Gaslighting: qué es, de dónde viene el término y cómo combatirlo

Gaslighting: qué es, de dónde viene el término y cómo combatirlo
Sofía Reyes

Sofía Reyes

Mente y espíritu

Mucha gente recuerda a la actriz sueca Ingrid Bergman por su papel como Ilsa en la inolvidable cinta Casablanca (1942). Pero quizá sean menos los que sepan que ganó su primer Oscar dos años después, gracias a la película Gas Light (1944) —Luz de gas en español, dirigida por George Cukor y coprotagonizada por Charles Boyer—, que cuenta la historia de Paula, una mujer que descubre que su esposo es un hombre turbio enfocado en poco a poco debilitarla mentalmente mediante frases como: “¿No estarás empezando a imaginar cosas, ¿verdad?”, “¿Paula, no estarás exagerando?, “Tu memoria está fallando, querida”.

De esa estupenda cinta es que deriva el término gaslighting, que se define como un tipo de abuso psicológico que hace que alguien parezca o se sienta “loco”, y que en años recientes se ha popularizado para describir una serie de acciones de violencia en contra de una o más víctimas —sobre todo mujeres— para generarles confusión, cargarlas con responsabilidades, avergonzarlas, desacreditarlas, abusarlas verbalmente o insultarlas con base en su género; todo para hacerles dudar de que son testigos fiables de sus propias experiencias.

Un tipo de abuso psicológico que hace que alguien parezca o se sienta "loco"

En un estudio sociológico realizado por la Universidad de Michigan para cuantificar las causas y los efectos del gaslighting, la escritora Paige L. Sweet reclutó a 122 personas para que, en entrevistas, le contaran de sus experiencias con este fenómeno y así poder sistematizar los datos científicos sociales obtenidos. Tras seis meses de trabajo, la investigadora encontró que el gaslighting no sólo se manifiesta en las relaciones de pareja, sino en otros contextos sociales.

Entre las múltiples circunstancias que comúnmente se usan para distorsionar, cuestionar o negar las percepciones de la realidad de las personas están la edad, el grupo étnico, el género y la sexualidad. Así, gracias al estudio se pudo concluir que el gaslighting se alimenta de las vulnerabilidades y los estereotipos sociales, afirma los desequilibrios de poder existentes y fomenta nuevos. Otro dato revelador que arrojó la investigación es que alrededor del 30 por ciento mencionó a sus padres como referentes de la práctica del gaslighting.

El efecto del 'gaslighting' crece en un contexto de aislamiento

Como parte de la estrategia para huir de esta práctica, Sweet plantea algunos casos de éxito de personas que pudieron salir de los entornos mencionados, quienes en general contaban con personas en quienes podían confiar para validar sus realidades y les brindaban narrativas positivas sobre su autoestima, las cuales contrarrestaban el efecto del gaslighting, el cual crece en un contexto de aislamiento que fomenta el constante cuestionamiento que la víctima hace de sí misma.

Llegar a dudar de uno mismo o una misma como intérprete fiable de la realidad supone un daño importante; pero con un rico tejido social, buenos círculos de apoyo y el soporte de la comunidad como aliados, podemos ayudarnos unos a otros para prevenir o revertir los peores efectos del gaslighting.

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