Diario de gratitud: un camino a la felicidad y la generosidad

Diario de gratitud: un camino a la felicidad y la generosidad
Francisco Masse

Francisco Masse

Dentro de la psicología positiva —que, más que ahondar en el inconsciente para sanar traumas, se enfoca en estudiar las experiencias positivas para mejorar la calidad de vida del individuo—, una práctica muy común es llevar un diario de gratitud, que no es sino un recuento diario o semanal de las cosas y los sucesos por los que uno está agradecido. A este ejercicio también se le conoce como “contar tus bendiciones” o “tres cosas buenas que te sucedieron hoy”.

Pero, ¿qué es la gratitud? Etimológicamente, la palabra deriva de la raíz latina gratia, que significa ‘gracia, amabilidad o agradecimiento’, de modo que se concibe como una emoción, una actitud, una virtud moral, un hábito o un rasgo de personalidad que tiene que ver con la amabilidad, la generosidad, los regalos, la belleza de dar y recibir, o de obtener algo a cambio de nada; además, está dirigida a otros —personas, animales, fuentes impersonales como la naturaleza o sobrehumanas como Dios, los santos o el universo— y, en general, proviene de la percepción de un resultado personal positivo, no necesariamente merecido o ganado, que se debe a las acciones de otro.[1]

Agradecer lo bueno

La gratitud tiene un largo camino en la historia de las ideas. En diversas culturas y épocas, las expresiones de gratitud se han considerado aspectos deseables de la personalidad humana y la vida social. En el pensamiento judeocristiano, budista, musulmán e hinduista, por ejemplo, se trata de una disposición humana muy apreciada y los creyentes tienen la obligación moral de sentir y expresar agradecimiento en respuesta a los beneficios recibidos. No obstante, la contribución de la gratitud a la salud, el bienestar y el funcionamiento positivo personal no contaba con una confirmación empírica rigurosa.

En 2003, los psicólogos Robert A. Emmons y Michael E. McCullough publicaron los resultados de un trabajo en el que examinaron el efecto de la práctica de la gratitud y de una actitud agradecida en el bienestar físico y psicológico. Su hipótesis era que la gratitud, además de ser una emoción placentera y motivadora, está asociada con la felicidad, la esperanza y el bienestar. Del mismo modo, la consideraron una estrategia psicológica adaptativa a las circunstancias de la vida y un proceso mediante el cual las personas perciben, aprecian, disfrutan e interpretan positivamente sus experiencias cotidianas, una capacidad crucial en la generación del bienestar. La idea era que la práctica regular del agradecimiento debería conducir a un mejor funcionamiento psicológico y social.

Su trabajo se dividió en tres estudios. En los dos primeros, los participantes fueron asignados aleatoriamente a una de tres tareas: enlistar sus problemas, hacer una lista de gratitud o una de eventos neutrales; en el primer caso, además llevaron registros semanales de su estado de ánimo, salud, síntomas físicos y evaluación general de la vida; en el segundo, fueron diarios y, en el tercero, pacientes con enfermedad neuromuscular fueron asignadas a la lista de gratitud o a la de eventos neutros. El propósito era determinar si la gratitud —ya sea al disfrutar las circunstancias positivas de la vida, al afrontar las adversas o al contrarrestar los sentimientos negativos— es una causa de bienestar en sí misma o simplemente una emoción positiva que las personas con alto bienestar experimentan con frecuencia.

Los resultados fueron contundentes: en los tres estudios, los grupos que practicaron una actitud agradecida exhibieron un mayor bienestar en relación con los grupos de control, pues experimentaron un mayor nivel de emociones positivas y fueron más propensos a ayudar a alguien con un problema personal y a ofrecer apoyo emocional como consecuencia de la inducción de la gratitud. Así, los resultados sugieren que, al margen de las incidencias de la vida de cada persona, un enfoque consciente en las bendiciones puede tener beneficios emocionales e interpersonales.

Escribe tu diario de gratitud

¿Y cómo llevar esta teoría a la práctica? Existen dos maneras de hacerlo: una es elegir un día de la semana para, con toda consciencia, hacer una lista de todas las cosas, circunstancias y acciones de otras personas por las que te sentiste agradecido; esto es más recomendable que un enfoque diario, pues en éste a la larga sentirás desgaste y se aminorará el efecto. El segundo método sí tiene forma de diario, pues al final de cada día hay que anotar tres cosas que te sucedieron junto con una explicación causal, honesta y detallada de cada una.

Responder preguntas como “¿Por qué estoy agradecido por esto?” o “¿Por qué me pasó esta cosa buena?” es muy benéfico porque incita a la persona a reflexionar y a reconocer la gratitud y su causa, que muchas veces se relaciona con fortalezas internas que a menudo se pasan por alto. Los expertos aseguran que efectos positivos tales como una menor percepción de la depresión, una creciente tendencia a la generosidad y una mayor motivación para perseguir los objetivos empiezan a sentirse desde la primera semana y son muy palpables luego de un mes de realizar el ejercicio.

Así, hoy empezaré agradeciendo a la persona que me condujo a este tema y, sin proponérselo, señaló la puerta de este camino a la felicidad y la generosidad. Y tú, ¿por qué causas, circunstancias o hechos estás agradecido el día de hoy?

Cierre artículo

[1] Gran parte de la información de este artículo proviene del estudio “Counting Blessings Versus Burdens: An Experimental Investigation of Gratitude and Subjective Well-Being in Daily Life” de Robert A. Emmons y Michael E. McCullough, publicado en 2003 en el Journal of Personality and Social Psychology, y consultado el 8 de mayo de 2025 en: https://greatergood.berkeley.edu/pdfs/GratitudePDFs/6Emmons-BlessingsBurdens.pdf.

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