¿Agotamiento? Hazte estas tres preguntas para recuperarte mejor

¿Agotamiento? Hazte estas tres preguntas para recuperarte mejor
Francisco Masse

Francisco Masse

Dicen por ahí que “si eliges un trabajo que te gusta mucho, no tendrás que trabajar ni un solo día”. Esta conseja, a menudo atribuida al infalible Confucio, quiere decir que cuando uno realmente disfruta lo que hace, esto no se percibe como un deber o una obligación y se disfruta más de lo que se padece. Pero considerando que aun la persona más feliz en su empleo no está exenta de tener un día extenuante —o una semana o hasta un mes—, resulta útil saber qué hacer para recuperarse del todo y volver “con las pilas puestas” a la rutina laboral.

Al hacer una búsqueda simple en internet, es muy probable que encontremos los mismos consejos para atajar este agotamiento laboral: darle prioridad al sueño y dormir al menos ocho horas al día, llevar a cabo prácticas de autocuidado —es decir: comer sano, beber suficiente agua, darse una ducha caliente o hasta regalarse un masaje relajante—, practicar la meditación o el mindfulness, e integrar un poco de ejercicio o de actividad física a tu vida diaria.

Trabajo agotador

Pero estas recomendaciones, aunque útiles y prácticas, son medidas de cuidado general y no se enfocan concretamente en el problema. Por eso, llama la atención el planteamiento que hace un artículo de la revista científica en línea Psychology Today, que sugiere plantearse tres preguntas para ayudar a tu recuperación después de una jornada laboral agotadora. Las preguntas son las siguientes:

1. ¿Qué perdiste o te robaron, que necesitas recuperar?

Analizando el verbo que hoy nos ocupa, recuperar o recuperarse, vemos que entre sus acepciones están “volver a tener algo que se había perdido o prestado” y “volver a tener salud, fuerzas o tranquilidad”. Así, si tras la entrega del reporte trimestral que te quitó el sueño durante toda la semana sientes como si te hubiera pasado un tren por encima, resulta útil preguntarse qué perdiste o te fue robado en esas jornadas extenuantes.

¿Fue acaso tu paz interna?, ¿tu energía?, ¿tus horas de sueño?, ¿tu alegría de vivir o la rutina a la que estabas acostumbrado? Identificar con precisión lo que buscas recobrar te ayudará a saber cuál es la mejor manera de hacerlo.

2. ¿Qué actividades te ayudan a recuperarte, además de descansar?

Poniendo el ejemplo de un corredor de competencia, a cada tanto éste se somete a sesiones de entrenamiento extenuantes, las cuales combina con carreras ligeras que le ayudan a mantener su condición física y favorecen su recuperación. Entonces no sólo se trata de “dejar de hacer”, sino también de incursionar en ciertas actividades con el objetivo de que regreses al estado original en que estabas antes del agotamiento causado por el trabajo.

Recuperación inmediata

Lo anterior es particularmente necesario si estás en un esquema laboral en el que no puedes tomarte descansos cada vez que lo necesites. En esos casos, para evitar el burnout es necesario “bajar el paso” sin dejar de lado tu actividad, solamente reduciendo la carga y la intensidad del trabajo; además, será benéfico tomar recesos en la jornada y administrar el estrés. Descansar al final del día y durante la noche es importante; pero recuperarse mientras se realiza una tarea es también una habilidad que se puede adquirir.

3. ¿Qué necesitas hacer para empezar tu recuperación de inmediato?

Volviendo al ejemplo de los corredores competitivos, quizás hayas visto que al terminar una competencia o un entrenamiento éstos proceden a estirar el sistema musculo-esquelético con movimientos específicos y, además, ingieren una buena cantidad de bebidas con electrolitos. Llevando esta misma lógica al terreno del trabajo, quizá lo que necesites sea:

  • abrazar o besar a tus hijos o pareja —o acurrucarte con tu mascota— para reducir tu cortisol y aumentar los niveles de oxitocina;
  • respirar lenta y profundamente un par de minutos para reequilibrar las ramas simpática y parasimpática de tu sistema nervioso;
  • o como en el ejemplo, hidratarte consumiendo electrolitos, si las desveladas te han dejado deshidratado y con niebla mental.

La recuperación es un proceso en el que te recobras a ti mismo, no una tarea más en tu lista de pendientes. Por eso, identifica lo que el trabajo excesivo te ha quitado para saber exactamente qué necesitas recuperar, incorpora formas de recuperación al día siguiente, marcando tu propio ritmo —como hacen los atletas con sus carreras de recuperación— y actúa de inmediato para propiciar tu recuperación física o mental. Todos pasamos por momentos críticos y estresantes, pero ahora es tiempo de cuidarte… ¿estás dispuesto a hacerlo?

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