Algunos consejos para crear una serie de televisión

Algunos consejos para crear una serie de televisión
José C. Sánchez

José C. Sánchez

Creatividad

Desde hace varios años las series de televisión han adquirido un papel central en nuestra sociedad, nos han contado historias increíbles, nos han hecho añorar otras épocas, nos han mostrado otros mundos, y algunas personas hasta han llegado a decir que son la literatura de nuestra era. Actualmente, consumimos las series —a veces en maratones agotadores, aunque, desde luego, sólo cuando tenemos tiempo libre— gracias a plataformas como Netflix o Amazon Prime. En el mundo de hoy, ya no hay que esperar tanto tiempo para conseguir nuestra buena dosis audiovisual de historias. Y las hay tan geniales como Breaking Bad, Game of Thrones,o Peaky Blinders,y en nuestro idioma están Merlí o La casa de papel.

En México todavía se está adoptando el formato de serie para las producciones locales, pues la oferta televisiva siempre ha estado mucho más enfocada al melodrama telenovelesco—que, a pesar de perpetuar estereotipos culturales como María la del Barrio, ha logrado éxito internacional. De cualquier modo, cada vez hay más gente con deseos de contar otro tipo de historias, siguiendo el formato de serie que tanto nos agrada. Y a este respecto, es interesante hablar un poco del proceso creativo detrás de estas maravillas narrativas y audiovisuales que nos tienen pegados a las pantallas de nuestra televisión, computadora, tablet o celular.

Yo he tenido la fortuna de colaborar como guionista para un puñado de producciones pequeñas —algunas de las ideas que he vendido se han quedado enlatadas, sin llegar a ser más que potenciales episodios de alguna potencial serie, pero así es el camino del escritor audiovisual. Hay una cantidad increíble de cosas a considerar antes de incursionar en el mundo de la escritura de guiones para series, por ello te compartiré algunos consejos que quizá puedan servirte de guía si tienes la inquietud de crear tu propia serie o de emprender una carrera como guionista.

  • Escribe una historia que ames. No hagas algo repetitivo, cuenta lo que en verdad deseas contar y sé tan profundo como quieras. Diviértete escribiendo cada personaje, cada escaleta, cada diálogo y cada escena las veces que sea necesario —algo de cierto hay en la famosa frase “Escribir es reescribir”. Imaginar una historia, darle forma y plasmarla en un guion te tomará tiempo, así que respira y recuerda que el que persevera alcanza.
  • Ten muy claras las reglas y los procedimientos básicos para escribir guiones. Recuerda que algunas cosas deberán adecuarse a la plataforma para la que escribas, pero, en todo caso, repasar y tener presentes las bases del guion cinematográfico siempre será de gran ayuda.
  • Consigue un buen programa para escritura de guiones. La ventaja de estos programas es que te permitirán organizar al mismo tiempo la historia, quizá el guion gráfico —llamado comúnmente storyboard—, e incluso algunos detalles de producción. Si eres pobre, como yo, recuerda que hay opciones gratuitas; quizá el software más conocido sea Celtx —y a mí me parece que es bastante funcional.
Guión gráfico, o 'storyboard'
  • Piensa en para quién vas a escribir. Antes de empezar, es necesario detenerse a pensar en varios aspectos técnicos que impondrán limitaciones a tu trabajo, desde a qué público va dirigido y qué géneros abordará, hasta cuánto tiempo durarán los capítulos, entre varias otras cosas. Ten calma; hoy en día, gracias a las plataformas de streaming, existe un grandísimo mercado para muchas historias “de nicho” —en jerga mercadológica: historias enfocadas a un público específico que no ve sus demandas satisfechas en la oferta mainstream del mercado.
  • Pon atención a los detalles.  Es esencial esculpir mentalmente tu historia y a tus personajes de la manera más detallada posible. Trabaja mucho en tus personajes y en los detalles estructurales. Personalmente, creo que las mejores series son las que logran que todo lo que pasa en la historia impacte en el desarrollo de los personajes. Por ejemplo: un maestro de química con deudas y cáncer se convierte en un capo de las drogas con la loable idea de dejar un futuro financiero estable para su familia, pero una serie de sucesos —que tienen importancia estructural— influyen para que al final rechace cualquier posibilidad de redención y acepte crudamente que disfruta ser un capo. Un personaje complejo que se va desarrollando como Walter White lo hace puede mantenernos incontables horas mirando nuestras pantallas.
  • ¡Piensa en grande! Volvamos a los detalles técnicos —muy útiles para cuando comiences en el mundo profesional y quieras presentar una propuesta de serie como tal. Primero, debes saber que tendrás que escribir, entre otras cosas, una macroescaleta en la que cuentes todo lo que pasará a lo largo de la temporada. De modo que deberás tener bien pensado el argumento y los puntos de tensión principales en la historia. También será necesario que escribas sinopsis, storylines y fichas de personajes. Si tu propuesta es aceptada y alguien decide llevarla a la pantalla, quizá tengas que seguir escribiendo todo lo que se vaya necesitando sobre la marcha —y he aquí una de las verdades más amargas del oficio de guionista: todo tu esfuerzo se verá reflejado apenas en un crédito, si tienes suerte.
  • Prepárate para hacer cambios. En México no existe como tal la figura del showrunner, que es quien escribe y lleva la batuta de todo el proceso de grabación de la serie —bueno, a veces existe, pero su labor está generalmente mal enfocada. Así que si amas demasiado tu idea y no quieres cambiar nada en ella, quizá lo mejor sea gastar todos tus ahorros y grabar un piloto que salga exactamente como has imaginado tu serie durante todo este tiempo. Pero si no quieres invertir y prefieres sólo cobrar, y ya conseguiste a un productor o director que está interesado en realizar tu serie, pues, la verdad, ármate de paciencia. Si es una producción pequeña, tal vez te dejen ver un día de grabación, pero por desgracia en México no les importa mucho el creador, y es posible que muchas escenas cambien para cubrir el tiempo, o porque al protagonista se le ocurrió algo “mejor”. Como dije: ten paciencia.

Estos son algunos breves consejos pensados para el guionista mexicano y, sobre todo, para los novatos, para los amateur, o para los que aún no hemos estudiado en una escuela prestigiosa. Pero no te desanimes, puedes escribir una historia pensando que tienes todo el presupuesto del mundo y, si es genial, en una de esas encuentras a alguien que se lance a producirla. La cosa cambia un poco si estás escribiendo por encargo. En estos casos, debes apegarte a lo que te diga tu jefe directo; a veces tendrás que eliminar personajes, otras deberás ingeniártelas para usar el menor número de locaciones posibles, y quizá hasta recurras a la odiosa voz en off, pero ¡oye!, somos los creadores. Nosotros les damos los conflictos a nuestros personajes, nosotros trazamos las tensiones de los arcos narrativos, y somos también nosotros los que llevamos la historia a resoluciones definitivas o a remansos momentáneos, así que no nos queda más que recurrir a nuestro ingenio y seguir escribiendo.

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