La verdadera medida de tu riqueza es cuánto valdrías
si perdieras todo tu dinero.
Anónimo
Pensar diferente nunca es un lujo: es una necesidad real, sobre todo en tiempos difíciles. El pensamiento creativo es la cúpula de nuestra mente, pues a través de ella podemos apreciar la realidad desde nuevos puntos de vista y, así, mejorarla. Estrictamente hablando, un problema visto desde diferentes ángulos tarde o temprano se convierte en una oportunidad.
Por supuesto, esto no es fácil de apreciarse a primera vista. Nuestras mentes están entrenadas para ver las cosas de la forma más inmediata y obvia, y por lo regular con eso es suficiente. Pero las situaciones diferentes requieren un pensamiento diferente. Volar una órbita mental más allá del pensamiento inmediato y convencional requiere de esfuerzo y puede convertirse en disciplina.
El pensamiento creativo es especialmente importante en condiciones financieras difíciles. En tiempos apretados, es crucial aprender a distinguir la diferencia entre un lujo y una necesidad; normalmente, ésta se mide por la capacidad de tu bolsillo y se encuentra determinada por tus hábitos, tu mentalidad, tu materialismo, tu contexto y tu presente.
Me viene a la mente una frase de Robert Graves: “No hay dinero en la poesía, pero tampoco hay poesía en el dinero”. Siendo así, hablando en términos de supervivencia laboral, tenemos que ser conscientes de que existen momentos en los que —a cambio de una remuneración muy necesaria, pues las cuentas continúan apilándose en la mesa— tenemos que hacer cosas que no nos encantan. Pero nunca hay que perder de vista que esas tareas poco agradables son sólo parte de algo mayor y mucho más importante, que aceptamos con toda convicción a cambio de un beneficio más grande. El motivo que hay detrás es lo que cambia todo.
El problema de invertir todo tu tiempo trabajando para pagar las cuentas —en el caso austero— o para acumular más bienes de los que necesitas —el caso opulento—, es que nunca te vuelves lo suficientemente próspero como para comprar tu tiempo de regreso. Somos el tiempo que se nos acaba, y el dinero nada puede hacer al respecto. No podemos esperar a que la vida sea menos difícil para ser felices: lo mejor que podemos hacer es aprender a vivir mejor.
Las crisis casi siempre abren las puertas al cambio, que es algo a lo que naturalmente nos resistimos. Por eso es muy importante estar dispuestos a verlas como una oportunidad que puede revelar nuevas formas de ver el mundo, y la creatividad es la mejor nave para surcar las turbulentas aguas del cambio. Las siguientes ideas tienen el objetivo de ayudarnos a pensar de manera diferente sobre cómo hacer uso de nuestra creatividad en tiempos de escasez:
La creatividad es un valor
La seguridad es una ilusión, al igual que la estabilidad; la creatividad, en contraste, es el más valioso recurso, un capital importantísimo como para saber en qué vale la pena invertirlo. Funciona como un músculo que hay que ejercitar, algo que se construye con el tiempo. La creatividad es una cualidad laboral muy útil. La tecnología podrá automatizar todo lo que quiera, pero la creatividad no podrá provenir de ninguna máquina, y esto la convierte en una habilidad útil en todo momento. Por eso es bueno aprender a buscar diferentes maneras de desarrollar todas tus vías creativas.
Aprende a leer la vida entre líneas
La creatividad es la resolución de problemas no obvios; si le damos un enfoque comercial, es la práctica de encontrar formas no obvias para buscar ingresos por medios alternativos. Replantear nuestra situación financiera nos invita a pensar creativamente y a hacer conexiones neuronales diferentes. Cuando alguien piensa fuera de la caja, inspira a otros para que también lo hagan; sólo se necesita una persona para comenzar a llevar un sistema en una nueva dirección. Desafía lo obvio y lo convencional.
Eres las ideas que consumes
Amplía y mejora tu “entrada mental” de materia prima, exponiéndote a ideas y experiencias cada vez más diversas y ricas. Tu imaginación es tu motor y necesita combustible, así que arriésgate a cruzar tus fronteras mentales. Todos tenemos diferentes concepciones y prejuicios con los que hemos crecido a partir de nuestras experiencias de vida. Por eso, la creatividad es diferente en todas partes y la diversidad de ideas se multiplica con la diversidad de mentes.
Las limitaciones nutren la creatividad
La convicción en lo que realmente nos importa es un componente clave cuando necesitamos nadar a contracorriente. En tiempos de crisis, tenemos que esforzarnos más para crear esos momentos de autoafirmación mental. Desarrolla tu músculo creativo y amplía tu caja de herramientas mentales para que, cuando surja un momento complicado, puedas recurrir a planes alternativos o paralelos. Las reglas hacen que los juegos sean más emocionantes, del mismo modo que las restricciones impulsan la creatividad y nos nos obligan a ser verdaderamente creativos.
No olvides vivir
No permitas que tu trabajo, negocio o idea creativa, por apasionantes que puedan ser, te hagan olvidar que tu proyecto de vida más importante eres tú mismo. No hay dinero que valga tanto. Tu producto no es el trabajo de tu vida: eres tú. Y hay un punto aún más importante: el impulso creativo nace de lo más profundo de cada ser humano; la creatividad y la imaginación brincan desde el trampolín de tu propia individualidad, de lo que te hace ser tú. Saber por qué hacemos lo que hacemos es el navío sobre el que navegamos en el océano del tiempo y del espacio de nuestras vidas. Si es lo suficientemente sólido, podrá salvarnos durante las tormentas. Por eso, siempre hay que regresar a revisarlo.