El arte, a lo largo de la historia, ha estado impregnado de polémica por diversas causas: el desafío a los estándares morales de la época, la ruptura con los valores estéticos tradicionales o por la personalidad y estilo de vida del autor. Pablo Picasso, genio de genios, dijo alguna vez que “lo importante es saber cómo engañar al hombre”. ¿Nos habrá querido decir, acaso, que en algunas de sus obras se estaba burlando de nosotros? En lo que piensas la respuesta, conozcamos algunos ejemplos de obras controvertidas.
- Pinturas rupestres en Altamira, España
En 1879, la hija de Marcelino Sanz le mostró a su padre las pinturas rupestres de unos bisontes que había descubierto en una cueva de Altamira, al norte de España. A raíz del hallazgo, Sanz publicó Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de Santander; sin embargo, las pinturas generaron polémica, pues los expertos de la época dudaron de su autenticidad e incluso llegaron a decir que habían sido ejecutadas por un artista mediocre. Pero cuando se descubrieron otras cuevas con dibujos prehistóricos similares en Francia, finalmente se le concedió la razón a Sanz, aunque murió sin saber de este reconocimiento.
- La muerte de la virgen, Caravaggio
Este lienzo, fechado en 1606 e imbuido en el sensual estilo barroco, fue rechazado por muchas razones. Representa el momento en que la Virgen María acaba de morir y tuvo como modelo al cadáver de una mujer: en particular, una prostituta que había muerto ahogada en el Tíber. A la gente de su tiempo no le gustó la idea de mostrar a la Virgen muerta —en general se le plasmaba como si estuviera dormida—, lívida, despeinada, con el vientre hinchado y los tobillos amoratados que asoman debajo de la túnica. Por ningún lado se percibe un sentido de santidad o sacralidad. En su entorno, los apóstoles son hombres vulgares, personas simples que el pintor había visto en tabernas. La obra fue encargada por un abogado papal para una capilla en la iglesia de Santa María della Scala, pero no pudo ser exhibida ahí por su atrevida composición. El pintor Peter Paul Rubens admiró la pieza y, finalmente, ésta fue comprada por el Duque de Mantua.
- La maja desnuda, Francisco de Goya
Pintada en 1800 por un encargo del ministro Godoy para contemplar en ella a su amante, Pepita Tudó, inmediatamente se convirtió en un cuadro polémico por la franqueza y sensualidad de la desnudez completa. La Inquisición Española, como era de esperarse, pegó el grito en el cielo, no por la desnudez sino por la audacia de la postura y por la modelo que ve de frente al espectador, sugerente; además, no era una imagen religiosa ni mitológica, y constituía la primera vez en que se plasmaba el vello púbico en un desnudo femenino. Por todas esas razones, se pintó una segunda versión con vestimenta que, siendo honestos, aunque es una bella pintura no tiene, ni de lejos, la calidad de la primera.
- Olympia, Édouard Manet
La obra, precursora del arte moderno, fue presentada en 1863 en el Salón de París, donde causó un revuelo tremendo. En ese mismo año, Manet había realizado Almuerzo en la hierba, que también mostraba un desnudo femenino, por el que fue rechazado en la Academia de Bellas Artes. Esta dama, que muestra orgullosa su sensualidad y erotismo, acostada en su lecho y que mira de frente mientras una mucama negra parece estar recogiendo la ropa de cama, está inspirada en una prostituta parisina. En la actualidad, el cuadro puede admirarse en el Museo de Orsay, Francia.
- Señoritas de Avignon, Pablo Picasso
Para ponerlo en palabras llanas: este cuadro cambió la historia el arte. Pintado en 1907, deja atrás el Impresionismo —que ya estaba posicionado en el mercado— y da paso a la etapa cubista de Picasso. En su momento, todos la consideraron una obra fallida y no hubo una sola persona que viera en ella una virtud, lo que hizo que el artista entrara en desesperación, pues él sabía lo que quería decir. Cabe acotar que los franceses han reclamado el nombre de Avignon, pues es una ciudad y una comuna francesa, pero lo cierto es que hace referencia a la calle en Barcelona donde se encontraba el prostíbulo que inspiró al artista.
- La fuente, Marcel Duchamp
Es una de las piezas de arte conceptual más famosas de Marcel Duchamp y se trata, simplemente, de un mingitorio. A este tipo de obras, el artista francés las llamó readymades; consisten en objetos ordinarios fabricados en serie, los cuales son seleccionados y, a veces, modificados por el autor para su exhibición, con el objetivo de provocar y en un intento por acabar con lo que él llamó “arte retinal”. Se presentó en 1917 en una exposición y Duchamp lo firmó con el nombre falso de R. Mutt. Hoy es historia y un ícono del arte del siglo XX.
- Brillo Box, Andy Warhol
Esta obra, que no es sino una caja de madera impresa en serigrafía que reproduce el empaque del popular detergente para vajillas Brillo, fue tan provocativa en su momento que el filósofo Arthur Danto señaló que estas piezas representaban el fin del arte. Su intención —o eso dicen algunos críticos— es mostrar que la belleza no es exclusiva ni consustancial al concepto del arte, y que un objeto cualquiera puede seguir siendo arte sin importar si la belleza, en un sentido tradicional, está presente en ella o no.
- Blanco sobre blanco, Kazimir Malevich
En 1918, el pintor ruso de origen polaco y creador del Suprematismo —una vanguardia artística rusa enfocada en las formas geométricas fundamentales— pintó Composición Suprematista: Blanco sobre blanco, una obra que hasta hoy tiene detractores. Es geometría en estado puro, formas mínimas, sin color alguno; una obra atávica que, por esas mismas razones, fue muy poco comprendida en su tiempo.
- El tiburón de Damien Hirst
Empecemos por el hecho de que hablamos de un artista rodeado por la polémica debido a sus tiburones, terneras y demás animales exhibidos en tanques de formol, además de sus pinturas hechas exclusivamente con puntos. Esta obra de 1991, titulada La imposibilidad física de la muerte en la mente de alguien vivo, muestra a un tiburón de más de cuatro metros de longitud —el cual, por cierto, en 2006 empezó a descomponerse— suspendido en un tanque lleno de aldehído fórmico. Hecha para crear polémica y un alto impacto mediático entre un público adormilado, fue comprada en más de 9 millones de euros. Ya ni hablemos de lo que los ambientalistas opinan sobre ella.
- Centro Pompidou, Richard Rogers y Renzo Piano
El proyecto de 1977 de los arquitectos Richard Rogers y Renzo Piano —quienes se inspiraron en las obras del grupo de vanguardia arquitectónica Archigram— para el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, en el centro de París, fue duramente criticado por los franceses durante años: se le llamó “arquitectura de fábrica”, “hangar”, “refinería petrolera” y “edificio chatarra”. Lo anterior no es de extrañar, pues algo similar le sucedió a finales del siglo XIX a la famosa Torre Eiffel, que fue rechazada e insultada por los parisinos. Hoy en día, esta obra de arquitectura de aspecto vanguardista es un ícono de la capital francesa.