cual implicó un esfuerzo internacional. Tras muchas vicisitudes, en 1991 la UNESCO incluyó a Borobudir como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Desde el punto de vista arquitectónico, este templo tiene una base cuadrada de 123 metros por lado y se divide en tres para simbolizar los niveles del camino a la iluminación: el mundo de los deseos, el de las formas y el de la liberación de los vínculos. Para llegar a la cima, uno debe rodear la construcción nueve veces e ir subiendo por escaleras rodeadas de paredes y balaustradas cubiertas con 2670 bajorrelieves, de los cuales 1460 narran la vida y las enseñanzas del Buda.
Bagan (Mandalay, Myanmar)
El sitio arqueológico de la antigua ciudad de Bagan es un impresionante testimonio del budismo de la antigüedad. Se estima que llegó a tener unos 10 mil templos, pagodas y monasterios dedicados al budismo; hoy se conservan sólo 2200. Su construcción inició a mediados o finales del siglo VIII d. C. y ocupa una superficie de 104 km2; algunas construcciones destacadas son el Templo de Ananda, el Templo Dhammayangyi, el más grande del sitio, y la Pagoda Shwesandaw, con sus cien metros de altura sin contar la hti, un ornamento en forma de sombrilla.
Estos antiguos templos desafían el paso del tiempo y alzan sus bellas cúpulas en medio de la selva tropical, invitando al recogimiento y la meditación. Por esa razón, Bagan quedó inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2019.
Angkor Wat (Siem Riep, Camboya)
Antiguamente, este conjunto de templos estaba dedicado al dios Vishnu; la construcción data del siglo XII, pero durante el siglo siguiente el conjunto fue abandonado y reocupado por monjes budistas. Encerrado dentro de una pared de 3.6 kilómetros de largo, consta de tres galerías rectangulares, cada una encima de la siguiente; en el centro, cinco torres representan al monte Meru, la morada de los dioses hinduistas —la imponente estructura principal mide 65 metros de altura—. Sus paredes están cubiertas de hermosos bajorrelieves con escenas de los poemas épicos hinduistas, el Ramayana y el Mahabharata. La relevancia de Angkor Wat en el país es tal que aparece en el centro de la bandera de Camboya.
Mahabodhi (Bodhgaya, India)
También conocido como el Templo del Gran Despertar o de la Gran Iluminación, se encuentra en la ciudad donde, según la tradición, Siddhartha Gautama alcanzó la iluminación, se liberó del sufrimiento y se convirtió en Buda; la higuera sagrada bajo la cual ocurrió este hecho es custodiada por el monasterio Bodhimanda Vihara y desde hace siglos ha sido uno de los centros de peregrinaje más importantes del budismo. Con más de dos mil años de antigüedad, el recinto ha sido objeto de numerosas restauraciones y desde el año 2002 quedó inscrito en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO.